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Copia certificada

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Giuseppe Tornatore

Sobre la idea de que el mercado del arte y el del amor son similares y se prestan a engaños y confusiones varias.

Todo puede falsificarse. Esa es la premisa sobre la que se asientan tanto el último filme de Giuseppe Tornatore como la novela propia con la que se complementa: La mejor oferta, en ambos casos un sutil thriller psicológico con concesiones sentimentales que o se le perdonan de plano al aclamado director que emocionó con las escenas finales de Cinema Paradiso (1988), o se le facturan nomás. En defensa de la película hay que apuntar la interpretación brillante del australiano Geoffrey Rush; en defensa de la novela cierta cualidad depurativa, un aire de levedad que conviene a una historia con demasiados clisés.

La mejor oferta, publicada originalmente en 2013, se inicia con un prólogo en el que Tornatore (Sicilia, 1956) explica un poco la génesis a contrapelo del libro. Comienza señalando que a menudo los proyectos fílmicos parten del relato oral hecho a productores y estudios y recién en una segunda instancia se elabora una síntesis escrita y un guion. En este caso puntual Tornatore tenía dos personajes boyando separados en su imaginación –un anticuario viejo y una joven agorafóbica- y de juntarlos nació el guion y luego, a pedido de un editor, la reescritura en clave de novela. Confiesa que ve el resultado como un híbrido, pero la verdad es que no parece tener demasiado de ninguno. La mejor oferta, en el papel, luce como una nouvelle bien llevada en su formulación aunque atraviesa candorosamente temas que la superan.

El día de su cumpleaños número sesenta y tres, el rematador y anticuario Virgil Oldman recibe la llamada de una mujer que quiere subastar la villa dieciochesca que perteneció a su familia. Sería un caso común si no fuera porque Claire Ibbetson es una veinteañera con una considerable agorafobia que le impide salir de la mansión y mostrarse al mundo, y porque el propio Oldman (Tornatore suele usar nombres significativos, sí) es un caballero virgen temeroso del contacto físico sin guantes apropiados con nada que no sea Arte (original o falsificado, al menos en eso no tiene pruritos). Por supuesto, nace una “historia”, apuntalada con otras dos o tres: la de Robert Larkin, un joven armador y arreglador de aparatos de toda especie, incluido un autómata hecho por el famoso Vaucanson; la de Billy Whistler, un pintor sin éxito que hace de testaferro para negocios turbios de Oldman; y la de una enana con facilidades matemáticas y mnemotécnicas. Guiño de apellidos al poeta inglés Philip Larkin y al pintor estadounidense James McNeill Whistler para poner sobre aviso que los personajes no son exactamente lo que parece en esta trama preciosista donde todo está teñido de simbologías y segundas lecturas y donde la presencia de un autómata, un trampantojo o un enano son semáforos evidentes que titilan en rojo para cualquiera (menos para el protagonista).

El mensaje es claro: La mejor oferta suscribe la idea de que el mercado del arte y el del amor son similares y se prestan a engaños y confusiones varias, capaces de dar por tierra con cualquier tipo de experticia. Menos lineal, el iraní Abbas Kiarostami (1940) había dicho más o menos lo mismo en Copia certificada (2010) haciendo cómplice al espectador del gran trampantojo de no saber qué era arte y qué era vida o cuando comenzaba o terminaba la representación de esa pareja que lo mismo podían ser extraños como un consolidado matrimonio (realidades perfectamente compatibles, por otra parte). Tornatore no está ni tiene por qué estar en el mismo registro, como lo viene demostrando en cada uno de sus trece largometrajes. El final de esta novela y del filme homónimo corroboran esa concesión a la melancolía y a cierto grado de esperanza y confianza en la bondad humana que es su sello, y del que la escritura sosegada y “bella” da prueba suficiente.

LA MEJOR OFERTA, de Giuseppe Tornatore. Anagrama, 2014. Barcelona, 88 págs.Traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona. Distribuye Gussi.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Giuseppe Tornatore

novela del cineasta Giuseppe TornatoreMercedes Estramil

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