Publicidad

Una aventura rápida y furiosa

Compartir esta noticia
Lo verosímil no es un tema para la saga y aceptado eso, solo queda disfrutarla.
Photo Credit: Joe Lederer

El nuevo capítulo tiene, como siempre, a Tom Cruise a las carreras para salvar al mundo.

Si querés drama, andá a la ópera", dice Ethan Hunt, el agente de la Impossible Mission Force que interpreta por quinta vez Tom Cruise. Y vaya si tiene razón: no hay lugar para el drama en Misión Imposible: Nación secreta aunque podría pensarse que la sucesión de persecuciones, explosiones, vueltas de tuerca y escapes improbables, tiene algo de exageración operática. No es para tanto.

Cruise encontró en Hunt una franquicia interesante. Lo exige físicamente, no le requiere demasiadas habilidades histriónicas y siempre se vuelven un éxito. La primera de la saga era de 1996, la dirigió Brian De Palma y quizás siga siendo la mejor (aunque es un trabajo menor del director). En todo caso no envejeció tan mal como las cámaras lentas y los zoom de John Woo de la segunda parte que, vistos hoy parece increíble que nos hayan gustado tanto. Hay dos películas más que cimentaron la franquicia en el siglo XXI dirigidas con la habitual ineficacia vistosa de J.J. Abrams y el presunto talento de Brad Bird. Hay una Misión Imposible más o menos cada lustro, una para cada generación.

Las bases de todo el asunto ya estaban en la serie de televisión original y cada película se limita a modernizarla; esta no es la excepción. Un equipo de agentes especiales anda suelto librándonos de villanos terribles que planean básicamente conquistar el mundo. Para ir contra ellos, estos tipos son capaces de cualquier cosa que para este quinto capítulo incluye una interminable persecución en moto, carreras como locos por Marruecos, huidas por los techos de la ópera de Viena, una mujer tan letal como Hunt, aguantar la respiración un montón de rato y una complicada resolución que implica al primer ministro británico, su jefe de seguridad, el jefe de la CIA y máscaras de esas que no se las cree nadie pero son parte del asunto. Algunas soluciones a los problemas son tan inconcebibles que se recomienda verlas como pasos de comedia.

Como en casi todas (en la dos es donde estaba más claro por qué es uno de los centros de la filmografía de Woo) está la idea del doble, el de que todo tiene dos caras. Para el caso es una organización llamada "El sindicato" que es como el IMF de los villanos. Son tan letales, hábiles y resilientes como Hunt y aunque parecer tener el mismo objetivo (dominar un orden mundial), lo hacen de la manera más antipática. El guión apenas otea ese inquietante paralelismo.

La verosimilitud no es la principal característica de esta serie, y vencidos los prejuicios que pueden generar misiones tan disparatadas, uno debe dejarse llevar por la situación. Es como un crucero: podrá no ser una buena idea, pero una vez que uno se sube conviene disfrutar, que para sufrir está la vida.

El director Christopher Mc Quarrie conoce las mañas ya que dirigió a Cruise en la poco vista Jack Reacher que es el mismo perro con distinto collar. McQuarrie tiene el honor de haber escrito el guión de Los sospechosos de siempre, una película inteligente que —todo tiene una contraindicación— generó la carrera del director Bryan Singer. Acá, más allá de una cita bien explícita a Hitchcock (en la mejor escena de la película que transcurre en la ópera y en la que un matador espera la nota correcta para disparar como En manos de un destino), una escena subacuática y un par de peleas de edición interesante, se limita a manejar el asunto sin un gesto más o menos distintivo.

La película, eso sí, va como a mil por hora. Los personajes y la historia son unidimensionales: lo importante acá es meterle para adelante que ningún plan es demasiado irresponsable como para no probarlo. La campaña promocional de la película se encargó de destacar que Cruise hace sus propias acrobacias y, si se tiene en cuenta que incluye una escena inicial colgado de un avión en pleno despegue, debe haber sido una tarea agotadora. Es, como alguien debe haber dicho, una Rápido y furioso 7 mejorada. Y eso es un elogio.

La película no toma ningún atajo sentimental para llegar a destino. Uno de sus socios define a Hunt como "la manifestación viva del destino" y está bueno. Pero para cumplir con eso, un agente no puede estar para la pavada y aunque encuentra un alma gemela en la agente británica Ilsa Faust (la sueca Rebeca Ferguson, condenada a escenas de acción en vestido apretado y tacos), no es nunca un interés romántico tan claro como, por ejemplo, Thadie Newton del segundo episodio, lo más cerca que Hunt estuvo de una novia. Hay más romance, en todo caso, en su vínculo con Benji (Simon Pegg), el alivio cómico de la serie y su asistente todo terreno con una lealtad que solo puede explicar el amor.

En un momento, un grupo de políticos discute sobre la pertinencia de esa clase de agencias especiales y renegadas en el mundo actual. La discusión podría referirse a la pertinencia actual de esta clase de héroes y películas. Pero no debería haber debate cuando se ve a Cruise correr, saltar, nadar y pelear como la primera vez. Es una maratón.

Porque en definitiva, el principal mérito de Misión imposible: Nación secreta, y la razón de que sea tan entretenida, es el músculo, no el cerebro. Y así hay que verla: como una tontería con una energía de locos.

Tom Cruise, un héroe a prueba del tiempo

En un mundo donde la fama mismo que dura quince minutos, pocas estrellas han logrado tantan permanencia como Tom Cruise. Se hizo notar por primera vez en Los marginados de Coppola y eso fue en 1983. Trabajador como pocos y dueño de unas facciones que se han sorteado el paso del tiempo, Cruise es una estrella de tiempo completo que consigue que cada uno de sus estrenos sea un acontecimiento. Su lista de películas incluye Top Gun, El color del dinero, Cocktail, Rain Man, Nacido el 4 de julio, Jerry Maguire, Ojos bien cerrados, Magnolia, Sentencia previa, y la saga de Misión imposible, por nombrar solo sus clásicos. Actualmente prepara una secuela de Top Gun de la que se sabe casi nada, la segunda entrega de Jack Reacher (dirigida por Edward Zwick y a estrenarse el año que viene, y un thriller, Mena, dirigido por Doug Lihman para enero de 2017.

MISIÓN IMPOSIBLE - NACIÓN SECRETA (***)

Estados Unidos, 2015. Título original: Mission Impossible: Rogue Nation. Dirección: Christopher McQuarrie. Guión: McQuarrie sobre unahistoria de McQuarrie y Drew Pearce, basada en la serie de televisión creada por Bruce Geller. Productores: Tom Cruise, J.J. Abrams, Bryan Burk, David Ellison, Dana Goldberg y Don Granger. Fotografía: Robert Elswit. Música: Joe Kraemer. Editor: Eddie Hamilton. Con: Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Ving Rhames, Rebecca Ferguson, Sean Harris y Alec Baldwin. Estreno: 30 de julio.

SABER MÁS

TRES SAGAS DE AGENTES BLINDADOS

Jason Bourne

Matt Damon volverá a encarnar al agente ideado por el difunto escritor Robert Ludlum, y lo mejor es que la película del regreso de Jason Bourne será dirigida por Paul Greengrass, el director de la primera entrega.

James Bond

El Agente 007 por fin se las verá con el mandamás de Spectre, otra organización que parece absolutamente invencible hasta que, claro, entra en escena el protagonista, en este caso el Bond rubio.

Jack Ryan

Pobre Tom Clancy. Su creación ha sido tan poco querida que Chris Pine es el cuarto actor que lo interpreta luego de que Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck intentaran hacer del personaje un éxito.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Lo verosímil no es un tema para la saga y aceptado eso, solo queda disfrutarla.

MISIÓN IMPOSIBLE 5FERNÁN CISNERO

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad