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Un hombre desobediente

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Se enfrentó al Estado, fue a la cárcel por no pagar impuestos, y se convirtió en el “loco” de la comarca. Vivió su vida deliberadamente y por eso dejó unos maravillosos diarios que nutren esta buena biografía.

ENTRE LAS formas de la biografía, Antonio Casado da Rocha ha elegido la precisión del dibujo en tinta para retratar a Henry David Thoreau (1817-1862), uno de los padres de la literatura norteamericana, impulsor de la desobediencia civil y el respeto por la naturaleza como suprema fuente del encuentro del individuo consigo mismo. Su dibujo no abunda en informaciones que no sean elementales y selectivas, de modo que también se trata de un ensayo llevado con muy buena prosa, juicios claros y modestos. Casado da Rocha nació en San Sebastián en 1970, es licenciado en Humanidades, doctor en Filosofía y traductor de Thoreau, cuyos libros han regresado en momentos especialmente ríspidos de la historia contemporánea, como la lucha por los derechos de la negritud de la mano de Martin Luther King, el activismo ecologista o las movilizaciones de "indignados" frente a la crisis financiera que hundió la economía de España y Europa en los últimos años. Sus portentosos Diarios, Desobediencia civil, Walden o la vida en los bosques, Un yankee en Canadá, entre otros libros, son básicamente relatos de excursiones en la naturaleza, experiencias de vida a las que Thoreau sumó reflexiones sencillas orientadas a rechazar las instituciones del Estado, el esclavismo de los negros y el de los blancos asalariados en la industria y el comercio, que ya en su época anunciaban la sociedad de masas y la organización del consumo.

EL CAMINO DE LOS BOSQUES.

 Henry D. Thoreau nació en una granja a treinta kilómetros de Boston, en una familia puritana, de origen calvinista, y tuvo tres hermanos. Con el mayor vivió muchas aventuras en los bosques de Concord y se hicieron inseparables, pero Henry obtuvo una beca para estudiar en Harvard, cuando la universidad se iniciaba, donde obtuvo una buena formación que le permitió leer a los clásicos en latín y en griego. Fue docente en varios pueblos de las inmediaciones, se hizo amigo de Hawthorne y cultivó una especial amistad con Ralph W. Emerson, que durante muchos años le dio apoyo a su vida errante, acentuada luego de un rechazo amoroso. Thoreau buscó la naturaleza como un camino de introspección, sus libros son la crónica de muchos viajes a pie por montañas, bosques y lagos, donde a menudo tomó contacto con indígenas y ermitaños, pero no eligió el ostracismo sino vivir a las orillas del mundo social, nada convencido del rumbo productivo que tomaban los Estados Unidos. Su libro más famoso fue Walden o la vida en los bosques, crónica de la construcción de una cabaña y una quinta que él mismo construyó junto a un lago, donde vivió sin otro abastecimiento durante dos años. Más que a predicar un estilo de vida, se dedicó a contar el que había buscado, bajo la convicción de un derecho individual que en ocasiones lo enfrentó con el Estado —pasó un día en la cárcel por negarse a pagar impuestos—, y lo convirtió en una especie de "loco de la aldea". Estaba persuadido de que el trabajo industrial no dignificaba, aunque ayudó a su familia a fabricar lápices de grafito, capaces de competir con los franceses. A su modo de ver, el hombre podía gozar de la más plena libertad si vivía con austeridad, dado que para celebrar y profundizar en los misterios de la vida y la naturaleza el hombre necesitaba muy pocas cosas. Tenía una lírica y muy inspirada manera de decirlo —"La ardilla que matas de broma, muere de verdad", "Goza de la tierra, pero no la poseas"—, notoriamente ingenua y tal vez por eso, especialmente eficaz en cuestionar los nudos centrales del espíritu moderno.

Sus libros fueron celebrados por diversos escritores como Stevenson, George Eliot, Antonio Machado, Henry Miller, Jonathan Franzen y Joyce Carol Oates; dijo Marcel Proust: "al leer a Thoreau uno parece estar leyéndose a sí mismo". Para Henry James fue "el egoísta más infantil, inconsciente y desvergonzado que jamás hubiera tenido la fortuna de conocer", Walt Whitman mencionó que su mayor defecto fue "el desdén por la gente corriente", y muchos otros se encargaron de señalar que su discurso no toma en cuenta la complejidad social y se reduce a las manifestaciones de una rebeldía completamente adolescente.

EL CAMINO INTERIOR.

Luego de su mala experiencia amorosa y de la muerte de su hermano John, Thoreau vivió una vida mayormente solitaria, dichosa en viajes en los que recogía diversas especies botánicas que hacía llegar a sociedades naturalistas, en ocasiones asistido por familiares y en distintas etapas, por Emerson.

A lo largo de su vida dictó varias conferencias y la de mayor proyección fue la que tituló Desobediencia civil, publicada en 1948. En ella desconoció la autoridad de las leyes del Estado sobre las razones de la conciencia individual, convocó no solo a hacer el bien sino a no colaborar con el mal, y a confiar en los derechos de la integridad personal frente a los abusos sociales, identificados en su época con la esclavitud y la guerra con México. Fue el libro de cabecera de Mahatma Gandhi y una de las fuentes inspiradoras de Martin Luther King. Los movimientos de objeción de conciencia contra las guerras, la violencia y las leyes de los Estados encontraron en sus reflexiones la inspiración de sus argumentos.

Su mayor consejo fue vivir la vida deliberadamente, y porque así llevó la suya, anotó en las páginas de sus diarios: "Algunos de los incidentes de mi vida me parecen más alegóricos que reales; tuvieron tal sentido que en realidad no sirvieron para otra cosa. Esto es, lo que más me ha impresionado ha sido su sentido alegórico y su precisión: han sido como los mitos o los pasajes de un mito… De vez en cuando, ocurre algo con lo que mi filosofía no había soñado. Las fronteras de lo real están a unos pensamientos de distancia todavía. Lo que me parecía un muro sólido y de vasto espesor, se me aparece de repente como un cortinaje fino y ondulante. Los límites de lo real, su firmeza, su rigidez, son proporcionales a la elasticidad de nuestra imaginación".

Entre los más notables atisbos de Thoreau con relación al arte de escribir, esta frase merece ser rescatada: "La volátil verdad de nuestras palabras debería mostrar continuamente la inadecuación del resto del enunciado. Su verdad es traducida de inmediato y solo queda su monumento literal".

Antonio Casado da Rocha es miembro de la Thoreau Society, pero su simpatía y adhesión a la figura del personaje es casi sajona: no incurre en el panegírico. Su ensayo biográfico se completa con muchas notas de información relevante, ilustraciones documentales, una cronología y una útil bibliografía.

THOREAU, BIOGRAFIA ESENCIAL, de Antonio Casado da Rocha, Acuarela Libros, 2014. Madrid, 204 págs. Distribuye Océano.

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