Publicidad

Inocente y divertido como un futuro posible

Compartir esta noticia
George Clooney y Britt Robertson van al futuro e intentan que todo esté mejor.

Tomorrowland (***)Director: Brad Bird. Escrita por: Bird y Damon Lindelof basados en una historia de Bird, Lindelof y Jeff Jensen. Producida por: Bird, Lindelof y Jeffrey Chernov. Director de fotografía: Claudio Miranda. Música: Michael Giacchino. Diseño de producción: Scott Chambliss. Con: George Clooney, Hugh Laurie , Britt Robertson , Raffey Cassidy, Tim McGraw, Kathryn Hahn (Ursula), Keegan-Michael Key y Thomas Robinson Duración: 130 minutos.

Había derecho a esperar mucho de esta película de Disney. Es un tema caro a la empresa ya que refiere, en definitiva, a la imaginería de sus parques de atracciones, secreto fundado y aún prestigiante de su marca.

Y la dirige Brad Bird que a partir encargarse de una de las mejores películas de animación a la antigua (El gigante de hierro), de las mejores de Pixar (Los increíbles, Ratatouille) y de una película de acción más o menos buena (Misión Imposible: Protocolo fantasma), hay quienes lo consideran un director a atender.

Acá Bird dirige una fábula con moraleja optimista y que da esperanzas principalmente a su público más juvenil, lo que no está mal en tiempos tan descreídos. La idea es que con imaginación sana y creatividad se puede construir un futuro mejor y que esas herramientas están básicamente en los niños. Lo mejor que podríamos hacer los humanos es volver a pensar en el futuro como algo promisorio, no con este desdén.

Una adolescente (Britt Robertson) recibe un pin que le da membresía al club Plus Ultra (fundado por gente como Julio Verne y Alexandre Eiffel) que funciona como un portal a un mundo futuro utópico donde todo parece funcionar bien pero que está amenazado por la megalomanía de su líder (Hugh Laurie). La muchacha, acompañada por un ex nerd que creció hasta convertirse en George Clooney intentarán salvar ese porvenir promisorio. Para llegar hasta allá se toman una nave espacial escondida en la torre Eiffel en una de las buenas escenas de una película donde hay imaginación y cuya mayor pretensión es acercarse a la fantasía de un parque o de una Feria Mundial, aquellas exposiciones de creatividad que marcaron la década de 1960.

Podría ser mucho mejor, de eso no hay dudas, pero es una película simpática. Igual que un vuelta en la mejor calesita del mundo: los chicos la disfrutan desde la inocencia; los adultos desde la complicidad cariñosa.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
George Clooney y Britt Robertson van al futuro e intentan que todo esté mejor.

críticaFERNÁN CISNERO

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad