Luego de sacarse de encima un contrato con otro sello gracias a las gestiones del productor y empresario Jimmy Iovine (parte de cuya historia se cuenta en el documental The Defiant Ones, hace poco estrenado por HBO), Trent Reznor se puso a trabajar en el segundo disco de su banda, Nine Inch Nails.
El primero, Pretty Hate Machine, ya había mostrado a un músico con ideas propias, que usaba sintetizadores y sonidos digitales para hacer un rock de sonido novedosamente agresivo, algo que acentuó en Broken (1992), un EP de cinco canciones que salió entre Pretty... y este disco, publicado en 1994. Acá, Reznor consolidó su estilo y, dentro de éste, se inspiró para un álbum en el cual fusionó las aristas más intensas e impenetrables del "nuevo" rock industrial, con matices y climas que lo acercaron a oídos más inclinados a apreciar melodías y sutilezas.
Apoyados en videoclips muy elaborados y a veces chocantes, Reznor y su banda delinearon un álbum con un sonido —brillante, intenso, muy producido— que ayudó a definir —junto al grunge y bandas como Garbage— al rock de los años 90.
Nine Inch Nails
Disco: The Downward Spiral
¿Está online? En Spotify. Datos: El disco cimentó la reputación de Reznor como un músico casi obsesivo en la persecusión de un sonido y un estilo.
MÚSICA