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La chica que reinventó la moda

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Sophia Amoruso comenzó vendiendo ropa por Internet y hoy tiene una serie en Netflix

Sophia Amoruso comenzó vendiendo ropa que conseguía en tiendas de segunda mano por Internet y creó un imperio que hoy llega a Netfilx.

2002: hago mi primera venta por Internet. Es un libro robado". Leer esta frase para muchos puede significar absolutamente nada, pero al escribirla, Sophia Amoruso decía mucho. La cita viene de #Girlboss, la autobiografía de la fundadora y ex CEO de Nasty Gal que no hace más de dos semanas Netflix convirtió en un "recuento libre (muy libre) de sucesos verdaderos", o lo que es lo mismo, en una serie.

Saltar dentro de la basura para comer unos bagels recién desechados, robar una alfombra para luego mirar las estrellas y dormitar en un parque, o comprar una chaqueta de segunda mano a nueve dólares para más tarde venderla en eBay a un poco más de 600, parece ser lo típico en la vida de una Sophia Amoruso de 23 años que está a poco de convertirse en la gran jefa de su propia vida. O al menos eso es lo que cuenta Netflix en su nueva serie, Girlboss.

¿Pero quién es la verdadera e inspiradora (para algunos irritante) Sophia? ¿Y por qué se merece una serie? La fundadora de Nasty Gal tiene hoy 33 años, y aunque en los últimos meses su imperio pasó por momentos difíciles, al punto de entrar en bancarrota y en un proceso de reestructuración, supo hacerse un lugar entre las mujeres jóvenes con más dinero logrado por ellas mismas de Forbes, una de las revistas más prestigiosas especializadas en negocios.

La primera vez que la publicación la reconoció fue en 2012, cuando las ventas de Nasty Gal rondaban los 128 millones de dólares. Fue considerada como "el nuevo fenómeno de la moda" en una de las páginas de Forbes, donde luego de citar frases de mujeres contando que se volvieron clientas de la tienda online, y fanáticas, destacan: "Nada se compara con lo que Nasty Gal ha hecho por su fundadora de 28 años. En cuatro años su sitio de moda al por menor y con actitud ha cruzado la web emprendiendo nuevas maneras de vender ropa que marca tendencia pero es económica".

Ya en 2016, su patrimonio de 280 millones de dólares la incluyó en el puesto número 53 de la lista de las mujeres jóvenes con más dinero logrado por ellas mismas, superando incluso a celebridades de la música pop como Beyoncé (265 millones) y a Taylor Swift (250 millones). Y aunque unos meses después su empresa entró en bancarrota y tuvo que apegarse a la ley para conseguir acreedores, Sophia no ha terminado: se convirtió en una de las productoras de Girlboss.

Pero no todo fue siempre números rosas. La serie que se basa "muy libremente" en los comienzos de la chica detrás de Nasty Gal, tiene bastante de realidad. El gen emprendedor puede que venga de una herencia familiar, como cuenta en el primer artículo que Forbes escribió sobre ella. Descendiente de una familia griega-americana, de un abuelo que tenía un motel y una tienda de piano, un padre vendedor de hipotecas y una madre vendedora de casas, Sophia comenzó a leer libros sobre compañías emergentes con tan solo nueve años, y su primer cargo importante fue como presidenta de una feria de limonada en su barrio. "Cuando niña chapuceaba en algunos empleos como los puestos de limonada, hacía de niñera, y hasta pasé por un breve período de modelo infantil", cuenta la empresaria en su biografía.

A los diez, su vida se dio vuelta cuando sus padres perdieron sus trabajos y su presupuesto familiar se vio seriamente recortado. Para lograr ingresos salía con su papá a repartir periódicos y pronto creció y saltaba de lo que consideraba "un trabajo aburrido" a otro. Pero fue en la época de uno de esos empleos en el que tenía que preparar sándwiches en una cadena de comida, que escuchó una frase de su padre que la marcaría: "Muéstrate. No pares de moverte. Limpia el piso hasta cuando no te lo pidan".

Entre empleos aburridos, el divorcio de sus padres y una adolescencia difícil, Sophia pasó por una etapa en la que se sentía perdida. Tanto así, que de un momento a otro, sin un recuerdo exacto de cuándo fue la primera vez, se convirtió en una ladrona de tiendas: "Una vez, alguien trató de reclutarme para robar una MacBook, y en ese momento me di cuenta de que desgraciadamente tenía la reputación de una ladrona. Y hay muchas cosas por las que quiero ser reconocida, pero ser una ladrona fabulosa no es una de esas", admite en su biografía. Y agrega: "Esos eran mis años perdidos, y hubo docenas de veces en las que pude haber estropeado irremediablemente mi futuro".

Podría decirse que 2006 fue el año del nacimiento de Nasty Gal (nombre en homenaje a la canción de Betty Davis) en eBay; su consigna era encontrar ropa económica para venderla por un poco más de dinero; y la historia de la chaqueta en la serie tiene algo de real, solo que en lugar de una, eran dos las Chanel que encontró en una tienda de segunda mano y que compró por ocho dólares cada una, las colocó en su perfil de eBay con buenas fotos a 9,9 dólares y las terminó vendiendo por un total de 1.500. "No sabía lo que era un margen bruto, pero sí sabía que me estaba metiendo en algo", cuenta Sophia en #Girlboss.

En 2008 las cosas iban tan bien que se mudó a su propia página web y actualmente la marca tiene hasta su propia colección de diseños. La presencia es tal en el mercado norteamericano que sus consumidoras se definen como "nasties", lo que para Sophia Amoruso podría resumirse en "un sentimiento de empoderamiento, frescura, y chicas haciendo cosas geniales, sin seguir necesariamente las reglas".

Ahora se convirtió en productora.

El 21 de abril se estrenó en Netflix la serie Girlboss, basada en el libro de Sophia Amoruso que lleva casi el mismo nombre (#Girlboss). Con guion y creación en manos de Kay Cannon, la producción estuvo a cargo de la propia empresaria junto a Charlize Theron y Christian Ditter. El papel de la incipiente y joven emprendedora que se convertiría en la fundadora de Nasty Gal es interpretado por Britt Robertson, pero además, la serie cuenta con la participación de caras conocidas como Dean Norris (Breaking bad), Melanie Lynskey (Two and a half men) y la drag queen RuPaul que hace del cómico vecino de Sophia.

La serie es para muchos una señal de que el imperio Amoruso no se ha terminado.

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