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"El mate no para de evolucionar"

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Alejandro Sequeria. Foto: Marcelo Bonjour

Acaba de publicar El libro de los 1001 mates (De la Plaza, 520 pesos), con humor gráfico gracioso y didáctico dedicado a esa pasión nacional. Antes publicó Chivito: El rey de los sándwiches de carne (con Armando Olveira) y Especias, semillas y condimentos usados en Uruguay.

—Hacer un libro con 1001 ilustraciones ocurrentes a partir del mate es una tarea titánica. ¿Cómo la encaraste?

—Lo volví una rutina: de noche pensaba y hacía apuntes y de mañana dibujaba 20 mates para llegar a mi objetivo. Me recolgué con el mate como concepto. Charlé con (el antropólogo) Daniel Vidart y hasta discutimos. Yo le tiré como hipótesis de trabajo que el mate es la única tradición indígena uruguaya que aún evoluciona. Y él pensaba que no podía ser tan rotundo y me mencionaba la herboristería y la guasquería. Pero una no ha evolucionado y la otra está muy limitada, mientras el mate no para de evolucionar: hay diseños nuevos, aparecen cosas como el Koko.

—¿Qué es eso?

—Es un mate que inventó un uruguayo que tiene un rotor para cambiar la cebadura sin dar vuelta. El mate cambia.

—Incluso la yerba.

—Sí. Hay maridajes con yerba, chefs que trabajan con yerba mate. Mucha evolución.

—El acercamiento de tu libro es desde el humor.

—Mi idea es revindicar el humor gráfico sin texto y es más que nada un berretín. Y todos los días me ponía a pensar ideas de cómo sería el mate de fulano, cómo vería el mate aquél, cómo sería el mate de alguien. Al ser más de 1.000 me di la libertad de hacer cualquier bolazo. En ese juego empiezan a aparecer citas. Me dije: "voy a hacerle un mate a Espalter, un homenaje a Pinchinatti, otro a Harry Potter y al final es una ronda del mate dedicada a la cultura. Mi eslogan es "el mate es cultura" y me apego a eso para hacer una ronda de mate dibujada. Y también está el buscar la identidad.

—¿Cuál fue el primer mate que dibujaste?

—Al principio fueron como juegos de palabras. El "jaque mate", "el mate-mático", "Mat-lock". Ese fue el comienzo del brainstorming. El cuesta arriba se hizo después de los 700.

—El libro tiene una segunda parte que maneja el mismo tono lúdico pero es más "teórica".

—Me pareció que no había tanto material tipo tutorial de lo que es el mate. Y quedó didáctico para gente que toma pero no sabe mucho, cocineros, turistas. Charlando con Alicia Brasesco, la curadora del Museo del Gaucho, ella me decía que lo más le llama la atención a los turistas es que, aunque claramente es la bebida nacional no pueden ir a tomarlo a un bar, por ejemplo. Eso es raro.

—¿Tomás mucho mate?

—No soy de los grandes materos, pero tomo todos los días como el 85% de los uruguayos.

—Después de tanta investigación debés hacer el mejor mate del mundo.

—Lo lavo menos, eso sí.

—¿Y cuál es el secreto?

—Cuando ponés la yerba, hay que darle un golpe vertical para hacer que la yerba fina vaya para arriba lo que evita que se tape. Y otro es cebar en zig zag alrededor de la bombilla. Y eso, además, logra espuma. Igual también depende de la yerba.

—En el libro, incluís los "10 mandamientos". Mi favorito es "no tomarás mate dulce". ¿Cuál es el tuyo?

—"No matearás con el enemigo". Esa es la ética del mate.

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Alejandro Sequeria. Foto: Marcelo Bonjour

ALEJANDRO SEQUEIRA

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