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El sonido de las calles al papel

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Richard Price

Co guionista de la serie The Wire traslada su oficio a la novela que llega traducida como Los impunes.

Nació en el Bronx en 1949 y desde hace muchos años vive en Harlem junto a su familia. A los 25 años Richard Price publicó su primera novela, The Wanderers, que trataba sobre las diversas pandillas adolescentes del norte de Nueva York y que fue llevada al cine por Philip Kaufman en 1979. Desde entonces ha escrito ocho novelas más, con títulos ya traducidos al castellano como El samaritano y La vida fácil. Escribió también más de una docena de guiones para cine y televisión, entre ellos los de las películas El color del dinero (Paul Newman, Tom Cruise), por el que fue nominado al Oscar, Prohibida obsesión (Al Pacino, Ellen Barkin), La noche y la ciudad (Robert de Niro, Jessica Lange), y el fragmento que dirigió Martin Scorsese de Historias de Nueva York. Pero como si ello no resultara suficiente, junto a David Simon fue uno de los creadores y coguionista de la insuperable serie The Wire.

Un tanto aburrido de ser considerado un autor de culto, poco tiempo atrás quiso escribir una novela "comercial" que transitara por todos los tópicos del género negro y decidió en un principio firmarla con el seudónimo Harry Brandt. Pero una vez que su trabajo avanzaba, se dio cuenta de que ya no podría dejar de ser Richard Price, y sucumbió a su propia firma: "Fue una estupidez pensar que podría convertirme en otra persona".

El personaje central de Los impunes es el inspector Billy Graves, un cuarentón que integra la Guardia Nocturna del Departamento de Policía de Nueva York. Vive en Yonkers junto a su esposa, la irascible, impredecible y amada Carmen, sus dos hijos varones y su anciano padre, un ex policía atrapado por momentos en olvidos varios y demencia senil, y otros por una extraña lucidez y una memoria prodigiosa. En su juventud, y dentro del mismo Departamento, Graves formó parte de un grupo de policías que se hacían llamar los Gansos Salvajes, y que con el tiempo se fueron desperdigando en uno y otro oficio. Funebrero, inversionista inmobiliario, portero, cada uno de ellos se retiró guardando sin embargo en su foja personal un caso irresuelto, más allá de saber quiénes habían sido los culpables. Cada uno de ellos atesora, pues, un impune. También aparece un siniestro oficial que comienza a acechar a la esposa y a los hijos de Graves.

La historia tiene dos partes: una primera, informativa y un tanto dispersa en la que Price acumula demasiados nombres y descripciones dificultando la lectura, y una segunda donde una vez planteados casos y protagonistas, y convertido ello en acción pura, la lectura se dispara vertiginosa y adictivamente. Y es que el hombre sabe. No solo lo avala su experiencia como narrador, sino también las "molestias" que se toma, como por ejemplo informarse a fondo acerca de cómo trascurre una noche agitada en Nueva York, de cuáles son las tareas de una patrulla, de qué se trata esto de escribir una excelente novela policial. "Paso tiempo con gente sobre la que quiero escribir", declaró en una entrevista de 2010. "Les escucho hablar. Trato de dilucidar cómo construyen sus frases y cómo ven el mundo. (…) Traslado la música de las calles al papel".

En una conversación con David Simon, éste le preguntó cuánto tiempo había pasado con los inspectores documentándose para Los impunes. Price confesó que se había asegurado de acompañarlos "en las tres noches de mayor actividad para la guardia nocturna: San Patricio, Halloween y Nochevieja. Me siento como si hubiera atravesado los pantanos con ellos con mi lupa de antropólogo, como si hubiéramos estado juntos una barbaridad de horas…".

LOS IMPUNES, de Richard Price. Literatura Random House, 2016. Buenos Aires, 411 págs. Distribuye Penguin Random House.

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