El rostro de Ariel Britos todavía parecen asomar los gestos de aquel niño que con seis años ingresó en el Conservatorio Municipal de Durazno para estudiar piano.

Lo infantil también dice presente con los autitos de colección que se apilan en el escritorio de su oficina en la sede de la Orquesta Juvenil del Sodre, que fundó y dirige hace algunos años; y en su ansiedad al hablar. Y es que Britos tiene mucho que contar en poco tiempo.

"Nunca me imaginé que iba a ser director de orquesta. Estudiaba meramente para ampliar mi horizonte. Yo no quería dirigir; pasaron muchos años en que yo gestionaba esta orquesta sin jamás dirigir, hasta que el doctor José Antonio Abreu me dijo: Ariel, hasta que vos no dirijas esa orquesta, esa orquesta no va a salir adelante, porque esa orquesta ya no necesita un director, necesita un líder. Y así fue. Empezaron a pasar cosas muy rápidamente; es de un vértigo insoportable lo que sucede aquí… Insoportablemente lindo", le cuenta a El País.

Gracias a su empeño, su equipo de trabajo y su familia que se involucró completamente en este proyecto, el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Uruguay no para de crecer. Recientemente recibió un cargamento de 700 instrumentos con el que impulsará el programa "Un instrumento, un niño", con el que pretenden llegar a todos los chicos del país.

"Estamos absolutamente preparados mental y tecnológicamente para asumir el desafío de replicar este programa en todos los rincones", dice Britos esperanzado y convencido.

Mientras ese programa avanza lentamente, Britos ultima los detalles de "Help!", el concierto que la Orquesta dará mañana en el Sodre, y de la gira que se les viene. Ya tiene planes para el próximo año, y el siguiente.

—¿Cómo surgió este show?

—En el marco de esta gira que haremos por Estados Unidos, por ejemplo, nos invitaron a dar un concierto el 23 de setiembre en el marco de las actividades que el Papa va a realizar en Washington. ¡Parecía broma! Y dijimos que sí. Asumimos un riesgo tremendo que implicaba multas porque ya habíamos comprado los boletos aéreos, pero finalmente lo logramos. En esa lucha surgió el "¡socorro!", porque no nos daban los rubros. Esta orquesta depende del Sodre, los gastos están recortados y fue un riesgo que asumimos desde acá. Buscamos apoyo en el consejo directivo y les ofrecimos hacer este concierto, soltamos la imaginación y unánimemente surgió lo de Beatles.

—¿Cuántas personas viajan?

—80 músicos.

—¿Cómo se hace la selección? Aquí trabajan más músicos.

—Son 129 los integrantes de la orquesta. Es una selección que tiene una motivación primaria de los recursos que hay que invertir, que son carísimos. 80 es el mínimo indispensable para cumplir con el repertorio proyectado. Y la selección es muy clara: todos los años se hacen audiciones donde se reordenan las filas, a partir del talento de cada uno y de cómo haya evolucionado el de los otros va a ocupar un lugar. Todo el mundo lo tiene claro. No hay conflictos, traumas, nada.

—¿Los chiquilines se comprometen? Porque tienen que dejar de hacer cosas de su adolescencia normal.

—Para los muchachos que llegan a la orquesta la música ya es una opción; creo que no dejan cosas por estar acá: optaron por estar acá frente a otras alternativas que la vida les ofrece. Lo que sí nosotros cuidamos mucho los estudios formales y con eso no se juega.

—¿Llevan un control?

—Sí, controlamos asistencias y calificaciones, tenemos un departamento que se encarga de eso. Pero insisto: hay muchachos que optan por la pelota y otros por pasar su tiempo libre aquí. No es sacrificio, es un gran placer y aquí el tiempo se pasa volando. La gente que está aquí quiere ser músico y sabe que eso se logra con disciplina y voluntad. No hay otra receta.

—¿Los chicos que están en la orquesta se han formado acá?

—Te diría que el 90 por ciento han sido formados íntegramente en el sistema, y hay un porcentaje que ha audicionado. La orquesta recibe a cualquier chico músico que tenga un instrumento en sus manos y que pueda audicionar cumpliendo con cierto nivel de dificultad.

—¿Acompañás ese proceso?

—Sí. Tenemos un equipo multidisciplinario que se está potenciando. Debo decirte que estamos considerando que dos niñas de 10 y 11 años integren la plantilla solista de los que van para la gira. Con 10 años no tienen nada que envidiarles a los de 20. Cada vez los muchachos más jóvenes están adquiriendo mayor nivel técnico.

—¿Naciste en Durazno?

—Sí, nací en Durazno hace un montón de tiempo (se ríe).

—¿Allá cómo era la escena musical? Cuando se piensa en el interior siempre se piensa en el folclore.

—Sí, era muy raro. Me acuerdo que con mi papá una vez cortamos un árbol, lo ahuecamos y fabricamos nuestro propio bombo leguero. Mi vida siempre estuvo rodeada de mucha música y por esas cosas de la vida me encontré en el Conservatorio Municipal, y gracias a eso conocí la música clásica. Fue una cosa rara, había que tener mucho temple. En la ciudad eran contados con el dedo de la mano los que estudiaban música clásica. Pero sobreviví.

—¿Sufriste bullying?

—Lo padecí, pero estaba como anestesiado. En esa época no existía el bullying, había que sobreponerse. Tenía una doble tarea: ser varón y estudiar música clásica, que tiene una connotación especial, y demostrarle a mi entorno que podía ser igual que todos. Hice mucho deporte, jugué mucho fútbol. No lo hacía para demostrar que era una persona normal, pero me servía. Y creo que me gané el respeto. Esa experiencia me sirvió para extrapolarla a los muchachos que trabajan hoy con nosotros. Hoy en día formar parte del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Uruguay es un orgullo para cualquier muchacho y su familia. Hemos traspasado la frontera del bullying, la burla y el menosprecio.

El espectáculo que dará la orquesta mañana a las 19 con participación del cuarteto La Otra —y que ya agotó entradas— se llama "Help!" porque es un grito de auxilio y porque el repertorio estará basado en The Beatles. Lo recaudado servirá para financiar la gira por América del Norte que comenzará en Washington y seguirá por Atlanta, varias ciudades de México y Miami. Antes del tour la orquesta realizará otro concierto, como parte del programa curricular del año. El 16 de setiembre a las 20 se llevará a cabo "El amor brujo", concierto dirigido por el español Ignacio García Vidal. Para futuro hay planes: viajarán al exterior en 2016 y 2017, y pretenden hacer una gira nacional el próximo año.

El hecho de que chicos entre 10 y 27 años hayan estado de acuerdo unánimemente en versionar de manera sinfónica canciones de la banda inglesa habla de la trascendencia que The Beatles han tenido y que ha abarcado generación tras generación desde su irrupción en la década de 1960.

Ariel Britos comparte la fascinación por The Beatles, aunque reconoce que no fue su "banda de cabecera". A este hombre de 45 años lo marcó mucho más el rock argentino, pero sus padres se encargaron de explicarle los detalles del misterioso mundo de los Fab Four.

"Mis papás me hablaban mucho de esa época; no sólo de la música sino de todo lo que fue esa movida, que la estoy entendiendo más ahora. Creo que están más vigentes que nunca", afirma de manera rotunda.El impacto que siguen generando The Beatles en el siglo XXI también se refleja en el hecho de que desde el miércoles las entradas para este espectáculo estén agotadas. A miles de personas les sigue interesando escuchar sus canciones en distintos formatos y estilos.

Sandro de América grabó "Cant buy my love" y tantas otras haciendo una atrevida traducción al castellano, la banda de reggae Easy Star All-Stars hizo un disco tributo bautizado Easy Stars Lonely Hearts Dub Band, y hasta hay un homenaje hecho en salsa que incluye interpretaciones de Celia Cruz y Oscar D León.

Este año se cumplieron 50 años desde la salida del álbum Help!, 50 años que lo único que han hecho es potenciar su importancia.

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