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Diario de un trance perpetuo

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Hablan Por La Espalda

Breves extractos de uno de los diarios de viaje más originales de los últimos tiempos, Paracetamol 500 de Fermín Solana, que retrata el devenir de una banda under uruguaya en sus giras por el mundo.

ENTRE FENÓMENOS

En plena gira cayó del cielo una invitación para presentarnos en el Gordo Freak Show, uno de los programas más populares de MTV Brasil, conducido por el famoso Joao Gordo, vocalista de los Ratos de Porão, próceres del punkirocki. Su programa es un concurso de actos extravagantes, en el que adolescentes compiten por ver quién lleva a cabo la atrocidad suprema, una especie de Jackass mediopelo pero con invitados y por premios.

Caímos a los estudios a las 15.00 hinchados de unos sándwiches calientes (mixto quente) y cerveza que pedimos en el bar de la esquina del canal en la previa. Fuimos recibidos por el productor, un uruguayo, quien impartió las instrucciones: Tocan un tema al principio, el Gordo los corta con el gong y tocan otro al final del bloque. A veces, en los bloques sucesivos, se les va a pedir que metan un instrumental como banda sonora para alguno de los actos de los participantes.

Nos indicaron un camarín asceta casi de hospital, con solo una heladera apagada y un diván. Esperamos. Minutos más tarde probamos sonido y a las 17.00, ya después de un breve y cordial diálogo diplomático, nada hardcore, con el conductor, con el estudio plagado de nerds de granos, ortodoncia y camisetas de bandas de metal, se grabó.

El Gordo los trataba con mala leche, mientras esperábamos nuestro turno en el PA montado en una punta del set. Presenciamos un evento sadomasoquista en el que comieron lombrices, absorbieron leche por una narina y la expulsaron por la otra, se sometieron a latigazos, recibieron abucheos, humillaciones de parte de la platea y el staff.

Nuestra parte la empezamos con “Brasil”, que fue velozmente decapitada por el conductor pasado de quilos. Siguieron La Policía, gong, sportivo vento, gong, Thunder Vendetta, gong y varias más, todas en versión inconclusa. La última fue “El Pecado” que terminó con el estudio ya prácticamente vacío. No hubo aplausos, pero a pesar de eso la banda se retiró conforme. Cargamos el auto para desplazarnos directo a la Rúa Augusta, angosta avenida que nuclea gran parte de las whiskerías de San Pablo: Emmanuelle, Galería Vitrine, Café París, Nighthouse, Incitatus, Savana Night. Las señoritas que en ellas se desempeñan son consideradas de lo menos sofisticado que la ciudad tiene para ofrecer en el rubro. Parte de la banda decidió incursionar en el mismo y 45 minutos más tarde, de pelo duchado partió hacia Espacio Impropio, un sótano ubicado bajo una cafetería hare krishna. Ignacio Mattos (chef de Santa Lucía, Canelones, instalado en Brasil), un viejo amigo de los orígenes de la banda cuando comandó la escena de su pueblo, llegó al lugar con el tiempo justo para ver a HPLE por primera vez en cuatro años.

Hubo una dedicatoria para el amigo. Las canciones rebotaron contra el techo bajo, el calor vaporizó la zona y el escaso público se fue empapado a contarle a sus amigos. Luego de una —apropiada— muda de camiseta subimos al vehículo que nos trasladó a un bar con pósters de Bukowski y Fugazi. En la mesa cerca de la puerta un contingente de veteranos locales miraba con mala cara. De camino hacia el baño, uno de estos se quejó en voz alta de nuestra presencia “argentina”. Ya desacatados por el frenesí, y con el cocinero expatriado a la cabeza, la tropa de energúmenos se abalanzó sobre los señores como tiburones, solo escondiendo los dientes ante la presencia de un pacificador entre los rivales.

—Nao queremos briga gringo, fica tranquilo.

—Su amigo faló mal faló mal —repetía el gastrónomo.

PIZZA FINA

Todas las giras hasta el momento terminaron, si no con el peor show, por lo menos con el más intrascendente en cuanto a público e interés despertado. Esta no fue la excepción y Curitiba confirmó su condición de ciudad más fría del país.

Como no fueron se perdieron a una banda en un auge de aceitado, alcanzando cumbres de vigor con la transpiración dulce y la dupla de guitarras inspirada en el ladrido agudo. Varela fue Aquaman, el Faraón fue el Turco Africano, Guerreros fue Microcirugía, Víctor, el gurú de Nike, Tuka, Manson SG. 9 puntos en la ejecución (con audiencia habría sido 10).

En plan autopremio sacamos la recaudación de la alcancía y arrasamos pizzas hasta de chocolate en un lugar pulcro. El baño cambió de color cuando de a uno pasamos a lavarnos.

EXORCISMO

A veces tienta la posibilidad de afirmar que Hablan por la Espalda es una banda con mala suerte, incluso una que carga con una Maldición.

- Ya son tres los bateristas que desertaron, uno de ellos lo hizo dos veces. En un par de casos los motivos obedecieron a serios trastornos anímicos, de gravedad considerable.

- Nuestros conciertos han sido cancelados en más de una ocasión, muchas veces en plena performance, otras en lo previo por motivos de salud o errores atribuibles a la organización.

- Conformamos una banda poco estimada en nuestra tierra de origen, al punto de no contar, en los primeros trece años de trayectoria, con ningún disco o canción editados en el país Uruguay. Tampoco participamos jamás de un festival masivo o evento de grandes proporciones.

Si bien esta enumeración de infortunios puede sonar a lamento, considero que esta es una banda de temple, que jamás titubeó ante la adversidad. En 2009 decidimos grabar 13 canciones dedicadas a que aquellos que malgastan su tiempo pinchando muñecos de trapo con las figuras de los seis miembros de HPLE, choquen sus maxilares. Y festejen los que recurran a Hablan por la Espalda por considerarla un antídoto para subsistir en esta ciudad lenta.

(tomado del libro Paracetamol 500, de Fermín Solana, publicado por Estuario Editora, Montevideo, 2016, segunda edición, 166 págs. Fermín Solana es cantante y letrista de HPLE desde 1996, ex estudiante de Psicología, barman y buzo diplomado. Asistió al taller de narrativa de Mario Levrero. También integran la banda Valentín Guerreros, Martín Solana -Tuka-, Andrés Varela -Pelado-, y Víctor Borrás -Viti-).

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