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¿Noticias en familia?

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Por: Mariel Varela

Sensacionalistas o amarillos, recurrentes sobre la sangre o con apelaciones al morbo. Los noticieros de los canales privados de TV, en especial Telenoche, fueron (y son) blanco de diversas críticas por la exposición (abusiva o no) de cierto contenidos vinculado a la violencia y a la crónica policial. Y tal vez una de las municiones más pasadas de este debate se encarna en la interrogante de si los informativos se pueden ver en familia. ¿Los niños se hacen una idea de un mundo más violento con estos programas?, ¿Incrementan el miedo sobre lo que ocurre "afuera"?, ¿Son los noticieros productos aptos para menores?, ¿Dónde está el límite entre informar de episodios duros de la realidad y la protección a los niños?

Más allá de si a los niños y adolescentes son efectivamente parte de la audiencia de los informativos, Sábado Show salió a buscar respuestas a estas preguntas. Psiquiatras infantiles y periodistas se metieron en el debate y dieron su visión.

Laura Viola, directora de la Clínica de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina, abre el fuego: "Desconozco qué nivel de la audiencia de los noticieros corresponde a los niños. No sé si hay estudios al respecto. Es cierto que es un horario de la familia y seguramente, muchos niños los vean. Y a mí me parecería una buena cosa que los niños estuvieran informados. Ahora, hay todo un contenido vinculado a la violencia que puede ser problemático. Si la pregunta es si un niño de cinco años está apto para ver un asesinato, yo diría que no, para nada. Pero creo que ahí, como siempre, la figura de los padres como mediatizadora de la información, tiene que poder aportar a los niños una explicación".

Educación, mediatización de la familia parece ser la receta para que toda esa información del mundo (violenta o no) llegue a una compresión "saludable" por parte del niño o adolescente. Para Viola, además, no se puede hablar de la infancia como un todo. "Tenemos que pensar en las distintas edades". La cuestión no sería apagar el televisor, "sino adecuar la información a la etapa de desarrollo cognitivo del niño", explica Laura Viola.

Es preciso que los padres y adultos responsables tomen reparos y cuidados con los más pequeños del hogar, pero al mismo tiempo, las imágenes y contenidos que se proyectan a través del monitor suelen ser incontrolables en muchos casos y la influencia crece a diario.

A priori, los noticieros "no son productos pensados para niños", según asegura Adrián Vallarino, director de Telenoche. Y añade: "De todos modos creo que el 90% del contenido informativo puede exponerse a los niños. El otro 10% requiere una explicación de parte del padre".

Fernando Vilar, conductor de ese informativo, responde: "Me parece que no se debería ver con niños. Yo a mis hijas no las hacía ver los noticieros porque si tenés menos de 15 años, no te interesa, además, mucho lo que está pasando. Entonces, uno tendría a su hijo viendo un ataque suicida en Irak, dos trenes que chocaron en Londres, atentado en España, un avión que se cayó. ¿Qué le aporte a tu hijo eso si tiene menos de 15 años? Lo único que podrían ver serían deportes y espectáculos. Yo no puedo permitir que mis hijos vean a un mujer que con su pareja viola a dos niños vecinos porque me voy a meter un lío para explicarles de qué se trata. No quiero que mis hijos vean eso".

La violencia está por doquier. Sería impensado que en el noticiero no se dieran a conocer ciertas historias porque se perdería el objetivo central de estos programas, que consiste en informar. Los informativos "deberían ser un producto para ver con los niños, en familia. Lo que pasa es que, a veces, la realidad nos supera", asegura Alfonso Lessa, director de Telemundo. Y añade: "En lo internacional lo que genera conflicto son las escenas de guerra. En lo nacional, lo único sería la sección policial. En el caso nuestro, tenemos reglas muy claras".

La presencia de los menores frente al monitor no suele ser un aspecto central para el armado del contenido de los noticieros, sino que más bien se piensa en un televidente genérico. "Los medios de comunicación no toman en cuenta las repercusiones que pueden causar en los menores. Creo que la información que brindan no está pensada para que la reciba un niño o un adolescente", señala la psiquiatra infantil Irene García Maggi.

Aldo Silva, de Telemundo, asegura: "En líneas generales, creo que se pueden ver los informativos con los niños. Aunque hay hechos que ocurren y que son terribles y tenemos que dar. Mi responsabilidad como conductor es alertar cuando viene algo fuerte".

A esta altura del debate, surgen nuevas preguntas. ¿Es preciso devolver la función de protección a la familia?, ¿cuánta responsabilidad tienen los medios de comunicación sobre el material que emiten?, ¿influye en la conducta del menor la violencia que inyecta la TV? Más respuestas.

Desde el punto de vista psiquiátrico, la participación directa en cualquier evento traumático siempre supone "una repercusión real en las emociones y comportamientos de la persona durante un período", explica la doctora Viola. Los niños que estuvieron en un accidente, por ejemplo, tienen la vivencia del espanto que ello supone. Pero eso no quita que el impacto a través del monitor no sea real e influyente. "La exposición directa puede transformarse en una situación traumática porque la persona se ve amenaza. Cuando es emitida, existe una distancia que permite cierta protección y hace que la angustia sea más tolerable. Pero, de todas formas, puede ser igualmente angustiosa si la información no se transmite de forma adecuada", complementa García Maggi.

Sentarse a ver el informativo no es una actividad que el niño elija realizar, pero se trata de un horario familiar y es inevitable que merodeen el espacio cercano al televisor. "El relato siempre es menor que lo visual, sobre todo para el niño. Quizá el adulto pueda impactarse más con la noticia pero una imagen vale mil palabras", señala Viola al respecto.

Otra psiquiatra pediátrica, Natalia Trenchi, opina: "Si pensamos en nuestros noticieros que son de creciente morbo y falta de respeto por la dignidad de las personas, la respuesta es no, no pueden ser vistos por los niños".

Al día. ¿La actualidad incumbe a los menores?, ¿deben estar a tono con el mundo que los rodea? Las opiniones son variopintas. "Afortunadamente, el mundo es bastante mejor de lo que muestran algunos de los noticieros. La realidad no la van a conocer a través de ellos, sino del mundo que su familia les vaya presentando. Nadie aconsejaría tener a los niños fuera de la realidad, pero tampoco mostrarles su cara más terrible", afirma Trenchi.

El periodista Aldo Silva, conductor de Telemundo, comenta: "Yo tengo una hija de 10 y un hijo de 6. Me ven, pero prefieren a Homero Simpson. No me los imagino escuchando al ministro de Economía, pero sí me gusta que estén al tanto de lo que pasa".

La educación y presencia activa de los adultos responsables es un punto en que las tres profesionales coinciden: "Por supuesto que tienen que estar informados de lo que pasa. Somos los adultos los responsables de hacer que esa noticia se acerque a los niños. Por ejemplo, sería muy bueno que entendieran que el agua es algo que nosotros tenemos y en otros países falta. Concientizarlos en ese sentido me parece perfecto", indica Laura Viola.

Trenchi, por su parte, se centra en el asesoramiento de los padres: "No deberían estar expuestos a noticieros morbosos sin el acompañamiento de un adulto que sea capaz de enseñarles a decodificar lo que ven por la pantalla y reconocer la diferencia entre lo que se les muestra y el mundo real". Metabolizar el material es esencial.

Efectos. Aún en el horario de protección infantil, la pantalla suele exponer situaciones de violencia, crímenes, accidentes, guerras. "La violencia siempre afecta: aumenta el comportamiento violento, desestabiliza o atemoriza", explica la psicóloga Trenchi. Y agrega que esto se incrementa si no logran comprender aquello que sale de la pantalla: "Si no pueden entender lo que ven, puede generarles mucho estrés, preocupación y miedo".

Ansiedad es otro factor que puede tener lugar: "Transmitir la idea de una sociedad o mundo externo amenazante genera un incremento de la ansiedad en niños más vulnerables", agrega García Maggi.

Nelson Fernández, periodista y ex gerente de noticias de Subrayado, da su visión: "La violencia se puede ver en las ficciones. La capacidad de asombro ha cambiado y creo que, en líneas generales, los informativos se pueden ver en familia. A veces, puede venir una escena en la que uno sabe que se va a sentir mal y cambia o apaga. Por otro lado, cuando se advierte que viene algo que puede herir la sensibilidad hay gente que se queda más prendida o llama a los amigos para que vean, lo cual no quiere decir que si la gente es morboso, hay que dar el morbo. Los informativos, en definitiva, tienen la obligación de información. Esa es su única función esencial".

La psiquiatra Viola aporta otra visión: "Creo que muchas imágenes que se ven en TV hacen que la violencia pareciera que no tuviera consecuencias, Tú estás formando a un niño y tiene que saber que sus acciones repercuten en otros, y les duele lo que les puedas llegar a hacer". Viola añade: más allá de los noticieros, "me preocupa más aquellas telenovelas, a veces muy consumidas por los niños, donde se plantean situaciones no siempre entendidas por los niños. Violencia, sexualidad, falta de respeto por el otro, el lugar de la mujer y del varón".

Pululan las políticas en favor de la infancia por estos días. La niñez cobra un valor superior, se la resalta, y se la coloca en el centro de la sociedad. Irene García Maggi afirma que, muchas veces, es puro "slogan", y el menor queda relegado, en un segundo plano. "Cuando un medio da detalles sobre un chico que fue expuesto a una situación abusiva, detrás de un presunto objetivo de defender los derechos del niño" se esconde otro cometido y "el menor pasa a ser un objeto de información utilizado con otros fines detrás", explica la psicóloga infantil.

Entiende, además, que los medios deberían adoptar una mirada crítica acerca de los contenidos que informan y los mecanismos de transmisión que utilizan con el objetivo de salvaguardar a los más pequeños.

La pócima mágica no existe, pero la solución no radica en los noticieros ni la televisión. Según la doctora Viola se encuentra en los adultos del hogar. Ella considera que es necesario devolver la función de protección del niño a los padres: "Dejemos de esperar que los demás los resguarden, vamos a protegerlos nosotros. ¿Cómo? Permitiendo que el niño reciba la información si fue previamente metabolizada por sus padres". Natalia Trenchi apoya esta moción y elige los alimentos para realizar la analogía: "A nadie se le ocurriría darle un plato de ravioles o comida en mal estado a un hijo. Sin embargo, a veces no cuidamos tanto lo que les alimenta el cerebro, las ideas y la manera de pensar. Todo lo que llegue a ellos por la pantalla va a afectarlos de alguna manera, y los adultos deben cuidar lo que reciben por esa vía de la misma manera que cuidan aquello que comen", redondea la psicóloga.

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