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Un cuerpo de perfecto a saludable

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La tendencia es a un cuerpo saludable

DE PORTADA

La relación con el físico está cambiando en Uruguay. La fórmula: una dieta sana y más ejercicio.

La tendencia es a un cuerpo saludable

Hay un cambio. Esa es la premisa. Todavía no se puede hablar de una tendencia marcada, pero sí hay algo que (progresivamente) está cambiando en la manera de percibir y concebir al cuerpo. Por un lado, se está intentando abandonar los ideales de belleza que imperan en nuestro tiempo: mujeres extremadamente delgadas (y si son rubias y de ojos claros, mejor) y hombres con los músculos definidos y marcados —aunque, claro está, son ellas las más presionadas por esos cánones impuestos —; por otro, hay una mayor conciencia de lo que significa un cuerpo saludable, y por lo tanto, de la alimentación y la importancia del ejercicio. Es decir, preferir una dieta balanceada y sana y realizar actividad física para sentirse bien y no tanto por la imagen corporal. Aunque, como dice Líber Mesa, entrenador personal, el verse bien va de la mano con sentirse bien: "Una persona va a estar más contenta si su aspecto se acerca a lo que considere que es ‘mejor’".

Pero, ¿qué es el cuerpo?, ¿cómo se define y cómo se percibe?, en definitiva, ¿cómo se entiende?

Mary Douglas, antropóloga británica fallecida en 2007, lo definió como un objeto natural moldeado por las fuerzas sociales. A propósito de esto diferenció entre dos cuerpos, el físico y el social; al respecto dice en un artículo publicado en 1971 y titulado Do Dogs Laugh. A cross cultural Approach to body Symbolism, que el segundo "restringe la forma en la que se percibe" el primero.

Es decir que el cuerpo y la manera en que lo concebimos es una construcción especialmente social y su percepción cambia conforme el tiempo y el espacio. Basta con hacer un repaso por los ideales de belleza a lo largo de los siglos en las sociedades occidentales para constatarlo. Desde Coco Chanel en los años 20 con su estilo sencillo y elegante, Audrey Hepburn o Marilyn Monroe en los 50, o más cercano en el tiempo y el espacio, las vedettes argentinas y una visión particular de la belleza.

Cada tiempo tiene y promulga determinados cánones que determinan la concepción del cuerpo. Y nosotros no somos la excepción; los ideales de belleza están marcados: "Vivimos en una época obsesionada por la edad y el peso, donde la estética de la delgadez ocupa un papel preponderante", opina el psicólogo social Juan Fernández Romar.

Una vez más, todavía resulta apresurado hablar de una tendencia, pero paulatinamente se empiezan a notar cambios en la percepción: buscar un cuerpo saludable y ya no tan perfecto.

Cuerpo moderno.

"Nacemos como cuerpo, vivimos como cuerpo y morimos como tal. Costó siglos aceptar esa idea pero finalmente las sociedades contemporáneas lo han adoptado como un objeto central de las relaciones sociales", sostiene el psicólogo social. "El individuo ha ido ganando terreno y espacio y su identidad personal, particular, se centra en el cuerpo", agrega la socióloga Helvecia Pérez. Es decir que el cuerpo ocupa un lugar central en la cosmovisión de las sociedades modernas y es "el epicentro de todas las miradas", agrega Fernández Romar.

Así, el cuerpo constituye la base conceptual de las nociones de hombre, mujer, sexo, y género. Incluso, ocupa un lugar tan importante en la construcción de la identidad que son muchas las personas que lo "cambian" mediante cirugías, hormonas, prótesis, tatuajes, maquillajes, piercings. En definitiva, carga con los prejuicios construidos por las sociedades. Y con esos prejuicios a cuestas cada uno tiene la posibilidad de "modificarse" transitoriamente, "deviniendo siempre en alguien distinto", dice Fernández Romar. "El gran dilema es saber quién queremos ser".

Es sobre ese dilema, entonces, que recae la percepción que tengamos de nuestro cuerpo y lo que hagamos con él.

En las últimas semanas circuló una noticia sobre una joven iraní que adelgazó más de 20 kilos y se hizo varias cirugías para parecerse a su ídola, Angelina Jolie. El resultado derivó en un montón de insultos en las redes sociales. El parecerse a, o buscar ser igual a, es una característica de nuestro tiempo. Así, la imitación de un ídolo es "apenas un triste simulacro de una identidad ready made para el consumo masivo", agrega el psicólogo social.

No hace falta un ejemplo tan drástico para figurar cómo se construyó el ideal de belleza actual, un canon que socialmente recae con más peso sobre las mujeres: "Los medios de comunicación se constituyen hoy como un claro ejemplo del ejercicio del biopoder — el control sobre la vida — imponiendo una imagen idealizada e irreal de las mujeres y su cuerpo. Se les exige y se les hace sentir en la obligación de parecer joven, ser buena madre, buena cuidadora, buena compañera y buena profesional, y además deben estar delgadas y bellas", sostiene Fernández Romar.

Sobre el tema, la nutricionista Adriana Picasso cree que el estrato sociocultural tiene relación con la visión sobre el tema: "Me parece que a mayor nivel cultural hay un mayor interés por estar y lucir bien. Muchas veces se observa en estas personas el deseo de la eterna juventud y ese concepto está asociado a tener un buen cuerpo, una buena cara, todos aspectos que uno puede ir trabajando". De esta forma, dice Fernández Romar, "el cuerpo se ha convertido en un objeto de culto con todo lo que ello conlleva: la angustia por la edad, la obsesión por la salud y la preocupación extrema por la delgadez".

El gran dilema es saber quién queremos ser"Juan Fernández Romar, psicólogo social

Pero esta también es la época de la inmediatez: que todo sea y suceda ahora. Y el tratamiento del cuerpo no escapa a la regla. "Los alumnos llegan al gimnasio y quieren lograr un físico determinado ya. No aceptan que es un proceso, que la salud está primero y que lo estético viene después o de la mano", asegura Stephanie Custodio, instructora de fitness, al frente de Tu Lugar Gym.

Sin embargo, aclara Stephanie, de a poco se empieza a ver un cambio: "Hace algunos años las alumnas tenían una desesperación por llegar al verano 90-60-90 con dos meses de gimnasio y eso es algo irreal, inalcanzable. De hecho, yo tengo alumnas que tuvieron problemas más serios con su peso y eso tiene que ver con querer llegar a un mandato social. Ahora creo que eso está cambiando de a poco: la gente hace más ejercicio y se alimenta mejor porque se quiere sentir saludable, pero es un proceso largo". Así, entender que las mujeres de la televisión "no existen" y aceptar el cuerpo de cada uno, es, entonces, un proceso social que va a llevar mucho tiempo.

"La tendencia a preocuparse más por el cuerpo ha crecido mucho, hace 30 o 40 años los gimnasios eran solo para culturistas, hoy hay muchos que apuntan a un público variado pero también hay propuestas al aire libre, hay muchas opciones y esto responde a una tendencia a nivel mundial", agrega Líber Mesa, entrenador personal.

De esta forma, como explica la nutricionista Picasso, se están dando las dos caras de una misma moneda: "Por un lado hay una mayor aceptación del cuerpo, se aceptan como son y no hay tanto esa obsesión por tener la mejor silueta. Por otro, hay una mayor preocupación. Se busca tener un buen peso como sinónimo de estar bien y tener una buena relación con el cuerpo". Esto, claro está, no es un cambio drástico, sino que, como todo cambio cultural, ha sido y es paulatino.

El inicio.

"En mi adolescencia no había una obsesión tan grande por la delgadez del cuerpo o si la había no era tan notoria como ahora. También creo que la moda de ahora implica un estereotipo de físico diferente", dice Julia, de 49 años. Para una de sus hijas, Agustina, de 21, la imagen corporal es importante: "Tu cuerpo es lo primero que se ve de vos", dice. "Ahora me importa sentirme bien, creo que cuando era más chica me importaba más el tema de estar flaca. Sé que podría hacer más ejercicio y comer mejor, pero no para verme más delgada, sino porque me hace bien a mí".

Candela (17), su hija más chica, hace deporte porque le gusta y se siente bien: "Creo que de chica me importaba más mi físico, cuando entré al liceo, por ejemplo. Hasta que empecé a hacer hockey y crecí un poco más (hablando de altura). Ahora me importa pero tampoco es algo que me traume, además de que también influye la genética, hago ejercicio pero para sentirme bien y porque me gusta, obvio que si me ayuda a bajar de peso, mejor".

La concepción del cuerpo de la mujer, especialmente, está cambiando y de eso no hay dudas.

La lucha de género ayudó a que los estereotipos no estén tan impuestos"Stephanie Custodio, instructora de fitness

"Amo mi cuerpo por como es, con todas sus curvas, feminidad, marcas, defectos y virtudes, porque cuenta una historia, porque es un cuerpo que vive. No persigue ningún estereotipo de belleza, solo el mío", escribió la cantante Victoria Ripa en un posteo de Facebook junto a una foto suya en una campaña de Parisien. Ella, que cree que somos "testigos de un cambio que está sucediendo", también habló del tema en la última edición de I Dove me y fue modelo para la marca de lencería Srta. Peel. Esas grifas son algunas de las que se han sumado a esta tendencia de diversificar los ideales de belleza.

"Creo que la lucha de género es algo que ayudó mucho a que los estereotipos no estén tan impuestos", dice Stephanie, instructora de fitness y también estudiante de la Licenciatura en Educación Física. "Aunque de a poco se está cambiando, hay mucha gente que aún mira al cuerpo de la mujer como un objeto y todo eso genera que ella sienta que siempre tiene que estar bien", aclara. Sin embargo, constata un cambio en las alumnas que van al gimnasio: "Hay clases, como zumba por ejemplo, que habilitaron que fueran todo tipo de mujeres (más flaca, más gorda, más joven, más vieja) y eso antes era impensado para un gimnasio".

La transformación no es solamente en la concepción del cuerpo femenino. Si bien es cierto que el auge de los movimientos feministas y la lucha de género hacen que el paradigma del cambio sea más notorio, también se empieza a ver una modificación en los hombres.

"Mi percepción es que ellos empezaron a cuidarse mucho más que antes, es decir hace 20 o 30 años atrás", sostiene Picasso, nutricionista. "La imagen del hombre en ese entonces era cuánto más descuidado más varonil, quiero decir que no se preocupaban mucho por el cuerpo. Ahora, por ejemplo, se depilan, antes eso era impensado, se cuidan con la alimentación para tener un físico esbelto y un desarrollo de la masa corporal. Antes había hombres así pero eran los menos", agrega. Para Líber, ahora la tendencia a lograr una mejor apariencia es más notoria en hombres: "Utilizan cremas para manos, para el rostro, para el cuerpo, algo que antes no se veía tanto y que comercialmente no estaba tan exaltado". Si hoy en día existe un mercado para esos productos, dice el entrenador, "es porque hay una tendencia que lo exige".

En este sentido, el cambio en la percepción del cuerpo de mujeres y hombres parece tomar una dirección similar: cuidarse para sentirse saludables. "De a poco se va buscando eso, es decir, un cuerpo sano y no tan perfecto. Al haber tanta información y tener tanto acceso a ella, creo que se está yendo hacia eso", dice Stephanie.

En los últimos años los gimnasios captan a todo tipo de público"Líber Mesa, entrenador personal

Siguiendo esta línea, no es casualidad que haya tantas dietas "de moda". Picasso muchas veces recibe en la consulta personas con el fin de poner en práctica alguna de ellas: la proteica, las cetogénicas, la del paleolítico, las de ayuno. También son frecuentes los regímenes sin harina, sin lácteos, vegetarianos o naturistas. "Hay una tendencia a buscar ese tipo de alimentación que no tiene un sustento científico que avale que puedan ser buenas ni en un adelgazamiento, ni en efectos depurativos", agrega la especialista, y dice que también es notorio el deseo en la disminución del consumo de carne roja y el interés en por el pescado.

Todas estas tendencias forman parte de una "movida" con respecto a la preocupación por la nutrición "que hace 30 o 40 años no existía" — según la nutricionista— y que junto a una tendencia en la preferencia por practicar actividad física, conjugan el principio de un cambio hacia un cuerpo más saludable.

La excepción.

Los adolescentes siempre fueron y seguirán siendo un grupo particular, que muchas veces escapa a la regla. "En la adolescencia, tantos varones como mujeres lo que buscan es agradar al resto de sus pares, incluirse en el grupo, son seres gregarios, y buscan asemejarse a los parámetros estéticos que el grupo maneja en ese momento y en ese tiempo", sostiene Laura Batalla, médica general, especialista en adolescencia y terapeuta familiar. Y además, agrega, el grupo está influenciado por los cánones estéticos que son impuestos socialmente.

"A mis amigas les afecta el tema del cuerpo, a muchas las vi comer una fruta en dos días igual, matarse en el gimnasio para perder peso, algunas pesan 45 kilos y siguen pensando en que tienen que hacer dieta, aunque creo que la mayoría de esos traumas son por los demás, por cómo nos ven y qué dicen, no por ellas mismas", dice Candela. Si bien buscar estereotipos de belleza y querer parecerse a alguien es una característica propia de la adolescencia — "primero se tienen que parecer para después poder ser diferentes y únicos", sostiene la especialista — el cuerpo y su percepción es un tema delicado y que especialmente en los jóvenes tiene que ser tratado de una forma especial.

"Tenemos una epidemia de obesidad y sobrepeso, pero hay que tener mucho cuidado con cómo se lo comunicamos a los adolescentes. Si bien hay que advertir de las consecuencias que pueden tener si eso no se modifica, no hay que hacer evaluaciones estéticas porque puede determinar el inicio de unas patologías muy severas", aclara Batalla.

Además de los trastornos más conocidos como bulimia o anorexia, en los últimos años se han sumado nuevos, entre ellos la vigorexia (ver recuadro), que predomina en los hombres y consiste en la búsqueda obsesiva de masa muscular.

En este sentido, la especialista no distingue entre hombres y mujeres: la preocupación por el cuerpo se da en ambos. Y, en cierta medida, eso también es parte del crecimiento.

"El club de las celulitis" de Belu

"Hablemos un poco de las celulitis", dice la influencer Belu Lucius en un video que tuvo miles de reproducciones en su cuenta de Instagram y a continuación muestra sus piernas. "Esto es el ser humano normal", sentencia. "Aguanten las celulitis, voy a formar un club de fans de las celulitis", repite sobre el final. Como ella, que tiene más de un millón de seguidores en todas sus redes sociales, son varias las famosas que se han animado a mostrar su cuerpo y su cara "al natural". A Belu se suman Juana Viale, Natalia Oreiro, Guillermina Valdés, Mila Kunis, Alicia Keys o Adele.

Un cambio que se ve en las góndolas

Basta caminar por Montevideo para encontrarse con que hay un montón de tiendas y locales que ofrecen comida saludable; incluso, son varios los lugares que ofrecen delivery de viandas sanas.

"Si recorrés las góndolas del supermercado te encontrás con productos que hace diez años no se veían tanto, como alimentos para diabéticos o celíacos. Eso no significa que esos productos no existieran antes, simplemente que se masificaron un poco más, que están más al alcance de todos", sostiene Líber Mesa, entrenador personal. Además, de la mano con la misma tendencia, hay un mercado que se dedica exclusivamente a la venta de distintos suplementos. "Es cierto que estos productos ayudan, pero no es cierto que son necesarios para bajar algún kilo o estar bien físicamente. Lo que necesita una persona para sentirse bien físicamente es aprender mejores hábitos alimentarios y hacer actividad física con cierta frecuencia", agrega. De esta forma, la preocupación por el cuerpo también se trasladó al mercado.

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