Publicidad

Pactos conyugales

Compartir esta noticia
David Leavitt

Homosexuales indecisos y escritores ocultos en la Lisboa de 1940, escenario de una tragedia anunciada

David Leavitt (1961) es un escritor estadounidense especializado en historias familiares y amorosas de personajes gays, asumidos o en vías de asunción. La visibilización y el fenómeno social de la “salida del closet” que se dio en los años ochenta y noventa, ambientaron su narrativa en los relatos más que atendibles de Baile en familia (1984) o en novelas como El lenguaje perdido de las grúas (1986) y Amores iguales (1989), donde sin embargo ya se dejaba ver que atendía algo más que el universo gay y era capaz de una mirada profunda sobre cualquier tipo de relación afectiva. En los noventa le tocó defender su novela Mientras Inglaterra duerme (1993) de la acusación de plagio pronunciada por el poeta Stephen Spender y desde ahí podemos decir que se ampara en un prodigioso detalle de agradecimientos y fuentes al final de sus libros, pero también que juega con sorna a presentar escritores y escrituras no del todo visibles. Fue así, por ejemplo, en El cuerpo de Jonah Boyd (2004), historia de una lesbiana y escritora no asumida en ninguna de esas carátulas, y es así en su novela más reciente, Los dos hoteles Francfort (2013), donde vuelven los homosexuales indecisos y escritores ocultos.

La acción transcurre en la Lisboa dictatorial pero neutral en términos bélicos de 1940, cuando refugiados judíos, europeos y norteamericanos buscan un salvoconducto hacia “América”, es decir, EEUU. Allí coinciden el narrador Pete Winters, vendedor de automóviles, y su esposa Julia, con el matrimonio de Iris y Edward Freleng, una pareja snob que vive para una fox terrier llamada Daisy y escribe a dúo novelas vagamente policiales publicándolas bajo el seudónimo de Xavier Legrand. Están instalados en dos hoteles que llevan el mismo y alemán nombre, y desde el comienzo sabemos que uno de esos personajes morirá, pero hacernos esperar la dilucidación de ese dato no es el fuerte al que apunta el relato. Más importante es saber lo que hay detrás de esas fachadas matrimoniales, qué secretos y qué toxicidades, qué clase de pactos conyugales alientan a favor de y a la vez atentan contra el adulterio en ciernes que se vislumbra apenas las parejas coinciden, y que no puede ser –tratándose de Leavitt- más que entre individuos del mismo sexo. Así, la semana de amor homosexual que viven dos de los personajes –y aunque incluye románticas escenas de playa lo más sui generis que uno pueda imaginarse y aptas para un filmado de telenovela- es el pulmón sobre el que gira lo demás: la tragedia anunciada, el contexto histórico meramente funcional, y un final a lo Leavitt, cargado de explicaciones, rizos y vueltas de tuerca emocionales que llevan a pensar que ni para el autor la historia central (la que nos vendió como pasión y dolor) era suficiente.

En el artículo “Novelas y novelas gays” publicado en su página web en enero de 2015, el escritor español Luis Antonio de Villena le cae con bastante ironía, criticando el hecho de que si bien la novela está “bien construida” (hay elogios que son puñales, y viceversa), la historia gay propiamente es pequeña y ocasional, y concluye que Leavitt debe andar buscando “más caminos”, es decir, más lectores. No parece así. Leavitt ha escrito siempre desde su condición de gay pero sin excluir el interés por problemáticas heterosexuales, interrelacionándolas igual que en la vida. Por otra parte, sería bastante incoherente pedir a los lectores que lean de todo en función de la calidad y no de la preferencia sexual de los escritores, y exigir a los escritores que escriban sólo desde el lugar de su preferencia sexual. Un punto en el que Leavitt parece tener sus propias ideas.

LOS DOS HOTELES FRANCFORT, de David Leavitt. Anagrama, 2015. Barcelona, 302 págs. Trad. de Jesús Zulaika. Distribuye Gussi.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
David Leavitt

novela de david leavittMercedes Estramil

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad