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La Sala Verdi se llena de ingenio

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Stefanie Neukirch y Diego Arbelo en una interpretación de época nada acartonada.

"Arcadia". Texto: Tom Stoppard. Dirección: Jorge Denevi. Elenco: Comedia Nacional, con Stefanie Neukirch, Diego Arbelo, Mario Ferreira, Juan Antonio Saraví, entre otros. Lugar: Sala Verdi. Funciones: viernes y sábados (21 hs.) y domingos (19 hs). Entradas: $ 119 (en la sala y TickAntel).

Un texto jugoso, lleno de ideas, de temas que hacen pensar sobre la ciencia, la filosofía, la literatura, el libre albedrío, el determinismo, el destino individual, y el colectivo, entre otros asuntos. Y lo hace a través de personajes llenos de vida, y desde una estructura teatral cargada de interés: una parte de la acción es de época, y transcurre a principios del siglo XIX. La otra es actual, y se vincula a aquella por varios elementos, principalmente a través de un investigador y crítico literario (a cargo de Mario Ferreira), que está estudiando la vida de Lord Byron.

Un hueco en la biografía del gran poeta inglés del Romanticismo, dio pie a Stoppard para imaginar todo este universo de pasado y presente entrelazados, de teorías enfrentadas, y también de personajes en paralelo: algo hay de aquellos apasionados individuos que vivieron entre el fin de toda una era y el advenimiento del Romanticismo, y estos que son contemporáneos nuestros.

Antes de seguir con el argumento, inagotable, algo sobre el montaje y su versión a cargo de la compañía municipal. El marco escénico, a cargo de Alfredo Ghierra, resuelve con limpieza y buen ojo el problema de esa casa que dos siglos después sigue en pie, y cuya biblioteca depara sorpresas a investigadores de la literatura y del paisajismo, otro de los grandes temas del que Stoppard extrae interesantes reflexiones y también humor. En ese marco físico, un nutrido elenco trabaja con precisión este texto largo pero ágil, difícil por los planteos que presenta y por los que esconde. Algo de suspenso, muy británico, de deducción y pistas precisas (falsas o verdaderas), atrapan de modo complementario al espectador.

El elenco es en general parejo, con muchos actores muy bien en sus papeles. Desde Neukirch, a cargo de la inquieta Thomasina, una joven inteligente, capaz de anticipar a pura intuición teorías que tardarían mucho en ser expresadas por los científicos. Arbelo, el propio Ferreira, también muy bien en sus respectivos roles. Y Alejandra Wolf, siempre eficaz en esos personajes distinguidos. Juan Antonio Saraví hace reír mucho, principalmente en su primera escena, en un registro algo corrido de la tónica general de la obra, algo más marcado hacia la caricatura. Pero seguramente, tanto el director como el propio Saraví, saben de la eficacia de esa decisión, que arranca los momentos más jocosos del espectáculo. Sin embargo, muchos otros tramos de humor surgen del ingenio del texto, apoyado por un elenco compacto.

Denevi sirve este texto sobre el escenario con dinamismo, sin perder tiempos inútiles, subrayado por el trabajo corporal de los actores, que alivianan aun más el caudal de ideas que el autor busca y consigue expresar en este texto magistral. Solo en algún segmento se incurrió en una dicción algo borrosa, una pena porque se trata de un texto que exige ser comprendido perfectamente para luego analizarlo, pensarlo, discutirlo.

Dos horas de espectáculo esperan a un espectador interesado en el teatro y también en temas humanísticos. Para académicos, investigadores, profesores de humanidades, este texto es una joya, que por otro lado esconde también muchos guiños. Una obra para verla bien despierto, con ganas de pensar. Denevi, que está ofreciendo Miedos privados en lugares públicos, en el Anglo, suma otro gran montaje sobre texto inglés a su larga carrera.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Stefanie Neukirch y Diego Arbelo en una interpretación de época nada acartonada.

crítica - TeatroCARLOS REYES

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