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Fito & Fitipaldis: "Las canciones me dan alegría"

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"Antes podía hacer muchas cosas, pero realmente no lo disfrutaba mucho"

Hay cosas que solo se ven si pasas cerca del abismo", canta Fito Cabrales en "Garabatos", uno de los diez temas que integran el último disco de Fito & Fitipaldis, Huyendo conmigo de mí.

Y parece ser que uno de los deportes favoritos de Fito Cabrales (1966, Bilbao, España) ha sido sobrevolar esos abismos y vivir para cantarlo. Lo viene haciendo desde fines de los años 80 con Platero y Tú, y desde fines de los 90 con el grupo que lo acompañará este jueves desde las 21:30 horas en La Trastienda, con entradas agotadas desde febrero, en tan solo quince días. "A veces nos buscamos problemas para hacer canciones. Cuando alguien está demasiado contento no consigue hacerse un rato para estar con un bolígrafo y con un papel y ponerse a pensar. Si estás muy contento te vas con tus amigos por ahí", dice Cabrales en conversación con El País.

Los seis discos de Fito & Fitipaldis están atravesados por una colección de frases ingeniosas y melancólicas acompañadas por un sonido bien definido que apuesta a guitarras limpias y algún que otro solo de saxo. Sobre la música, Cabrales parece tenerlo bastante claro: "Tienes que saber adónde quieres llegar porque si no no llegas. Siempre hemos tenido claro el sonido limpio y que se entienda bien cada frase. Eso es un poco obsesivo", explica. "Los estilos los hacen las carencias. El virtuosismo por un lado y por otro todo lo que no llegas a hacer". No pasa lo mismo a la hora de escribir, según explica el músico. "No tengo fórmulas como para hacer canciones. Es verdad que me resulta más atractivo hablar de la dudas, las inquietudes, las cosas que salen mal. Es difícil saber qué es lo que lo inspira a uno a la hora de escribir".

—¿Cree en las musas?

—Este dicho de no vienen las musas me he dado cuenta que es mentira; es que no has ido tú a por ellas. A eso llámalo trabajo o como quieras, pero las musas si te acercas siempre están. Nunca me he sentido abandonado por las musas; al revés, las abandono yo a ellas.

Destino.

"Camarero o músico", esa era la cuestión. Los padres de Cabrales se dedicaban al negocio de los bares y de joven él creció en ese ambiente, incluso trabajando allí un tiempo. Cuando encontró la música, sin embargo, no la dejó más. "Yo siempre me he sentido feliz tocando, cuando tocábamos al principio entre cuatro amigos, cuando empezamos a tocar en las salas más pequeñas que podía haber en cada ciudad. Siempre pensé que nos iba bien. Tocábamos en sitios pequeños y los llenábamos. Poco a poco, al ir tan despacio, la progresión nos ha dado tiempo a acoplarnos". Y hoy sí que les va bien: Fito & Fitipaldis es la banda española con mayor convocatoria y en Sudamérica su popularidad viene creciendo desde 2007, cuando se editó el álbum 2 son multitud, de su gira con Andrés Calamaro por España.

—¿Hoy existe una presión extra a la hora de sacar un nuevo disco?

—No creo que sea más presión de la que debe tener cualquiera que quiera hacer bien su trabajo. No creo que nadie piense, a la hora de componer, si esa canción va a gustar o no, porque lo que tienes entre manos es sacar la canción adelante, no tienes tiempo de pensar en eso, simplemente le estás dando forma. Te tiene que emocionar a ti. Luego, una vez que estás grabando el disco, a lo mejor sí que piensas en agradar. Hombre, lo mejor es que de alguna forma valga para algo. A mí las canciones me dan muchas alegrías solamente en el hecho de componerlas. Una vez que sale el disco ya no me pertenecen; ya me han dado toda la alegría, si son capaces de transmitir algo de esa alegría que me han dado, pues me parece perfecto.

—En una de sus canciones habla de "las ventajas de irse haciendo viejo". ¿Cuáles son?

—Es una buena pregunta, porque no hay tantas (risas). Quizá disfruto más las cosas. Quizá no, seguro. Eso es lo que mejor me sale. Antes podía hacer muchas cosas pero realmente no disfrutaba mucho, me perdía en esa vorágine de grabaciones, giras y demás. Ahora cada concierto y proyecto que hacemos me alimenta más, lo siento mucho más. Disfruto más de mis músicos, de la gente. Ahora importa tanto lo musical como lo personal.

La llegada de la banda por primera vez a Sudamérica es especial para Cabrales. "No me imagino tocando en un sitio que no me entiendan. Fuimos a Shanghai a tocar y fue una experiencia bastante curiosa. Ir a Montevideo por un lado nos está renovando mucho y por el otro sentimos que estamos muy cerca, el idioma es lo que nos acerca, y para una música como la nuestra la letra es imprescindible. Yo salgo al escenario a tocar, pero en el fondo, el sentido principal en la música es escribir y comunicarme con la gente".

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La vida en el pueblo y el tabú de las drogas

Cuando no está de gira, Cabrales vive en la provincia de Vizcaya, en Bilbao. Aunque suelen pararlo por la calle, la fama, asegura, no es un problema para él. "Digamos que lo llevo bastante bien. No soy Bon Jovi (risas), soy bastante más feo. Mi vida diaria es tranquila. Vivo en un pueblo y la gente me conoce igual por cantante que por vecino. No tengo una vida llena de secretos".

Uno de los "secretos" que lo siguieron por un tiempo en el rock fueron las drogas. "Consumía alcohol y anfetaminas, nos poníamos hasta el culo como la mayoría de las bandas de rock y lo contaba, vamos, porque no pensé jamás que eso fuera un pecado. No es algo para tener escondido. En el mundo del rock me parecía una cosa normal. Tampoco hago apología".

TRES IMPRESCINDIBLES DE FITO & FITIPALDIS

Lo más lejos... -2003-

Con Lo más lejos a tu lado, Fito y su banda lograron consolidar un sonido y un concepto claros. Este disco incluye algunos de sus primeros clásicos: "Un buen castigo", "Soldadito marinero" y "Corazón oxidado" .

Por la boca... -2006-

Por la boca vive el pez es seguramente el más conocido para el público local. Trece temas que no bajan del muy bueno. Se destacan: "Me equivocaría otra vez", "Sobra la luz" y "Donde todo empieza".

Huyendo... -2014-

Con su último disco, Huyendo conmigo de mí, alcanza un nivel como el de Por la boca vive el pez. Diez temas donde no sobra ni falta nada: "Lo que sobra de mí", "Nos ocupamos del mar" y "Garabatos" se destacan.

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