Este cantante estadounidense (nació en Connecticut hace 63 años) sintetiza como pocos cierto pop rock muy efectivo en la década de 1980. La potencia de su voz al servicio de canciones (propias y ajenas) inolvidables, le han dado una permanencia más allá de aquel impacto incial.

Su repertorio es de esos que no deben faltar en una fiesta nostálgica y su simpatía lo ha integrado a la cultura popular. Todo eso estará este domingo a la noche en Enjoy Conrad de Punta del Este, cuando Bolton suba por primera vez a un escenario uruguayo. Una velada de romanticismo puro con canciones inolvidables y un crooner rockero de nivel internacional.

Michael Bolton llega por primera vez a Uruguay para presentarse en el Hotel Conrad este domingo, con todos sus hits a cuestas. Esas canciones —How am I supposed to live without you, Soul provider, When a man loves a woman, How can we be lovers?, entre otras— le valieron el favor de millones que compraron sus discos y fueron a sus recitales. Pero también le valieron el pulgar para abajo de varios críticos de música que vieron en Bolton la encarnación algunos de los lugares más comunes y complacientes de las composiciones populares. Hoy, con el pelo mucho más corto, el cantante y compositor que empezó en el "hard rock" y se fue hacia lo melódico, respondió al cuestionario de El País y se despidió con un "Gracias por esta entrevista". Un caballero.

—Usted ha encarado muchos géneros a lo largo de su trayectoria, desde el soul y el pop hasta el jazz y canciones tradicionales. Pero da la impresión que desde que dejó de el rock, nunca más volvió a él. ¿Por qué?

—Nunca he abandonado el rock. Lo que sí hice fue irme de un formato de banda de rock, que en mi caso era Blackjack, para hacerme solista con un enfoque más pop y rhythm and blues, que fue lo que hizo que mi carrera despegara. Sigo amando al rock y en mis conciertos interpreto varios números de rock, a veces tocando mi guitarra eléctrica preferida. En realidad, siempre me sentí atraído a una amplia gama de estilos musicales. Poder compartir con cualquier público una variedad tan grande de géneros en el escenario es una gran experiencia.

—Además que para sus propios discos, usted ha compuesto para otros artistas como Laura Branigan, Cher, Kiss y otros. ¿El proceso de componer una canción es diferente cuando sabe que ésta va a ser grabada por otra persona?

—Compongo canciones desde que tengo memoria, siempre lo hice. Pero no pienso en quién la grabará, sino en encontrar el camino hacia un mensaje poderoso, universal y con el cual uno pueda identificarse. O una experiencia vivida de una manera creativa y memorable. Me ha pasado a menudo que alguien graba una de mis canciones, y yo he grabado canciones de muchos artistas. Esa es la belleza de las grandes canciones: que un artista puede llegar al micrófono con su propia interpretación, y darles vida eterna. Siempre me honra que otros artistas graben canciones mías.

—Usted interpretó varias canciones para películas, entre ellas la central de la película animada de Disney, Hércules. ¿En qué otras películas le hubiese gustado haber sido la voz de la canción central?

—Hay tantas buenas películas… El proceso de sincronizar una canción para una película es un trabajo muy específico. Hace poco, compuse y grabé un par de canciones para una nueva película protagonizada por Russell Crowe (Fathers & sons), que va a estrenarse próximamente. Para mí fue una experiencia muy linda, porque vi la película y me conmovió. Compuse las canciones desde un lugar muy personal.

—En la película Enredos de oficina (1999), una de las bromas es que uno de los personajes se llama igual que usted, y le toman un poco el pelo justamente por eso. Usted mismo se rió de sí mismo haciendo un sketch sobre la película. Además, también ha participado en sit-coms, donde se ríe de sí mismo y la imagen que mucha gente tiene de usted. ¿Siente que ese sentido del humor lo ha reivindicado como artista, al menos en la consideración de cierta gente?

—¡El humor ha sido una parte de mí desde siempre! No sé si me reivindica, pero lo que sí puedo decir es hay gente que finalmente me está conociendo y que la estoy pasando muy bien.

—¿Cuáles son las cualidades más importantes que busca en una canción cuando explora repertorios para interpretar en discos o cantar en vivo?

—Me atraen ciertas melodías que son bellas y también desafiantes, melodías que me vienen bien desde el punto de vista vocal, pero también letras que se sientan como auténticas y universales.

A pesar de que sus éxitos empezaron a sonar solo un poquito antes que Nirvana pusiera todo patas para arriba con el disco Nevermind (el álbum de Bolton Soul provider es de 1989, y el de Nirvana, de 1991), el sonido y estilo patentado por Bolton está asociado con la década de 1980. Los arreglos de sus canciones más populares, con abundantes teclados y a veces saxos, llevan a los 80 marcados de forma indeleble. Hasta su cabellera lo emparentaba con otro fenómeno de esa década, el musculoso modelo Fabio. Pero esas canciones melosas y armadas con conocimiento de causa perduraron. No tanto, tal vez, por sus innegables virtudes, aunque nadie puede negar las manos expertas en su factura, sino por esa cualidad de haber definido parte de una época de manera tan contundente. En eso, Bolton estuvo acompañado por otras figuras que pusieron lo suyo: Richard Marx, Bryan Adams, Rick Springfield, Bon Jovi y algunos más. Hombres que se movían dentro de las coordenadas del rock en cuanto a instrumentación, grabación y espectáculos en vivo, pero donde siempre había algún lugar para el almíbar melódico que viene en forma de una potente balada de amor. Que el propio Bolton sea consciente de eso, y a la distancia pueda tomárselo con humor, suaviza la crítica más dura que se le puede hacer.

El cantante se presentará en el ConradFABIÁN MURO