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Sanitario que derrama agua y mucho humor

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El actor Franklin Rodríguez en una eficaz comedia. Foto: Difusión

Es viernes de noche y en el hall de Espacio Teatro no cabe un alfiler. La gente se agolpa para ver La gotera, porque se ha corrido la voz: hay risa asegurada por más de una hora.

El clima es de fiesta y alboroto, tanto que un espectador comenta con humor que parece que hubo sobreventa, como en el vuelo de United Airlines. A platea llena comienza una función más de esta obra que fue estrenada hace seis años en esa sala y todavía sigue convocando público.

Escrita, dirigida y protagonizada por Franklin Rodríguez, en su propia sala, esta eficaz comedia se vale de un hecho rotundo de la realidad para armar la historia: el recelo, o el miedo, o el pánico, que la gente tantas veces le tiene al sanitario, ese hombre que cobra por romper las paredes, cuyo presupuesto muchas veces va aumentando, a medida que el trabajo se demora y se extiende por días y semanas.

Desde esa idea, el autor genera una complicidad con su público, al que le da una trama que empieza como comedia y se va oscureciendo hasta tomar tonos de comedia negra, llegando a momentos de un absurdo que también hace reír.

Una señora (María Filippi) recibe en su casa a Sergio (obviamente, Franklin Rodríguez), un sanitario que sabe todas las trampas para cobrar cada vez más, y demorar más tiempo en terminar el trabajo. Mientras los problemas de sanitaria se van haciendo cada vez más complejos, entre ellos se va armando una relación extraña, en la que la psicología y el poder van tensando la situación, llenándola de toques de humor.

Franklin delineó el personaje para sí mismo y para ese público que sabe de su estilo actoral desenfadado, que tiene como base un buen manejo de los recursos actorales. Sin fisuras, el actor se maneja de modo muy natural, dejando aflorar su carisma innato. El chiste de doble sentido, el juego entre la mujer culta y el hombre poco instruido, van manteniendo a la platea en vilo.

El público interviene, comenta, dice cosas. La dinámica recuerda al teatro de comedia de Darío Vittori (1921- 2001), aquel actor cómico italiano, nacionalizado argentino, que también se emitía por la televisión, en tiempos del blanco y negro. El protagonista se reserva los mejores remates de los chistes, porque sabe hacerlos. El humor es sencillo, directo pero eficaz. La trama también es simple, pero el autor tiene un mérito significativo al mantener el argumento siempre en alto.

Lógicamente, como se puede suponer, hay una analogía entre el hombre que arregla las pérdidas de agua y otro tipo de pérdidas, emocionales, psicológicas. En cuanto a la estructura, la obra está armada con escenas pequeñas, concisas, que la hacen fluir con facilidad, teniendo cada una su remate preciso y la música acorde a la circunstancia.

La puesta en escena, prolija, con alguna sorpresa, presenta el típico sofá, alrededor del que giran las acciones. La energía que despliega el protagonista contrasta mucho con el de las dos actrices que lo acompañan, de menor capacidad para seducir al público. Sin embargo, ambas van bien en sus papeles, y contribuyen a la marcha constante del espectáculo.

Franklin Rodríguez ha creado un personaje que tiene mucho de sí mismo: expansivo, con facilidad para comunicarse. Y con La gotera recuperó la comedia ligera, con algunas frases ingeniosas y algún trazo psicológico. Para el espectador que busca reír y divertirse livianamente, sin duda un programa recomendable.

La gotera [***]

Autor y director: Franklin Rodríguez. Elenco: Franklin Rodríguez, María Filippi, Carolina Cancela. Ambientación e iluminación: equipo de Espacio Teatro. Música original: Federico Zavadszky y José Pedro Vitarella. Sala: Espacio Teatro, Mercedes 867 esquina Andes. Funciones: viernes a las 21.00. Entradas, $ 380. Reservas, tel. 2900 0316.

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El actor Franklin Rodríguez en una eficaz comedia. Foto: Difusión

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