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Gilberto Gil: cómplices de la música brasileña

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"Ser dos en el escenario nos aproxima más y nos hace bien", afirmó.
Marcos Hermes

Alguien los podrá llamar padres fundadores de una parte fundamental de la cultura brasileña y estará en lo cierto. Es que Caetano Veloso y GIlberto Gil ayudaron a fundar el movimiento que tomando la tradición musical y cultural de Brasil, la mezcló con la modernidad y el rock and roll para revolucionarlo todo. El tropicalismo barajó y dio de cero la música del gigantesco vecino.

Medio siglo después, Caetano y Gilberto(así con esa familiaridad que generan los artistas brasileños) están de gira mundial celebrando el nacimiento de aquel movimiento y los 50 años de su amistad. Esa gira, que los pone solos con sus guitarra sobre un colorido escenario y un repertorio con canciones de esas que sabemos todos, hará escala en Uruguay, el 12 de setiembre en el Velódromo Municipal. Las entradas ya están a la venta con precios que van de 990 a 3.980 pesos.

Ya en los tiempos de Eduardo Mateo, o incluso antes, la música brasileña ha tenido una presencia muy fuerte en la cultura musical uruguaya. Desde los primeros experimentos con la bossa nova a acercamientos más recientes como los de Daniel Drexler o Martín Buscagllia, las figuras de Veloso y Gil, han sido una influencia directa en la música local.

Sus aportes han sido variados pero fundamentales y de alcance global. Caetano (que tiene 73 años) fue integrando ritmos desde la sicodelia, la electrónica, a la música latinoamericana, lo que lo convirtió en el nombre más importante de la música brasileña. Más volcado al reggae o al samba, Gil (que cumplió 73 en julio) consiguió un público fiel y mundial gracias a una voz prodigiosa y a una mayor aplicación al pop como queda evidente en canciones como Nos barrancos a cidade, Realce, Toda menina bahiana, entre otros clásicos. Entre 2003 y 2008 fue ministro de Cultura del gobierno de Lula Da Silva.

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Los dos son bahianos; nacieron con un par de meses de separación; sacaron sus primeros discos en 1967 (Louvação de Gil, Domingo de Caetano); fundaron un género musical; la dictadura los obligó a un exilio londinense que enriqueció aún más su música y ambos son de las grandes estrellas de la música brasileña de todos los tiempos. Todas esas coincidencias han hecho inevitable discos (incluyendo Tropicalia 2 en 2007), show (el más reciente, en 2012, junto a Ivette Sangalo) y giras en conjunto. Ambos sacaron sus últimos discos solistas en 2014: Abraçaço de Caetano y Gilbertos samba de Gil.

En un alto de la gira, Gilberto Gil contestó algunas preguntas, escuetamente y vía mail a El País.

—La pregunta más clásica y seguramente la más repetida en estos tiempos. ¿Qué fue lo primero que pensó cuando allá por la década de 1960 se cruzó por primera vez con Caetano Veloso?

—Nos presentó Roberto Santana, un productor musical y amigo en común. Debo decir que desde el primero momento, sentí una amistad muy fuerte que solo se ha consolidado con el pasar del tiempo.

—Para alguien más joven que quizás conozca sus carreras más recientes pero no está familiarizado con la movida de aquellos años, ¿cuál fue el aporte de su generación a la música brasileña?

—Teníamos muchos links con la musica popular de Brasil de varias épocas, regiones, estilos y a ellos agregamos las influencias de nuestra generación: el rock y el pop internacional

—Cuando se habla de Tropicalismo se piensa en Caetano Veloso, Maria Bethnia, Gal Costa, Tom Zé, Os mutantes, y otros claro, ¿pero hay alguien que no haya concretado su potencial?, ¿alguien que usted lamente que no haya tenido éxito masivo?

—Maria Bethnia, aunque sea de nuestra generación, no se sumó al tropicalismo y se ha mantenido hasta hoy como una artista muy independiente. Nunca le gustó pertenecer a ningún movimiento pero fue ella quien nos abrió los ojos sobre lo que estaba haciendo la Jovem Guarda, aquella de Roberto Carlos, Erasmo Carlos y compañía.

—¿Cómo ha sido su relación con Caetano, teniendo en cuenta que se conocen hace más de 50 años?

—Pasamos momentos más cercanos uno del otro, otros en que hemos estado muy lejos. pero una cosa es cierta: cuando estamos juntos es como si nunca nos hubiéramos separado. Hay mucha complicidad, mucho afecto.

—Han estado ustedes dos solos en escenarios cantando canciones de todos los tiempos y de todos los momentos de sus carreras. ¿Cómo se maneja la emoción que generan los recuerdos que acompañan esas canciones?

—Hay momentos en que yo me emociono mucho como quando Caetano interpreta "Tonada de luna llena" del venezolano Simón Diaz y noto que Caetano se emociona mucho cuando canto el bolero "Tres Palabras". Por casualidad esas son las dos canciones en español que cantamos en el espectáculo.

—En esta gira están ustedes solitos ahí con su amistad, su música y sus guitarras. ¿No es como sentirse un poco desnudo estar tan despojado frente al público?

—Nos sentimos bien con nuestras guitarras y el hecho de estar solo los dos en el escenario nos aproxima todavía más y nos hace bien.

—¿Qué canción de Caetano le hubiera gustado escribir?

—Desde "Que o Samba É Samba"

—Están de gira mundial con este show, ¿cuál es el secreto de la música brasileña para ser decodificada por públicos de todo el mundo desde hace tanto tiempo?

—Lo que pasa es que Brasil, siempre ha producido música de gran calidad y aún lo sigue haciendo. Creo que la riqueza melódica y armónica de nuestra musica la hace agradable para todos los públicos del mundo.

—La sección chauvinista de esta charla: ¿Cómo es su vínculo con Uruguay, cuando vino por primera vez, qué recuerdos tiene?

—Yo, al contrario de Caetano, tengo pésima memoria y honestamente no me recuerdo la primera vez que estuve en Uruguay pero tengo recuerdos dulces de todas las veces que estuve ahí.

—¿Con qué músicos uruguayos ha tenido vínculo? ¿Cuál es su opinión de la música uruguaya?

—Conozco a Jorge Drexler y a Hugo Fatoruso. Y los son dos muy buenos musicos. Mi conocimiento de la música uruguaya, más allá de ellos, es muy pequeño, así que prefiero no opinar.

—¿Qué puede esperar el público del show que verá en Uruguay?

—Un recorrido de muchos temas nuestros y de otros compositores de varias épocas. ¡Es variado y espero que les guste!

Dos amigos solos con sus canciones.

Dos amigos, un siglo de música se llama el espectáculo que traen Caetano Veloso y Gilberto Gil a Montevideo con el que ya han recorrido Europa y gran parte de Brasil. La escala uruguaya es la última del brazo sudamericano de la gira que incluyó cuatro fechas en Argentina. Después después vuelven a Brasil donde girarán en octubre.

El espectáculo son solo ellos dos con sus guitarras españolas y un repertorio de unas 25 canciones con éxitos propios y ajenos. Las entradas para el show del sábado 12 en el Velódromo Municip están a la venta en Red UTS y Tienda Inglesa a precios que llegan a los 4.000 pesos desde los 900.

Elogio español a un show bien brasileño.

A fines del mes pasado, Caetano Veloso y Gilberto Gil hicieron escala en España con su gira. Esta es la crónica que publicó El País español al otro día de su actuación madrileña. La firmó José Ruiz Mantilla y se tituló "La elasticidad políglota". Aquí van algunos de sus conceptos.

"Cuentan los expertos en Tropicalismo, ese movimiento brasileño que revolcó la música brasileña y después la mundial a mitad y finales de los sesenta, que de los líderes de aquella mina de talento, Caetano Veloso era la cabeza y Gilberto Gil, el corazón. Cuando se cumplen 50 años, ambos se han embarcado en una gira internacional que recaló anoche en el Teatro Real de Madrid.

"Cabeza y corazón demostraron ambos; pero también, ya cumplidos los 70, dieron muestra de una asombrosa frescura, un juvenil impulso contagioso a quien, de entre el público, se mostró atento. Algo quedó claro: el viaje del Tropicalismo, situó a Brasil dentro de un eclecticismo global y abierto a lo que se cocía fuera de sus fronteras, plenamente vigente medio siglo después.

"La puntualidad de ambos artistas no evitó que siguiera entrando público media hora después. Y lo peor, que tampoco dejaran de salir. ¿Más de 200 euros la butaca de patio y no ser capaz de sentarse tranquilamente a disfrutar de dos horas de gran música? Mejor quedarse en casa. Claro que de esa forma se hubieran perdido, primero el desfile de VIP, con cineastas amigos de Veloso a la cabeza, actores, músicos... Aunque, lo que es más grave, no hubiesen podido contar la contagiosa forma en que se encuentran estas dos leyendas.

"Desde Back in Bahia a Filhos de Gandhi, en 25 canciones, Veloso y Gil, guitarra en mano, sedujeron con su tersa musicalidad y su políglota y rica manera de entender la música. Confesaba Caetano, en una entrevista el año pasado a Carlos Galilea en El País, que si algo le hacía lamentarse de la desdeñosa vejez, es haber perdido la elasticidad de la juventud. No se referiría a la voz, porque esa flexible travesura, unida a un cristalino fraseo en cuatro idiomas (portugués, español, italiano e inglés) no es que la haya perdido, es que ambos demostraron haberla elevado a grados de juguetona maestría.

"Lo celebró el público atento, no el ansioso, en hondos momentos de ternura, como los que nos transmitieron en Coraçao Vagabundo nada más comenzar o en la sencilla, pero intensa y heladora, conversación con la muerte que Gil nos regaló en Se eu quiser falar com Deus. Se mostraron también entregados al ritmo en Expreso 2222, bailongos y cómplices en E luxo so, con swing en Nine out of ten, carnavaleros en Desde que o samba e samba, irónicos y distantes con la sobrevalorada masculinidad en Super Homen y profetas de un mundo mejor en Terra. Gran noche a dúo, Veloso y Gil, cabeza y corazón, para una herencia común, la de aquel decisivo movimiento del Tropicalismo, hoy tan vivo".

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"Ser dos en el escenario nos aproxima más y nos hace bien", afirmó.

Caetano y Gilberto, en dos semanas en MontevideoFERNÁN CISNERO

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