Conocido popularmente como “El Piñe”, el conductor que acaba de cumplir 40 años, estrenó la cuarta temporada de Salven el Millón, uno de los programas con mayor audiencia de la televisión abierta, que va martes y jueves a las 20.30 horas por Canal 10.

En pantalla seguirá al frente de Bendita TV con Claudia Fernández en rol coprotagónico, mientras que en radio forma parte de Segunda Pelota, por Océano FM. Carismático, desacartonado y ocurrente, se convirtió en una de las figuras más queridas del medio local. Padre de tres hijos y felizmente casado, asegura disfrutar de las cosas simples de la vida sin creérsela demasiado.

—¿Qué cambios trae consigo la cuarta temporada de Salven el Millón?

—Le buscamos variantes dentro de lo posible, porque es un formato internacional que tiene que respetar normas. Básicamente trataremos de que participen más personas, de hacerlo más rápido, de basarnos más en el juego y no tanto en la charla. Si bien no dejaremos de dedicarles tiempo a los participantes trataremos de darle paso a más parejas. Cambiamos la modalidad de uso del comodín, que ahora será sobre la misma pregunta. Cuando el participante lo pida, pararemos el reloj, eliminaremos una de las opciones equivocadas y le daremos un nuevo minuto para reagrupar la plata.

—¿Qué desafío significa como conductor?

—Es algo muy distinto a lo que venía haciendo, es otro tipo de entretenimiento. Es el primer programa en el que estoy solo en la conducción y esto representa una responsabilidad importante. Cuando se lanzó era la gran apuesta del canal. Con el paso de los años empecé a disfrutarlo y me encanta hacerlo. Me causa placer la adrenalina del juego.

—¿Le molestó que circularan opiniones diciendo que no es el más idóneo para conducir este programa?

—No me molestó, porque todo es opinable y quienes dijeron eso lo hicieron con respeto. Recibo críticas como recibo elogios y hay que aceptar las dos cosas. No tengo nada para decir.

—¿Estás preparando un ciclo televisivo vinculado al fútbol?

—Sí, estamos trabajando con Iñaki Abadie y Rafa Cotelo en un programa de entrevistas con los jugadores de la Selección Uruguaya. Nos entusiasmamos y quedó precioso. Se verá el talento del Rafa como entrevistador. No es un programa sobre fútbol, va más bien hacia lo humano porque los jugadores son figuras queridas. Mostrará cómo viven lejos del país, cómo son sus familias, qué significa salir de un lugar humilde y encontrarse con sueldos millonarios y contarán cómo conocieron a sus mujeres.

—¿A qué cree que se debe su éxito en la televisión?

—Yo no sé si soy tan exitoso. Trabajo en esto desde hace 15 años más o menos y siempre traté de hacer las cosas con todas las ganas. Soy respetuoso de mis colegas y de la audiencia. Ese es mi balance. También tuve siempre la suerte de ser cuidado por la gente de producción y por mis compañeros de conducción. Considero que si te estás divirtiendo las cosas fluyen.

—¿Alguna vez hizo un papelón?

—Sí, cada vez que hablo en inglés en Salven el Millón es un papelón, (se ríe).

—Viene de una familia de deportistas. ¿Qué significa eso en su vida?

—Mi padre, mi madre y mi hermana son profesores de educación física. Yo arranqué también, mi idea era ser profesor y llegué a cursar hasta el tercer año, pero me empezó a gustar la radio y después la televisión y lo dejé. Pero también es cierto que empecé haciendo periodismo deportivo, me encantan el fútbol y el básquetbol.

—¿De su padre heredó la vocación por la comunicación?

—Sus enseñanzas me ayudaron para la vida más allá de lo profesional. Pero en lo profesional fue mi gran influencia. Si él no hubiera estado trabajando en la radio yo hoy sería profesor de educación física. Fue fundamental porque no tenía nada seguro.

—¿Cuál sería el programa de sus sueños?

—Estoy tan contento con lo que estoy haciendo que me cuesta imaginarme otra cosa. Pero siempre tengo ganas de volver a hacer algo vinculado al periodismo deportivo, del estilo de Cerrá y vamos. Hoy ni me lo planteo.

—¿Qué le dice el público en la calle?

—La gente tiene tremenda onda. Yo estoy eternamente agradecido por el cariño. Primero por aceptarme, porque no soy el prototipo de conductor de televisión que hace unos años se esperaba.

—¿Lo atacó la crisis de los 40?

—Sí, pero me agarra bien parado, feliz con la familia, con el trabajo, con mi mujer y con mis amigos, así que fue una pequeña crisis que no llegó ni a angustia.

—¿Cómo es su relación con Claudia Fernández?

—Excelente. Nos cruzamos en Dale con todo, después grabamos Mochileros y viajábamos permanentemente y esto es verdad: nunca nos peleamos. Nos conocemos tan bien que sabemos qué puede joder al otro. Nos respetamos y tenemos una relación de compañeros de trabajo excepcional.

—¿A qué le tiene miedo?

—A la muerte, porque me encanta vivir. Le tengo terror a mi muerte y a que muera la gente que quiero.

—¿Y dentro de las artes qué le atrae más?

—Lo que me gusta más es el Carnaval, es un espacio artístico espectacular. Y también me gusta el rock uruguayo. En Carnaval salí en La Naranja Mecánica, un grupo de humoristas en el año 97 y mi sueño es salir en una murga pero como no sé cantar la veo brava.

—¿A nivel económico le va bien?

—Soy un privilegiado porque puedo vivir de lo que me gusta y darme algunos gustos, como irme para afuera, comer afuera, invitar a mis amigos con una cerveza y darle todo a mis hijos.

—¿Qué lugar ocupa la radio en su vida?

—Es un sentimiento. Es una terapia. Voy a disfrutar y pasarla bien.

—¿Le atrae la política?

—Sí, me informo.

—¿Dice a quién vota?

—No, doy mis opiniones sobre temas de actualidad sin ningún problema pero no me gusta decir de qué partido soy, porque hay gente que me tiene un aprecio bárbaro y no necesita saber eso, no corresponde.

—¿En algún momento se acomplejó por su nariz?

—¡Sí, en la época del liceo tenía tremendo trauma! Porque era flaquito, de pelo largo y tremenda nariz. Para conseguir novia estaba bravo. Pero te acostumbrás a todo.

—¿Compensó la televisión?

—Sí, tuve que ser lo más simpático posible para compensar.

Salven el Millón es un programa de televisión creado por la productora Endemol, que en Argentina fue presentado por Susana Giiménez en 2011 dentro de su programa y en 2013 como un espacio independiente por Telefé.

En Uruguay la conducción siempre estuvo en manos de Jorge Piñeyrúa y debutó hace cuatro años. Es la adaptación de Million Dollar MoneyDrop, que emitía canal Fox de Estados Unidos. La mayoría de las versiones no se emiten en vivo, a diferencia de la versión inglesa.

Siempre los concursantes lo hacen en pareja y al final se mantiene la propuesta del doble o nada. Entre las diferentes opciones que se muestran en pantalla luego de haber elegido entre dos categorías deben depositar el dinero en la respuesta que creen correcta.

Quedan fuera del juego quienes pierden todo el dinero. Hasta el momento se realizó en 27 países, incluidos Chile, Turquía, Malasia, Suiza, Polonia, Holanda, Alemania, Francia y Reino Unido. Para Uruguay representa un atractivo extra que Canal 10 se haya montado la producción al hombro y el público pueda ser partícipe, en lugar de sólo disfrutar en casa de las preguntas y respuestas de otros países.

Piñeyrúa es padre de tres hijos, dos mellizos de diez años y una niña de dos meses que acaparan toda su atención. Entre sus actividades profesionales y su vida personal hace malabares para ser "mejor padre todos los días". Al ser consultado sobre los nervios propios de la profesión, El Piñe asegura que los perdió: "En verdad lo que me viene es tensión, por hacer todo lo mejor que puedo, el compromiso siempre es hacerlo lo mejor posible". Este año no saldrá al aire Yo y tres más, ciclo del que formó parte y lo llevó al teatro. Aunque asegura que no vive en una burbuja y es más informado de lo que la gente cree, a veces juega con la desinformación en el programa. No le gusta leer libros pero se devoró Memorias del Calabozo de Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. Desde el inicio pensó que su pasaje por la televisión era algo pasajero sin embargo ya lleva quince años de permanencia ininterrumpida.

Lo primero que hizo fue un programa con Fernando Tetes en TVC que se llamaba Cuarto Cuarto, después llegó Cerrá y Vamos (primero en Señal 1 y después en Canal 10, que se convirtió en su casa) y la historia es más conocida.

Una vez alguien le dijo que debería ir cambiando su perfil porque podría aburrir al público con el mismo personaje y se equivocó. El Piñe actúa como le sale, no se propone una postura y menos ahora que cumplió 40 años y está en plena crisis. "Yo no hablo como lo hacía hace dos décadas, me comunico como me sale hoy, de acuerdo a cómo está mi vida en el presente", declaró.

Jorge Piñeyrúa