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Compleja historia de amor para dos grandes papeles

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Bolani y Gilmet en un mano a mano actoral sobre la pareja. Foto: M.Fernández.

La obra se conoció en Montevideo en 1998, realizada por aquella compañía oficial que fue Casa de Comedias del Uruguay, y ahora regresa con nuevo elenco y director, y realmente se ve bien distinta, es otra cosa.

En clave de drama, aunque con contados y precisos toques de humor, el argumento desarrolla una relación amorosa compleja, que el tiempo fue colocando en distintos vínculos y perspectivas.

Tom (Jorge Bolani) es un veterano empresario de una cadena de restoranes, que en un tiempo tuvo con Kyra (Soledad Gilmet) una relación compleja, fuera de su matrimonio. El personaje ausente es la esposa de él, quien sin embargo tiene su peso en la trama. Toda la acción se desarrolla tiempo después, como si el espectador asistiera a una segunda parte de algo, con el peso de un pasado gravitando sobre sentimientos, recuerdos y decisiones.

El reencuentro entre los protagonistas no tiene solamente al terreno amoroso como generador de drama. Uno y otro representan dos clases sociales, dos modos de ver el mundo, y de relacionarse con él. Ante la postura burguesa del hombre de negocios, ella es una educadora social, idealista, hecho que complica aun más en el campo afectivo y lo llena de tensas discusiones. Por momentos parece que esas discusiones sobre temas sociales escondiesen otros enfrentamientos más personales. "Es más difícil amar a una sola persona que a la humanidad entera", le dice Kyra a Tom en un momento crucial del drama.

Bolani aprovecha el texto, y es aprovechado por el director, para ofrecer un personaje compacto, sin fisuras, asunto que encaja también en el desempeño de Gilmet. La dupla entre los dos actores, el modo en que llevan sus personajes y el vínculo entre ellos, es uno de los mayores placeres que se lleva el espectador.

Junto a eso, el texto aporta una interesante visión sobre los afectos y la relación de pareja, a la vez que tira sobre el tapete algunas frases fuertes, que puede hagan eco y se fijen en la memoria de más de uno entre el público. El tema de la culpa, y de su relación con la pareja, es otro de los tantos asuntos que se plantean con profundidad. Por contrapartida, en algunos tramos la discusión sobre temas sociales gira sin avanzar mucho, con argumentos que el espectador escucha más de una vez.

En el montaje de 17 años atrás, el papel de Bolani estuvo encarnado por Taco Larreta, quien lógicamente le daba un tono más suave a su personaje, que ahora se presenta con una carga más dura. Bolani, de sobretodo oscuro, mueve sus manos con un aire de locura, o de misterio. El rol femenino había sido interpretado por Margarita Musto: quizá hoy Gilmet le da un tono más cándido. El presente montaje, que no busca ser actual en su ubicación temporal, logra volver a ofrecer una hora veinte minutos de buenas actuaciones y un texto que tiene algunas cosas para decir.

teatro, "Skylight", Jorge Bolani, Soledad Gilmet, Alianza Uruguay—Estados Unidos

Skylight [***]

Autor: David Hare. Dirección: Jorge Denevi. Elenco: Jorge Bolani, Soledad Gilmet, Matteo Pistoni. Escenografía, iluminación y vestuario: Laura Leifert y Sebastián Marrero. Ambientación sonora: Alfredo Leirós. Lugar: Sala Dos, de la Alianza Uruguay—Estados Unidos, Paraguay 1217. Funciones: sábados a las 21.00 y domingos a las 19.30. Entrada: $ 360, en Abitab y en la boletería de la sala.

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Bolani y Gilmet en un mano a mano actoral sobre la pareja. Foto: M.Fernández.

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