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Luis Brandoni: reivindicar la emoción

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"En el repertorio de Buenos Aires, la ternura rara vez está presente", afirma.
Nota a Luis Brandoni, actor y politico argentino, ND 20151109, foto Fernando Ponzetto
Archivo El Pais

El notable actor argentino se presenta en el teatro El Galpón.

—Su personaje en "Parque Lezama", que hoy y mañana está haciendo en El Galpón, es un militante político, como usted. ¿Hay entonces una afinidad, entre su personaje y usted?

—Bueno, en ese sentido sí. No hay una afinidad partidaria, pero sí la vocación por la política: quizá hay algo de eso entre todo lo que le presto al personaje este de León. Siempre hay cosas que uno le presta a los personajes: hay cosas que uno se pone de afuera, y otras que las toma desde adentro de uno.

—¿Y en qué es bien distinto a usted?

—Traté de darle una forma distinta a la mía en lo físico. Incluso acordamos con el director Juan José Campanella, que como el personaje es un polaco, de 82 años, le pedí al director si lo podíamos hacer con acento, por su origen. Y así fue, cosa que a mí me gusta mucho, no solo porque me parece divertido, sino porque forma parte de las mejores tradiciones del teatro argentino, esos personajes que hablan como inmigrantes.

—¿Y desde adentro, qué más le dio?

—Una capacidad, o lo que me queda (vaya a saber cuánto de eso habrá mío) en el entusiasmo por la vida de este viejo, que no se da por vencido y que tiene todavía la capacidad de fantasear con que es otros personajes. Él lo explica de una manera muy clarita. Si fui la misma persona durante 82 años, ¿por qué no puedo ser 100 personajes distintos en los próximos cinco?, dice. Y eso es lo que lo tiene a él en vilo, entusiasmado, y que por contrapartida le da una vida bastante complicada a la única hija que se ocupa de él.

—La comedia dramática es un género que gusta mucho al público teatral. ¿A qué lo atribuye?

—Lo que pasa es que cuando una obra tiene humor, le afloja las defensas al espectador, y entonces los momentos de ternura y emotividad golpean más fuerte en un pecho abierto al juego del teatro. Y eso creo que es lo que hace que el público se comprometa mucho con este espectáculo. A mí una espectadora, un día en la calle, me encaró, como si viniéramos de una vieja amistad, y me dijo, ¿sabe lo que pasa? Que empieza la obra y a los cinco minutos estás en ese parque. Me pareció una definición magnífica.

—El público uruguayo lo recuerda entre otros títulos de "Justo en lo mejor de mi vida". ¿Hay una afinidad entre el género de una y otra obra?

—Sí, también era una obra que en medio de una situación difícil, como es la muerte de un padre de familia, la gente se divertía mucho. Es un género que gusta mucho, aunque me parece que no está de moda, porque lo que yo percibo, por el repertorio que se hace en Buenos Aires, muy raramente está presente la ternura y la emoción. Pareciera que no tienen muy buena prensa. Y a mí me parece que es un elemento insoslayable del espectáculo.

—Y eso que el teatro argentino tuvo una vertiente que fue muy emotiva.

—Sí, hubo actores que lo han hecho muy bien: Sandrini fue uno de ellos, Enrique Muiño también, un actor extraordinario, como otros que han dejado huella en la memoria de los espectadores. Uno va al teatro a que le cuenten una historia, y nosotros se la contamos cabalmente y le tocamos el corazón.

—En televisión, "Cuñados", que hacían con Francella, también tenía una cuerda tierna?

—Sí, la había, y también la serie que hicimos con Campanella, El hombre de tu vida, que tenía muchas cosas de ese tipo, que era encantador. En el conservatorio nos enseñaron que debíamos saber hacer los distintos géneros, y yo sigo respetando esas enseñanzas.

—¿Le satisfizo la segunda parte de "Esperando la carroza"?

—No, para nada. En absoluto. Fue una cosa muy estrambótica, con un director absolutamente inexperto, un guión que le faltaban cosas, la mano del director no estaba. Fue muy deficitario el resultado.

—¿Y "Relatos salvajes", qué le pareció?

—Me pareció una buena película, que tiene un trasfondo político que no se tuvo en cuenta, por lo menos la crítica no lo tuvo en cuenta, y el público no sé si lo percibió. Es una película que plantea que en la Argentina las cosas se resuelven únicamente a través de la violencia. No me parece lo más edificante, pero forma parte de la visión de un director.

—Cuando usted se formó como actor el ambiente era distinto que el de hoy.

—Cuando a nosotros nos educaron en el teatro, aparecía la necesidad de pertenecer. Uno lo que quería era estar a la altura de su tradición, pertenecer a eso. Fue una época linda, de gran fraternidad. Hoy no me parece que sea igual. Es que antes la base de la profesión, era el teatro. Hoy la televisión tiene un peso específico en la aspiración de los actores, mucho mayor que entonces. Y eso crea otro clima, y otros horarios. No está el tiempo que existía antes, ni esa ceremonia extraordinaria que era comer después de la función, que creaba la hermandad y la solidaridad. Algunos de nosotros la echamos de menos y tratamos de recuperar esa vieja costumbre.

Un personaje lleno de muchos personajes.

Hoy a las 21.00 y mañana en doble función, a las 18.30 y a las 21.00, se presenta en El Galpón esta comedia que se convirtió en uno de los éxitos de la temporada teatral en Argentina, Parque Lezama. El texto de Herb Gardner, adaptado y dirigido por el prestigioso guionista y director de cine Juan José

Campanella, cuenta la insólita amistad de un histórico militante del partido comunista y un hombre que está en una posición social totalmente opuesta, que busca no comprometerse. Entre sus encuentros con humor, ternura y emoción, y los conflictos con los demás personajes del parque, y sus propias familias, los dos protagonistas van encarnando la lucha sin fin entre el cambio y no cambiar. Brandoni sube a escena junto a Eduardo Blanco, dando vida a una dupla que viaja entre la fantasía y lo concreto. Entradas en Red UTS a $ 1350, $ 1150 y $ 950.

Tres tiempos en la vida de un actor y de su país.

"De chico no fui un alumno ejemplar. Me gustaba la calle. Me crié en un barrio humilde, del otro lado de Riachuelo, y la calle no era un peligro para los pibes. Eso es una dicha que mi nieta y mis hijos no tuvieron, porque ellos vivieron en departamentos", evoca Brandoni sobre su infancia.

Además de actor, es un hombre muy comprometido con la política de su país, y desde ese lugar, opina sobre las elecciones argentinas, cuya segunda vuelta tendrá lugar mañana: "Vivo este momento con mucha inquietud, con mucha ansiedad. Este es un momento particularmente tenso, hay una necesidad, creo yo, de cambio. Yo pertenezco a la Unión Cívica Radical, estoy en este acuerdo que se llama Cambiemos, y siento que el gobierno tiene muy poca vocación democrática, muy autoritario, muy violento, muy pendenciero, y creo que ha llegado un momento en que la sociedad argentina se fatigó. El cambio se va a producir. Espero que luego de la última función que vamos a dar en Montevideo, voy a volver a Buenos Aires para festejar una etapa espero que nueva y duradera, de un país más amable", explica el gran actor.

Y sobre la relación entre Uruguay y Argentina, afirma: "Las relaciones entre ambos países han estado muy tensas y yo lo vivo con una enorme vergüenza. Y en concreto el corte del puente lo he vivido con una enorme vergüenza, aunque no tengo autoridad para pedir perdón".

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"En el repertorio de Buenos Aires, la ternura rara vez está presente", afirma.

teatro CARLOS REYES

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