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"Creo que todo teatro siempre es comercial"

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"En la Comedia Nacional yo caí en una lista negra de la que nunca salí". Foto: M. Bonjour
Mario Morgan, productor de teatro uruguayo, ND 20160517 foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Este viernes 20 de mayo, a las 21:00, en el Teatro del Notariado se estrena “El crédito”, de Jordi Galcerán, con actuación protagónica de Jorge Esmoris y Franklin Rodríguez, quienes por primera vez se reúnen en un elenco.

Mario Morgan, artista de larga trayectoria dentro y fuera de fronteras, dirige esta comedia, que aborda la aventura de un solicitante de un préstamo ante una institución bancaria. Quedará en cartel hasta fines de junio, los viernes y sábados a las 21:00 y los domingos a las 19:30.

—Cada vez presentás obras más espaciadamente.

—Cada vez me cuesta más: tenés que tener ganas para dirigir, una obra que te entusiasme, un elenco que te entusiasme.

—¿Qué es lo más difícil en Montevideo para sacar un espectáculo adelante?

—Lo más difícil son las salas: están convertidas en un gran supermercado de obras, donde tenés que adaptarte a las condiciones que hay, a veces con media hora de lapso entre un espectáculo y otro. Creo que no es la forma de hacer teatro. Al menos no es mi forma. No me gusta hacerlo así, y por eso lo hago tan poco. Cuando no están las condiciones, prefiero no dirigir, o hacerlo en el exterior.

—¿Te sentís alejado de la Comedia Nacional, te podrían haber convocado más veces?

—Totalmente. En algún momento yo caí en una lista negra, de la cual nunca salí. Nunca me interesó averiguar por qué. Tampoco me interesa ser convocado por la Comedia Nacional ni por nadie: sé generarme mi fuente de trabajo. Y no dependo de nadie.

—Este año la Comedia Nacional se va a dedicar toda a autores uruguayos. ¿Qué te parece?

—Personalmente me parece un disparate. Podrías destinar una sala para eso, pero cuando un elenco tiene varias salas todo el año con autores uruguayos, me parece realmente un exceso. Creo que el autor nacional debe tener su ámbito y su difusión, pero no lo beneficia para nada ese exceso. Se vuelve demasiado nacionalista.

—Héctor Guido hizo una crítica muy dura a Gerardo Grieco y al Auditorio del Sodre...

—Soy un admirador de la labor de Grieco. Creo que todos los comentarios en contra son de una mezquindad muy grande, sin valorar el enorme trabajo que ha hecho. Creo que ha pasado recientemente lo mismo con Julio Bocca. No hemos aprendido los uruguayos a ser generosos y a darle el lugar que se merece a la gente que realmente hace mucho por la cultura del país.

—En eso, en la escena porteña hay más gratitud, más reconocimiento.

—Creo que sí. Quizá en la escena porteña no hay esa división tan grande entre si un teatro es comercial o no. Creo que todo teatro siempre es comercial, desde el momento en que se cobra una entrada. Si te quejás de que no te va gente, y estás haciendo un texto vanguardista o experimental, no te asiste la razón. No podés tener la misma convocatoria.

—La experiencia de Teatro Movie, donde tú dirigiste, ¿cómo la viviste?

—Lamenté mucho que Teatro Movie no siguiera produciendo teatro, porque fue uno de los pocos lugares donde yo me sentí como en casa. Bien tratado, había una preocupación enorme porque el espectáculo fuera al máximo nivel. Creo que fue un esfuerzo muy grande, en una sala muy grande, que para poder mantenerse necesitaba toda una corriente de público que es muy difícil tenerla a lo largo de todo el año. Lo lamenté en el alma: es uno de los pocos lugares a donde me gustaría volver.

—¿Qué fue lo más raro que viste en una platea?

—Lo más insólito: en una función de Carlitos Perciavalle, en el Teatro Stella, a una señora se le cayó la dentadura postiza sobre el escenario, desde un palco. Y Carlitos Perciavalle se la alcanzó.

—¿Cómo describirías esta nueva obra: El crédito?

—Creo que es una comedia muy divertida, que al mismo tiempo le da al espectador una reflexión sobre el sistema financiero con que nos manejamos en la vida. Diariamente a todos nos pasa que recibimos llamados telefónicos que nos dicen que tenemos un crédito preacordado, que vos no solicitaste. En cambio, cuando se da la situación inversa, que vos precisás un crédito, los formularios que tenés que llenar son enormes. Se plantea la duda sobre cuál es el criterio con que se manejan.

—El método Gronholm, del mismo autor, también era muy crítica...

—Creo que tienen muchos puntos similares. El método Gronholm eran aspirantes a un empleo. Aquí es un aspirante a un préstamo. Tienen mucho en común, porque es la temática que trabaja Galcerán, el autor. Creo que El método... era una comedia muy divertida: esta otra comedia lo que tiene es que las exigencias que el interesado va teniendo para que le den el crédito llegan a límites tan absurdos, que genera mucho humor.

—¿Cómo fueron los ensayos con este par de actores?

—Fui muy afortunado, porque tuve de entrada a los dos actores que había pensado, y tuve una gran afinidad con los dos. Con Franklin había trabajado mucho: con Esmoris para mí fue una sorpresa. Creo que es un gran actor: creo que Esmoris debería actuar mucho más en obras. Es una faceta de él que quizá el público desconoce: es un actor muy completo.

—¿Qué tipo de humor demanda esta obra a los actores?

—Es un humor un poco salvaje, que no tiene que tener límites. El actor se tiene que lanzar sin importarle el ridículo, ni el naturalismo. Es un humor loco: creo que a la gente le puede gustar muchísimo.

— Falleció China Zorrilla, también Taco Larreta. ¿Te sentís un poco solo en la comunidad teatral?

—Soy el último dinosaurio. No queda nadie más aquí en Jurassic Park. Solamente yo.

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"En la Comedia Nacional yo caí en una lista negra de la que nunca salí". Foto: M. Bonjour

MARIO MORGAN

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