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Dornan, un actor sin miedos

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]"No me importa lo que piensen de mí más que mis amigos y mi familia", dice.

Empezó como modelo. Le costó pero se hizo un lugar en la pantalla grande. Hoy es masivo tras protagonizar Cincuenta sombras y busca una carrera con equilibrios.

Ha modelado las mejores grifas, interpretado roles para algunos memorables, pero, sin dudas, el rostro de Jamie Dornan y, vale decirlo, sus brazos, estarán ligados al menos por mucho tiempo con el papel de Christian Grey en la trilogía Cincuenta sombras de Grey. Y eso, lejos de molestar a este irlandés de 34 años, le gusta: esperó la fama y ahora disfruta y aprovecha ese gran impulso para terminar de consolidar su carrera.

La incorporación de 50 sombras de Grey a la grilla de Netflix en marzo y, poco antes, el estreno de la segunda película de la trilogía en cines, Cincuenta sombras más oscuras, volvieron a colocar a Dornan en tapas de diarios y revistas.

Su apodo más conocido "Torso de oro", fue puesto nada más ni nada menos por The New York Times, un mote que ha derivado en cuentas en varias redes sociales que se refieren solo a su físico, que ha cautivado millones de mujeres en todo el mundo.

"Me gustaría tener un trabajo donde no tenga que atar a la cama a mujeres. Mi temor es hacer lo mismo una y otra vez", había dicho poco tiempo atrás. Y parece que va por ese camino.

Ahora, tras filmar la última entrega de 50 sombras, que se entrenará el año próximo, el actor se embarcó en dos proyectos: Untogether, un drama que se estrenará este año y un spin-off de la historia de Robin Hood, protagonizada por Margot Robbie, que lo cuenta entre sus estrellas principales y que llegará a las pantallas en 2018.

Tragedia y barba.

Dornan, el menor de tres hermanos, nació y creció en las afueras de Belfast, en una casa junto al mar. Procedente de una familia de clase media alta, tuvo una infancia feliz, muy feliz, que terminó demasiado pronto. Cuando tenía 16 años su madre murió de cáncer; poco tiempo después cuatro de sus mejores amigos fallecían en un accidente de tránsito. "Hasta ese momento había sido muy feliz", dijo a EL PAÍS DE ESPAÑA.

¿Cómo le cambió perder a su madre?", le preguntó ese periódico. "Es algo que te afecta de mil maneras distintas cada día. No creo que nunca llegue a aceptarlo, a no ser que vaya a ver un terapeuta que me explique cómo. Tal vez me convirtió en alguien más determinado…Todavía me enfado mucho cuando pienso en eso. A mi edad, me frustra mucho que mi madre no esté aquí, porque ahora tengo dos hijas que no la conocieron. Me da mucha pena", respondió.

Tras la muerte de su madre, Dornan quedó un poco a la deriva, hasta que ingresó al internado metodista de su ciudad. Allí fue donde por primera vez tuvo contacto con el teatro y se enamoró de ese arte. Le encantaba ser una persona distinta, expresarse de otro modo que el resto de sus compañeros.

Contrariamente a lo que pueda creerse, no le iba muy bien con las chicas en la secundaria. Tenía una apariencia juvenil que odiaba; las amigas de sus hermanas mayores le decían "lindo" y él lo detestaba. "Si sos un adolescente delgado con cara de bebé, lo último que querés escuchar es que sos lindo", dijo al diario argentino Clarín. Y hay más: cree que todavía conserva ese rostro juvenil, motivo por el cual, salvo que el papel lo amerite, siempre usa barba. Además, tampoco le gusta su nariz. Está inclinada hacia el lado derecho, dice, producto de dos fracturas, una jugando al tenis y otra durante un partido de rugby.

Estigma.

Tras la secundaria, vendría su ingreso a la Universidad de Tesside, hasta que decidió irse a Londres para intentar una carrera actoral. No le sería nada fácil ingresar en ese ámbito, sí en el del modelaje, aunque primero se dedicó a la música. Lo que tenía claro es que no era el tipo de persona para trabajar en una oficina.

Su entrada en el mundo del espectáculo fue tras formar, junto a su amigo David Alexander, en 2002 la banda musical Sons of Jim, que se disolvería en 2008. Poco después, daría el primer gran salto en su carrera: fue elegido como cara de Calvin Klein en 2004. Una de sus hermanas lo convenció de que fuera por ese camino. "A los 20 años, si te dicen que te darán un montón de dinero por posar con aire lúgubre mientras te hacen una foto, es de tontos decir que no. Los modelos tienen mala reputación. No me malinterpretes: existe una gran cantidad de modelos muy tontos ahí fuera, pero a mí me parece de listos ganar tanto dinero por hacer tan poco", dijo en El País de Madrid. A partir de allí no paró: en 2005 fue el rostro de la firma Armani Exchange y lo contrataron como modelo de Dior Homme. Además, ha sido imagen de H&M, Gap, Levis, Diesel y Giorgio Armani, entre otras grifas.

De todos modos, esa parte de su carrera le ha pesado: "Algunas cosas te benefician, pero en general es un gran estigma. Siempre me ha parecido exasperante que, por el hecho de haber sido modelo durante unos años, crean que ya no puedes ser un actor válido. En especial, en Reino Unido. En Estados Unidos diría que no les importa una mierda".

La primera oportunidad de salirse del modelaje le llegó en 2006, gracias a su amiga Sofia Coppola, quien dirigía la película María Antonieta, la reina adolescente y lo incluyó en el reparto con un rol secundario. Después vendría un protagónico en Beyond the Rave (2008) y un papel en Shadows in the Sun (2009). Luego, pasaría al mundo de la televisión; participó en 2011 en ocho episodios de la serie Once Upon a Time, pero fue en 2012 cuando llegaría su interpretación más recordada (hasta que encarnó a Christian Grey, claro) en The fall, donde interpreta a un psicópata de su Belfast natal, papel por el que fue elogiado por la crítica por su profundidad.

"Es el tipo de papel para el que nunca me tenían en cuenta, a causa de ideas preconcebidas sobre el tipo de actor que debes ser si has participado en campañas para firmas de moda. Nunca me habían dado la oportunidad. No buscaba venganza, sino simplemente ejercitar mi músculo interpretativo en un proyecto muy alejado de lo que se suele esperar de mí. Me admiró descubrir que me sentía cómodo en un terreno tan oscuro", dijo. Y agregó que aunque sabe que hay rabia dentro suyo, "casi nunca sale" y ni su mujer, la actriz y música Amelia Warner con la que tiene dos hijos, ni sus mejores amigos "saben que existe".

Después de esto, puede sonar extraño que haya aceptado protagonizar Cincuenta sombras..., aunque para él no es un contrasentido. "No me importa lo que se percibe de mí, más allá de lo que piensen mis amigos y mi familia. Y diría que me gustan los retos. Puede que el resto de mi carrera esté definida por ese personaje, pero solo significa que tendré que luchar un poco más para romper con eso. Participar en una franquicia con tantos seguidores es una oportunidad inmensa, al margen del miedo que a veces pueda dar y de la percepción que se tenga de ella. Todo es cuestión de encontrar un equilibrio".

Con una mujer "brillante".

"Cariño, nos vamos a Vancouver esta semana para estar cuatro meses, vamos a tener un bebé canadiense y voy a participar en una película en la que, en algunas secuencias, saldré desnudo". Con esta frase propuso Jamie Dornan a su mujer Amelia Warner que le acompañara a Vancouver para el rodaje de Cincuenta sombras de Grey cuando se enteró que sería uno de los protagonistas de la película, según consignó El País de Madrid. Amelia estaba entonces embarazada de su hija Dulcie (que hoy tiene tres años), cuando Dornan comenzó la filmación junto a Dakota Johnson. Hoy tienen otra hija, Elva, de un año. "Mi esposa lleva una década siendo actriz así que ya sabe cómo funciona este mundo, además es una persona brillante y muy comprensiva", agregó.

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]"No me importa lo que piensen de mí más que mis amigos y mi familia", dice.

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