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Ancianos que luchan por no ser viejos

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Vázquez y Calcagno. Foto: María Fernández Russomagno

Aeroplanos puede significar para el público distintas cosas. Para los espectadores que vieron aquella recordada versión que Ruben Yáñez hizo en 1992 en el Teatro Circular, significa una actuación magistral de Walter Reyno (1935-2014), que le valió el Premio Florencio.

Para otra parte del público teatrero, la gran obra teatral del argentino Carlos Gorostiza es, de todos modos, un ejemplo de un texto eficaz, que dice mucho con poco, y que por eso ha tenido decenas de versiones en el mundo del teatro en español. De hecho, ahora se está haciendo también en México DF, en el Teatro Rafael Solana, interpretada por dos figuras del espectáculo de ese país, Ignacio López Tarso y Manuel "El Loco" Valdés.

Por todas partes el texto tiene méritos para volver a los escenarios. La delineación que hace el autor de esos dos ancianos que luchan contra el ocio, la soledad y el miedo a la muerte, es perfecta. Con precisos efectos de humor, Gorostiza trazó una dupla que crece en escena a través de discusiones banales, que reflejan a esos hombres mayores, con mucho más pasado que futuro, y con más tiempo libre que capacidad para la acción.

Sin apartarse del realismo, el genial dramaturgo porteño (1920-2016) realizó proezas en el terreno del absurdo, con chispazos para acentuar la verosimilitud de la ficción, plasmando frases que dibujan lo cotidiano de modo preciso.

La obra, además, se presta para el lucimiento de dos intérpretes veteranos, con experiencia y oficio, y en ese aspecto, Vázquez y Calcagno aprovechan el libro para componer un mano a mano que divierte y vale no perderse. La complicidad de los dos personajes ancianos, la rivalidad en el marco de una amistad férrea, permiten a los dos actores tanto el lucimiento individual como a dúo.

Claro que hay que dejar de lado los recuerdos de Reyno en escena para vivir a pleno esta versión. Walter Reyno sabía conjugar la debilidad de su personaje, con la fuerza. Era un actor cuya constitución física y vigor le permitían una dinámica exquisita entre el impulso vital, y el peso de los años. Vázquez, corpulento, compone su personaje desde otro lugar.

Curiosamente, Calcagno, un actor de complexión y tipo más enérgico, más próximo a la complexión física de Reyno, se hace cargo del otro personaje, que tiempo atrás encarnó Carlos Frasca, también en magnífica labor.

Pero la nueva dupla funciona, y aunque la obra pierde bastante humor pasada la mitad, siempre es un placer ver un buen texto bien interpretado. Un detalle de la escenografía es que da un toque estético al entorno de este canto a la esperanza.

AEROPLANOS [****]

Autor: Carlos Gorostiza. Director: Eduardo Cervieri. Actores: Pepe Vázquez, Julio Calcagno. Escenografía y vestuario: Alicia Lores. Diseño de iluminación: Rosina Daguerre. Teatro: Alianza Uruguay-Estados Unidos, Sala Dos. Paraguay 1217. Tel. 2908 1953.Funciones: sábados a las 21:00 y domingos a las 19:30. Entradas en Abitab, a $ 390 (Jubilados y pensionistas: $ 330).

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Vázquez y Calcagno. Foto: María Fernández Russomagno

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