Cuentos de Klondike

30/07/2017, 04:10

Compartir esta noticia

Jack London pertenece a la gran estirpe de los cuentistas norteamericanos.

La colección de relatos de Jack London tienen por escenario la región cercana a Alaska en la época de la fiebre del oro.

Jack London fue uno de los cuentistas norteamericanos más importantes de las letras modernas. Heredero de Herman Melville, Mark Twain y Robert Louis Stevenson supo encontrar la materia prima de sus historias en su propia peripecia vital. Y con ello se alzó con voz propia y fue, a su vez, maestro de otros gigantes de las letras tales como Joseph Conrad, Ernest Hemingway, Georges Simenon y Jorge Luis Borges. Relatos suyos como El llamado de la selva (o El llamado de lo salvaje, según la traducción) han alimentado la imaginación infantil de varias generaciones. Pero también son memorables algunos cuentos suyos dedicados a los boxeadores como El mexicano.

Once cuentos de Klondike (Eterna Cadencia, $ 660) reúne ese número de piezas que pertenecen a distintos libros de relatos que transcurren en la región geográfica a la que alude el título. Klondike, es una área que se encuentra entre las actuales Alaska (Estados Unidos) y Yukón (Canadá) y que a principios de siglo XX vivió una fiebre del oro a escala que arrastró a miles de aventureros, entre ellos al joven Jack London.

En esta colección figuran algunos de sus primeros cuentos, como es el caso de El silencio blanco, donde ya se revelaba una pluma especialmente dotada para registrar la vida de los integrantes de los pueblos originarios de esa región. Y pequeñas obras maestras como Encender un fuego en la última parte.

Es así que por estas historias desfilan los buscadores de oro, los cazadores, los comerciantes de pieles, jugadores, hampones, delincuentes de poca monta y asesinos que llegan en alud a esta zona bajo la promesa del oro.

El volumen viene precedido por un valioso estudio sobre vida y obra del autor a cargo del crítico Jorge Fondebrider, que se muestra como un profundo conocedor de la obra del maestro norteamericano. Dos apéndices lo cierran, un breve pero también necesario artículo sobre los antecedentes y contemporáneos literarios de London, que permiten ubicar al autor en su época y las razones que le dieron valía y vigencia hasta hoy. Lo completan dos artículos periodísticos, de los muchos que escribió el autor por razones de supervivencia, que retratan la economía local de Klondike, así como detalles de la vida doméstica en aquellas tierras.