Sigue en el Teatro Undermovie el espectáculo Amigos como estos.

Hace cuatro temporadas que estos comediantes están con este espectáculo (que antes se llamó Estos). Más allá de ajustes y actualizaciones al repertorio que manejan los cuatro protagonistas, la permanencia en cartelera habla del sólido éxito que tiene la propuesta de Pablo Magno, Germán Medina, Pablo Oyhenart y Sebastián González.

Pero además es una prueba de cómo se viene afianzando la noción de stand up entre el público uruguayo. A un período inicial de novelería y moda, la variante local parece cada vez más consolidada.

Y estos cuatro vendrían a ser, a la luz de estos hechos, integrantes de la primera división del stand up nacional, junto a Laura Falero, Diego Vignolo y María Rosa Oña, entre otros.

El stand up será novedoso acá, y hay quienes lo siguen mirando con recelo y algo de desprecio (en particular, algunos actores y actrices, tanto uruguayos como argentinos han despotricado respecto a esto), pero es una disciplina que cuenta a gente nacida a fines del siglo XIX como fundadores. En Estados Unidos, la comediante afrodescendiente Moms Mabley (nacida 1894) es considerada como una de las primeras exponentes del stand up.

Y como en Estados Unidos están los más conocidos y famosos cómicos de este estilo, es natural mirar hacia allá y hacer esas odiosas comparaciones entre lo local y lo más o menos global. Se nota, por ejemplo, que Ohyenart ha estudiado el estilo de Louis CK, de cómo este a veces remata una anécdota o chiste.

Aún así, hay un sabor local en Amigos como estos. Si bien el contexto es idéntico a lo que se podría ver en una serie como Seinfeld o Louie (un boliche bastante chico con un escenario), también es idéntico a un espectáculo unipersonal de café concert. Y hay algo teatral en el despliegue de los cuatro.

Hay un aire a "guión-de-obra-de-teatro" en el espectáculo, como si se tratara personajes claramente delimitados, diferentes, a los protagonistas. Y una de las características del stand up más convencional es, justamente, la apariencia de que no se trata de un personaje. Esto más allá de lo obvio que no es —por ejemplo— Chris Rock el que hace reír, sino "Chris Rock".

En este caso, esa aparente ausencia de diferencia entre persona y personaje no está, al menos no siempre. Lo cual no quiere decir que los cuatro no consigan su cometido; al contrario. Todos tienen buenos momentos en sus monólogos, pero hay dos que sobresalen: Germán Medina y Pablo Oyhenart.

El primero, más allá de que va a velocidad Fórmula 1 en toda su presentación y no deja lugar para poder apreciar sus chistes u observaciones más inspiradas, consigue eso que caracteriza a los mejores del stand up: retratar con agudeza y gracia algunos estereotipos.

En este caso, Medina da vida con mucha soltura a la joven un poquito cheta, y al varón medio bobo y básico.

Oyhenart, por su lado, consigue sus mejores partes cuando habla de su perro, y lo que éste le diría si pudiera hablar. A veces se le va la mano con los gritos, pero Oyhenart sabe sacarle partido tanto a sus observaciones como a su apariencia, otro sello de la disciplina.

Entre los cuatro hacen un show a toda velocidad (a veces, parecería que estuvieran despachando a las sucesivas tandas de gente que acude al lugar) y muy eficaz, que deja a la mayoría con una sonrisa en la cara.

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