Ysí, hay que evitar con las desgracias de uno andar jorobándole la vida a los demás. Y hay que saber cuáles son las que nos aquejan. Repasemos algunas, cuento las que conozco, algunas que padezco y otras que me las hacen padecer.

Si en verano sudás como un jugador de la NBA no andes besuqueando gente con tu rostro húmedo (vale igual para hombres y mujeres). Por favor, eso genera una reacción desagradable en el sujeto pasivo humedecido. Uno queda ensopado y no sabe si secarse delante del sudador. ¿Qué hacen ustedes? Yo me escapo al baño más próximo y me limpio la cara desesperado.

Otra, si el calor te pone muy "complicado" con tus axilas, no te recomiendo ninguna marca de desodorante, pero sé generoso con ese invento. Hay gente que trabaja a tu lado e inunda el ambiente con esa bruma pútrida. Innecesaria agresión de especímenes que no se huelen a sí mismos. ¡Asesinos!

Si sudás las manos y le das la mano para saludar a la gente con eso así, sabé que no es tu derecho andar untando a la humanidad con tu problema. Yo, me pongo nervioso y tengo las manos que son el río Santa Lucía, sencillito, ando con alguna toallita de papel, las seco y doy la mano al mundo como si fuera Gardel en París. ¡Respeto a los derechos humanos!

Lo del mal aliento es terrible. Y esta gente te habla cerca del rostro y te enloquece. Yo me desconcentro tanto que pierdo el hilo de la conversación. Solución: andá al dentista o al médico por si son asuntos intestinales, y de paso metele algún enjuagante bucal que los que te rodeamos no tenemos que sufrir esas agresiones. (¡Está lleno de estos tipos a los que nadie les dice nada!)

Todos compramos pop en el cine. Evitemos comer haciendo ruidito fuerte cuando empieza la película; es imposible concentrarse en un asesinato con un grupo de roedores que parecen lijar la sala. Son costumbres muy simpáticas hasta que molestan en demasía (progres: ¡no copien a los gringos!)

En el ómnibus de la ciudad no grites cuando hablás por el teléfono móvil, a nadie le interesa tu conversación (mentira, le interesa a todo el mundo); por eso tomá recaudos y respetá a los otros con el tono de tu voz (más bajo, te oyen igual.)

Esos que creen que su música es la mejor del planeta y abren el auto para que la oigan a una cuadra, es fácil, eviten esa terrajeada, no sos el polaco. Además, no es que ponen Beethoven o Mozart sino alguna musiquita cumbiera con canciones algo avaras en su profundidad existencial. Sean buenitos, vayan a algún lugar donde no jodan.

Los hombres que nos crecen los pelos en las orejas, es simple, de vez en cuando le pedimos a alguien que nos aprecie que nos pode, no queda lindo ese ramillete. Sí, ya sé, que es un mecanismo biológico de defensa pero queda feo muchachos, es como tener perejil en una oreja.

Suena frívolo, no lo es: las uñas sucias no están buenas. ¿Qué hacés? ¿Laburás en algo jorobado? Ta, te la llevo, pero si sos empleado burocrático, profesional o comercial (la inmensa mayoría de este país) lavate debajo de las uñitas, cortalas y verás que eso mejora tu presentación. Jamás dejarse la uña del dedo chico para rascarse la mugre de la oreja, onda aquellos viejos guardas de Cutcsa. Feo eso.

No salivar. Esto aún está como cartel en algunos lugares. Es sencillo, no lo hagas, tu escupida es desagradable para el resto de nosotros. Tu no sos Suárez que está sudando a mil por hora y a quien todo le perdonamos (hasta la no mordida que solo fueron besos de amor).

Los hombres por favor no rascarse jamás las partes pudendas por dentro del pantalón creyendo que nadie repara en eso. Todos lo advierten y más el otro género que tiene un sexto sentido (¡te miran, boludo!)

No uses gorritos plancha en lugares cerrados. Queda ridículo y delata tu ignorancia o plantea dudas de tu inteligencia básica (las ratifica).

Y finalmente depilarse es bueno, algunas damas que ahora curten lo natural allí, debajo de las axilas, me perdonarán pero parecen Tarzán o la mona Chita. Hagan lo que quieran, yo solo digo lo que me parece más prolijito.

Besos mis amores seguiremos en esta ruta de iluminación.

CABEZA DE TURCO