Publicidad

Gerardo Nieto: "No me imagino retirándome"

Compartir esta noticia
"Vivo de la música, no sobrevivo. Tengo casa propia y mis hijas van al colegio". Foto: L. Carreño
Nota a Gerardo Nieto, cantante de musica tropical uruguaya, foto Leonardo Carreño, nd 20150521
Archivo El Pais

Gerardo Nieto es uno de los cantantes de música tropical que más exito y más seguidores ha conseguido en Uruguay, y que más claro tiene el funcionamiento del mercado.

Aunque transita por su año número 26 de carrera, sigue festejando los 25, motivo por el que esta noche a las 21:00 se presentará en el remozado Teatro Politeama de Canelones con un show "a la carta", para el que las entradas cuestan 300 pesos.

Antes de llegar a ese escenario, Nieto tuvo que recorrer muchos caminos y entender que el de la música es un trabajo, uno poco común pero, posiblemente, el que mejor sabe hacer. Hombre del Cerro, el cantante se crió allí y allí sigue viviendo, aunque distanciado de la pasión futbolera que sacude al barrio cada fin de semana. Dice ser hincha de Cerro pero confiesa que la violencia lo alejó de las canchas. Su tiempo libre prefiere dedicárselo a un particular hobby: la cría de peces. Empezó con dos hace 11 años y hoy tiene una pecera con dimensiones de piscina (2,5 metros por 2,5 por uno de alto), y una pelopincho que oficia de acuario temporal, mientras termina uno grande que está construyendo en el patio. Para los peces, la familia y la producción, tiene lunes, martes y miércoles. Y jueves, con suerte. Entre viernes y domingo su vida se trastoca y llega a contabilizar 12 recitales en una noche. Antes de presentarse en el Politeama, Gerardo Nieto conversó con El País y se definió como "una persona normal con un laburo que no es tan normal". "Con todo lo que implica ser popular, y tratando de llevarla y que no se te suban los pajaritos a la cabeza. Es medio complicado saber cuándo sos el Gerardo Nieto del escenario, cuándo te sacás ese vestuario y te ponés el otro Gerardo Nieto. ¿Cuál es uno y cuál es otro? ¿No es lo mismo? Te hacés miles de conflictos", confiesa.

—Crees que la presente es la etapa que más le gusta a tus seguidores. ¿También es la que más te gusta?

—Coincido, capaz que yo me siento mejor. De repente es cómo se siente el artista lo que se refleja en los demás.

—¿Tiene que ver con ser jefe?

—Sí, es muy bueno; esa libertad está buena porque en el acierto o en el error decidís vos. Tiene otra responsabilidad también; siempre te cuestionás si está bien o no lo que hacés.

—¿Cómo te llevás con el hecho de poder ser "el malo" para los demás?

—No me preocupa. Trato de ser equilibrado. Creo que en la vida es todo equilibrio. No podés ser ni muy bueno ni muy malo, ir divirtiéndote y no tener preocupaciones.

—¿Te sirvieron las experiencias anteriores para aprender a manejarte como líder?

—Me sirvió ese camino para saber lo que no se podía hacer. Al principio fui muy duro, pagué consecuencias por eso; gente que se resintió y se me daba vuelta toda la banda. Fue difícil y entendí que estaba siendo demasiado duro.

—¿Sos de pedir ayuda en esos casos?

—Converso mucho, soy de conversar y llegar al diálogo. Soy medio cabeza dura también, siempre me tenés que hacer ver que tenés la razón.

—Como director de una banda también tenés la responsabilidad de repartir el cachet. ¿Es la tarea más dura?

—Pasa que en la sociedad está integrado que el patrón es el malo y el obrero el bueno. No tiene por qué ir todo al límite, ser todo así. Si bien tengo entendido que estuve 25 años formándome para ser solista y es mi empresa, también tengo que tener músicos que toquen y estén conformes. En cualquier laburo es difícil la convivencia, y este es un laburo más.

—¿La música te dio plata para sobrevivir o para vivir?

—Vivo, no sobrevivo. Tengo mi casa propia, siempre tengo mis lujitos. Mis hijas van al colegio...

—Supongo que en algún momento habrás derrochado.

—Cuando era más joven. Yo nací en un barrio humilde, no tirando manteca al techo. Me crié con poco. Cuando agarré esto fue el desquite; desparramaba en mis amigos toda mi plata. Nunca fui ordenado en cuanto al dinero. Hace cuatro o cinco años tomé conciencia de que podía juntar algo y ver una diferencia. Lo hice y me fue muy bien.

—Si bien Karibe con K fue la banda más exitosa en la que estuviste, LAutentika marcaba una diferencia a nivel de letras.

—Tenemos la suerte de tener un escritor que compone muy bien, Carlos Fernández, que me escribe hoy a mí y que tiene más de 1000 canciones registradas. Compone muy bien. Es un ejercicio componer.

—¿No lo hacés?

—Lo he hecho, sí, pero no me sale como a él. No puedo producir por beneficio propio. Para mí sería más cómodo decir: me hago todo un disco yo, lo registro en Agadu, cobro todo yo y es redondito el negocio. Pero no me sale tipo fábrica, me sale cuando me inspira algo y de repente es cada cinco años. Tengo cuatro o cinco temas.

—¿Te cuesta apropiarte de las letras?

—No. Todo pasa por momentos; a veces físicamente estás muy cansado y el show sale bien pero no hay esa química tan especial, mágica. De repente ves gente llorar, gente que se emociona. O vos mismo te ponés a llorar.

—¿Te pasa eso?

—Me pasó, y en un momento también pensé que pasaba todo por ahí, que tenía que llorar siempre. Y tampoco es así: volvemos al equilibrio de siempre. Es desgastante tener que tratar de sentir algo que no sentís.

—En algún momento cantaste "Muchacha ojos de papel", de Spinetta.

—Sí, pero me dio un poco de vergüenza. Fue una idea de Eduardo Rivero, pero era como mucho, ¿no? En aquel tiempo arriesgábamos mucho. Debo confesar que me sentí avergonzado.

—Participás activamente en los actos del Frente Amplio. ¿Te ha costado muchos seguidores?

—No me lo dicen y pienso que no, tal vez sí. No me preocupa tampoco.

—¿Qué te motiva a hacerlo?

—Yo me considero un militante del Frente Amplio. Yo militaba por fuera, sin que la gente supiera. Cuando hubo que jugarse y poner la cara me la jugué por mi sociedad, por mis hijos, por lo que me parece que es mi futuro.

—¿Pensás en dejar la música?

—Sí, pero no me imagino retirándome. No es que no quiera cantar; me gustaría hacerlo pero que no fuera una obligación. Hoy en día siento que es por lo económico más que nada. Me gustaría tomarme mi tiempo y hacer otras cosas en cuanto a lo musical, investigar distintos géneros. Lo que tiene de bueno es que vos podés vivir de la música tropical. Lo que tiene de malo es que es desgastante porque todos los fines de semana hacés 10 o 12 shows. Es muy estresante por ese lado.

—¿Físicamente cómo aguantás?

—Antes hacía boxeo, ahora no hago nada. No sé si me atacó el viejazo, pero se me hace difícil. Todos los lunes digo: hoy arranco. Entre semana tomo alcohol si hago una comida en casa, pero tampoco tolero mucho. Tengo el sueño cambiado y a veces me cuesta dormir. De repente a las 22:00 o 23:00 me viene un sueño tremendo, y me despierto solo a las 03:00 o 04:00.

—Si no cantaras, ¿que podrías hacer? —

Me gustan mucho los animales. Me gustaría ser veterinario así, de cabeza. Por el canto nunca pude estudiar, y me veo como viejo. Pero nunca es tarde.

Cronología de una larga y exitosa trayectoria.

Gerardo Nieto empezó a cantar canto popular cuando era un adolescente, sin entender muy bien lo que querían decir aquellas canciones de protesta que le enseñaron. Con 14 años debutó en Carnaval, con una murga llamada La del Futuro, y luego pasó a Los Carlitos. Llegó a Karibe con K en 1989 y abrazó el momento de máxima popularidad de su carrera. Se probó como director en YFG, La Diferencia, que musicalmente sonaba "muy bien", pero no prosperó. Se fue a NG La Banda "porque teníamos que comer. No me gustaba mucho la banda pero sí cómo me pagaban". Más tarde lo convocaron de LAutentika, con la que se quedó por cinco años. "Hasta que surgió la inquietud de ser solista".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
"Vivo de la música, no sobrevivo. Tengo casa propia y mis hijas van al colegio". Foto: L. Carreño

El cantante de música tropical se presenta hoy en el PoliteamaBELÉN FOURMENT

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

musicaGerardo Nieto

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad