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Directores a escena

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Hitchcock fue además de un maestro del suspenso un maestro de los cameos.

A muchos cineastas les gusta aparecer en sus propias películas, aunque sea durante algunos segundos. Quien llegó a hacer de esta costumbre un arte fue Alfred Hitchcock.

LUIS PRATS

Sale de una tienda de mascota llevando dos perritos en Los pájaros. Le da cuerda a un reloj en La ventana indiscreta. Está parado en la calle con un sombrero tejano en Psicosis. Va sentado en el ómnibus junto a Cary Grant en Para atrapar al ladrón. Y se levanta de una silla de ruedas en Topaz.

El obeso personaje de todas esas célebres películas fue Alfred Hitchcock, el propio director, a quien le gustaba aparecer fugazmente en la pantalla. Durante muy pocos segundos tiene un lugar en buena parte de sus 53 producciones. Los cinéfilos han contado 39 cameos, aunque quizás aparezca alguna vez más, sobre todo en los filmes más antiguos, cuando solía mezclarse en multitudes para hacer número.

El director inglés seguramente no fue el inventor de esa manía entre sus colegas de colarse entre los actores, pero sí fue el más insistente, el más comentado e incluso el más justificado.

En tiempos recientes, la costumbre se extendió a nombres como Francis Ford Coppola, Stanley Kubrick, Oliver Stone o Steven Spielberg. Por supuesto, hay otros cineastas que también son actores y fueron sus propios protagonistas, como Orson Welles en el papel de Charles Foster Kane en El ciudadano, Clint Eastwood o Woody Allen en la mayor parte de sus realizaciones. También está Quentin Tarantino, quien más que cameos ha realizado papeles breves.

Se asegura que la palabra cameo, aceptada por la Real Academia Española para designar la aparición fugaz de un actor famoso en una película o serie de televisión, proviene del viejo teatro británico y de la palabra inglesa que identifica a los camafeos o medallones. Como esos figurantes aparecían en escena unos segundos, generalmente de perfil e inmóviles, se los comparó con las figuras retratadas en los camafeos.

Hay otro tipo de cameos, cuando se trata de un actor famoso que no figura en los créditos e incluso gente fuera de la industria del cine, como los futbolistas, locutores o cantantes que suelen desfilar por los filmes de la serie Torrente.

En muchos casos, cuando el director se llama a sí mismo a escena trata simplemente de atraer la atención del público o lograr una pequeña diversión personal. Pero Hitchcock explicó una vez por qué comenzó a ponerse frente a la cámara desde en sus primeros filmes. Al inicio, cuando contaba con poco presupuesto para rodar, era necesario que muchos de los técnicos y empleados de los estudios aparecieran como extras (vendedores, guardas de tren, transeúntes). Y él también se sumaba. Más adelante creyó descubrir que sus películas de mayor éxito eran justamente las que contaban con sus cameos, por lo cual casi por cábala mantuvo la costumbre.

Él sabía que el público lo buscaba en la pantalla y hasta festejaba cuando lo encontraba. Debido a que filmaba tramas de suspenso, llegó a la conclusión de que estaba distrayendo a los espectadores y decidió aparecer al comienzo de cada producción, de manera que todos se dieran por satisfechos y se dedicaran a poner su atención en el argumento.

Además, sir Alfred se dio el gusto de otorgar pequeños papeles a su única hija, Patricia. Por ejemplo, en Psicosis es la amiga del personaje interpretado por Janet Leigh.

En Internet hay recopilaciones de los cameos de Hitchcock, algunos muy curiosos, como cuando apareció ilustrando un aviso para adelgazar, publicado en un diario. Claro, se trataba de 8 a la deriva: como toda la trama se desarrollaba en un bote perdido en el mar, era imposible que Hitchcock en persona pasara por allí. Y hay quienes interpretan que hizo alguna aparición más pero disfrazado de mujer.

Spielberg y otros.

No fue común que Steven Spielberg se mostrara ante sus propias cámaras, pero cuando lo hizo tuvo una poderosa razón: en homenaje a sus raíces sale hacia el final de La lista de Schindler, entre el grupo de judíos que escapó del Holocausto, aunque es difícil reconocerlo sin lentes ni barba. Muchos años antes, en Tiburón, se escuchó su voz hablando por radio con los hombres que navegaban en busca del temido escualo.

Roman Polanski había tenido uno de los papeles principales en La danza de los vampiros, pero se reservó un papel muy breve aunque notorio cuando dirigió Chinatown: hace de un matón que le corta la nariz con una navaja al detective interpretado por Jack Nicholson.

En Apocalypse now, Francis Ford Coppola representa fugazmente el papel de un director, pero de televisión, grabando a Martin Sheen en medio de un riesgoso desembarco.

Martin Scorsese figuró en varias de sus películas, pero todos lo recuerdan especialmente cuando hizo de pasajero neurótico de Roberto De Niro en Taxi Driver.

En la superproducción Titanic, James Cameron se reservó un efímero primer plano: es un tripulante a quien le recortan la barba antes de la partida. También aparece como extra al fondo de algunas escenas más. Por lo general, lo que aporta en varias de sus películas es simplemente su voz. En algunos casos, se trata de sonidos que se van agregando durante la edición; ya que está en la tarea, él se pone ante el micrófono.

Muerte violenta.

El neocelandés Peter Jackson también acostumbra dar un paso hacia el otro lado de la cámara. Es curiosa la forma en que eligió para salir en la trilogía de El señor de los anillos. En La comunidad del anillo hace de un campesino que come una zanahoria. En Las dos torres es un guardia que arroja una lanza. Y en El retorno del rey es un corsario que muere atravesado por una flecha.

El indio M. Night Shyamalan comenzó con intervenciones rápidas. Por ejemplo, en El sexto sentido es un médico que atiende al niño Haley Joel Osment, cansado de ver gente muerta. Según se dijo en su momento, se trataba de un homenaje a la tradición de su familia, vinculada a la medicina. Pero se nota que le gustó, porque cumplió un papel más extenso en La dama en el agua.

Stanley Kubrick también solía meterse en sus películas, si bien de una forma muy sutil. En La naranja mecánica, por ejemplo, aparece de espaldas, hablando por un teléfono público. Y todavía se discute si una voz que aparece a través de un intercomunicador en Nacido para matar es la suya.

Se levanta de la silla.

Además de rey del suspenso, Alfred Hitchcock fue maestro en cameos. En Topaz realizó uno de los más curiosos: aparece a los 30 segundos de iniciada la película, en un aeropuerto y en una silla de ruedas, pero se levanta para saludar a una persona y se retira del lugar caminando...

De jefe a suplente.

Martin Scorsese se sube al taxi de Robert De Niro y le cuenta, como marido engañado, los planes para matar a su mujer.

Dicen que el papel estaba reservado a otro actor, George Memmoli, pero sufrió un accidente durante el rodaje de otro filme y Scorsese tuvo que reemplazarlo.

Muere de un flechazo.

Pocos cameos como el de Peter Jackson en El Señor de los Anillos. El retorno del rey: es un corsario que recibe un flechazo en el pecho de Légolas, uno de los personajes principales. El director neocelandés muestra también su ingenio en las breves apariciones que realiza en sus películas.

Director en la ficción.

Francis Ford Coppola imparte órdenes a los gritos, en medio de la locura de una batalla de Vietnam. Pero es ficción dentro de la ficción, porque el cineasta interpreta en Apocalypse now a un director de televisión en plena cobertura. "No mires a la cámara", le pide a los soldados.

Stan lee, el hombre de los mil cameos.

No es director ni actor, pero Stan Lee apareció en numerosas películas, sobre todo en los últimos años. Se trata del ya muy famoso creador del Hombre Araña, Iron Man, Los 4 Fantásticos, el Capitán América y tantos otros superhéroes del universo Marvel. Una vez fue invitado a hacer un cameo en un filme sobre Hulk en 1989, pero fue con X-Men, en 2000, cuando quedó establecida la tradición. Y como este tipo de personajes se ha puesto de moda en Hollywood, la presencia de Lee en la pantalla se ha multiplicado.

Algunos personajes, como el Hombre Araña, han sido interpretados por actores diferentes, pero él sigue allí. Al principio eran apariciones cortas, después hasta llegó a tener algún diálogo.

Incluso ha aparecido en historietas, videojuegos y en una capítulo de la serie televisiva The Big Bang Theory.

Es muy fácil reconocerlo, con su figura flaca, su pelo blanco, sus bigotes y sus lentes. Salva a una niña cuando el Hombre Araña pelea con el Duende verde en la primera de Tobey Maguire. Es un cartero en Los 4 Fantásticos. El niño Daredevil, ciego, lo salva de cruzar distraído una calle o es un militar de alto rango en Capitán América, el primer vengador (y cuando aparece el héroe, comenta: "Pensé que era más alto"). Maneja una camioneta en Thor. En Iron Man figura como Hugh Hefner, el legendario creador de Playboy, rodeado por varias chicas. Sin embargo, no estuvo en todas las producciones: ya tiene 93 años y no siempre está disponible.

Una vez Lee explicó el procedimiento para aparecer en las películas: "Ellos me llaman y me dicen: Stan, venga el próximo jueves para su cameo, pero no me dicen qué es. Así que, yo llego y me dicen: Vaya al cambiador. Llego al set y un minuto antes de que empecemos a rodar el director me señala: O.K., Stan, esto es lo que queremos que haga. Así que nunca sé qué esperan de mí hasta que llego ahí. Pero, por supuesto, siempre me sale de forma maravillosa".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Hitchcock fue además de un maestro del suspenso un maestro de los cameos.

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