El aroma a comida casera, recién hecha, atraviesa los postigos y llama la atención de quienes circulan por la calle Francisco Aguilar. En el interior del local, Priscilla da la bienvenida. Viste elegante y gesticula con las manos, esas mismas que son responsables del sabor cuidado de los productos que ofrece el local bautizado como su dueña: Priscilla O’Brien.

En una estantería se exhiben las galletas, scones y masas secas. Enfrente unas heladeras refrigeran a las tortas, los platos del día y las entradas. Arriba, en unas pizarras, aparecen las novedades y precios. Está todo dispuesto para que el cliente llegue, elija y lleve; sin vueltas. Es que esa es la idea de Priscilla O’Brien: “Solucionarle la comida a quienes tienen poco tiempo de cocinar”. Y, también, ayudar a “no desperdiciar cuando se cocina para uno solo, o no quedarse corto cuando se prepara comida para mucha gente”.

Las tartas y los platos principales son lo más llevado. Las opciones varían desde strogonoff de pollo o ternera, pasando por pasta y hasta delicias del mar. Los miércoles y viernes suele haber pescado, fuera de los productos que se venden cualquier día. “A mí me gusta sorprender, siempre puede haber algo nuevo”, afirma la propietaria del lugar. El precio varía según el plato. Como referencia, el kilo de milanesas cuesta 550 pesos y comen cuatro personas.

El interés de Priscilla por la cocina surgió como complemento a la vida de campo que llevó durante años y demuestra que aún conserva los secretos de los platos de tierra adentro. Aprendió con su madre y luego “la vida y los viajes” le enseñaron el resto, cuenta mientras se acerca a una heladera para extraer un paté de hígado ($ 140), que es una de sus especialidades.

El plato tiene una textura suave y consistente a la vez. En el paladar se nota fácilmente que es un producto de calidad, sin conservantes y sin exceso de sal. Queda bien untado sobre focaccias caseras y acompañado por una cerveza o vino. Lo describe ella:_“Es ideal para cuando uno recibe visitas y debe salir del paso”.

EL ELEGIDO I priscilla o´brien