Esta noche la laureada actriz, cantante y directora de teatro argentina Cristina Banegas sube al escenario de la Sala Verdi para dar Los caminos de Federico, un espectáculo que ella recién estrenó, y cuyo texto fue concebido y animado en escena por Alfredo Alcón casi 30 años atrás. Hoy y mañana a las 21 horas se la verá en el antiguo escenario de Soriano 914, con entradas a $ 350.

"Este es un texto que armó hace muchos años Alcón con el director catalán Lluís Pasqual, y que ahora lo hago bajo la dirección de Jorge Vitti. Está compuesto de fragmentos, de conferencias, cartas, notas periodísticas, reportajes y de versos de diferentes libros, como el Romancero gitano. Están algunos de los hits de Lorca, poemas de Poeta en Nueva York y otros libros menos populares de Federico. Hay un par de fragmentos de Doña Rosita la soltera, y algo de Yerma también. En conjunto es una partitura bastante peligrosa, en el sentido de cómo pasar de un nivel de discurso a otro, de un clima, de una atmósfera, de una tonalidad, de un ritmo", contó Banegas a El País.

Escénicamente, solo hay un banco en la cámara negra, y el trabajo de iluminación de Gonzalo Córdova. "Jorge tiene un gran conocimiento de la obra de Lorca, y buscamos llevar a escena la frescura y la hondura que este autor tiene".

Banegas ha actuado poco en los escenarios montevideanos, aunque por la televisión los uruguayos se han familiarizado con su rostro y su intensidad: intervino en cantidad de ciclos, como por ejemplo Zona de Riesgo, Vulnerables y Mujeres asesinas, cosechando innumerables premios. En la Verdi ya había estado en 2012, cuando presentó un exigente unipersonal, Molly Bloom, sobre el famoso texto de James Joyce.

"Molly Bloomera bien bravo, porque trabajaba a gran velocidad, dado que tenía que producir la velocidad del pensamiento adentro de la cabeza de una mujer, y las asociaciones que ella iba haciendo mentalmente. Era bien complejo de construir. Los caminos de Federico es otra cosa, completamente diferente: eso también me gusta, me divierte meterme en diferentes líos. Son poéticas diferentes".

Si bien Banegas ha transitado últimamente varios unipersonales, ella explica que si se los ubica en el conjunto de 48 años de trabajo sobre las tablas, la proporción no es tan grande. "Creo que, de cualquier manera, el teatro siempre es una máquina grupal, por más que en el escenario uno esté solo, siempre hay un director, un escenógrafo, una producción, de modo que no me siento muy sola. Por otro lado, estás construyendo un aquí y ahora con los que fueron a ver la función, o sea que tampoco estoy sola en el escenario, porque estoy frente a ese dragón, como diría Federico, que me puede comer. Y en otro momento también habla del público como un caimán. En general le tenemos bastante miedo al público, pero bueno, yo sostengo que hay que demolerlo sin dudar, así que allá voy".

"Esta va a ser la tercera vez que actúo en Uruguay, que en 48 años es bastante poco: curiosamente, la primera vez fue con Cristina García Banegas, al organista uruguaya. He ido poco, pero a lo mejor ahora eso cambia".

Cristina Banegas con dos funciones en Sala Verdi