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El arte según Cohn y Duprat

| Se estrenó El artista, película que acerca a dos realizadores argentinos que revolucionaron la televisión argentina, y ahora van por el cine.

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Por Mariángel Solomita

Mariano Cohn y Gastón Duprat se dedicaron a descomponer la televisión argentina. Algunos de sus programas llegaron aquí por canales de cable, otros suenan conocidos pero no sabemos realmente de qué nos están hablando. Los medios de su país se refieren a ellos como rupturistas: hace 10 años crearon la primera televisión delivery del mundo, Televisión abierta. Según este programa, si tenías algo que decir o hacer, bastaba con llamar al teléfono que aparecía en pantalla para que un micrófono y una cámara registre tu elocuencia, y aparezcas en TV.

"A diez años de Televisión abierta todavía nos siguen llamando de afuera para preguntarnos cuestiones del programa. A mí me gusta la tele porque era el reino del desparpajo, de las cosas sin límites, de la Biblia y el calefón, de donde puede pasar cualquier cosa -de hecho nosotros hicimos cualquier cosa-. La televisión es un género que no está inventado todavía, no se sabe qué es, y esa es la actitud que tiene que tener un productor de la televisión: extender los límites, averiguar qué es. Es casi seguro que en unos años vamos a mirar esta cosa que hacemos como algo muy pequeño. Este género tiene límites insospechados, pero está en manos de productores y ejecutivos tan brutos, que no ve la luz", se descarga Gastón Duprat.

Duprat ahora hace cine. Su dupla desde hace una década es Mariano Cohn, con quien realizó la mayoría de sus trabajos televisivos (Cupido, Cuentos de terror), documentales (Enciclopedia, Yo presidente), cine experimental y dirigió El artista y El hombre de al lado. La entrevista está pactada para hablar de su primera ficción, El artista, pero la pasión salta cuando menciona su género. "Nosotros hicimos programas muy innovadores en su momento, incluso fundamos y dirigimos por dos años el canal de la Ciudad de Buenos Aires, hasta que no resistimos más porque lo querían convertir en lo que es: un medio de propaganda política de lo más vulgar. Fue una experiencia increíble. Hace tiempo que no hacemos nada, sólo un programa de cine en Canal A, se llama El amante (con el staff de la revista de cine El amante), pero lo hacemos por diversión casi, porque no estamos produciendo mucho, la televisión argentina está muy hermética. En un momento tenía muchas grietas donde nosotros pudimos hacer nuestras cosas, y eso ha dejado de existir de unos años a esta parte, está como blindado, atrasado como nunca, cooptado por amigos del poder y es una doble falta, porque en Argentina hay dinero. Es un desastre, no porque no haya programas culturales, los hay, pero son peores que "los tinelli", no hay cabida para nosotros, para lo que queremos hacer, que es agitar el avispero".

COLLAGE. Una mancha. O una pintura. O acuarelas, o un mentón sin afeitar. Negro, verde oscuro o grisáceo: una marca en una pared vieja. Así arranca El artista, una película acerca del arte que no muestra el arte en cuestión. El guión es de Andrés Duprat, que es curador y quiso escribir sobre el mundo que lo rodea, de galerías, exposiciones, artistas; planteando preguntas sobre el arte pero sin dar ninguna respuesta. "No quisimos hacer una crítica adrede al sistema del arte, porque era demasiado fácil hacer leña de eso, está demasiado servido para criticar", entonces decidieron cuestionar a través de la historia "¿Qué es un artista?, ¿cuándo una obra de arte es considerada una obra y cuándo no?, ¿el arte va detrás del mercado o el mercado detrás del arte?, ¿quién es artista, el que hace las obras con sus manos, o el que las pone en valor y hace que la sociedad que a uno lo rodea lo tilde de artista?" La conclusión es imposible, "ni siquiera puertas adentro de la película hay unanimidad".

El que hace el arte con las manos es Romano, un hombre mayor, en silla de ruedas, que solamente pide "pucho" y dibuja. El que descubre el potencial es Jorge, un enfermero que lo cuida en un geriátrico y que tomará sus obras como propias, hasta convertirse en el artista del momento. Romano es Alberto Laiseca, el escritor argentino que escribió Los Soria, una novela que le llevó 16 años, tiene 1345 páginas y 30 mil palabras menos que el Ulises de Joyce (él mismo se encargó de contarlas para hacer esta comparación). Laiseca ya había trabajado antes junto a estos realizadores en Cuentos de terror, cigarro en mano relatando historias tenebrosas de autores célebres. En El artista dispuso de "los ojos, el bigote y las manos" para interpretar a este genio incomunicado, que sólo logra expresarse por las coreografías de sus manos, y sus dedos que siguen un patrón inimitable para crear dibujos que en la ficción los críticos definen como " si nadie hubiera dibujado antes que este artista".

Jorge en Sergio Pángaro, un artista argentino, cantante que la prensa define como un dandy contemporáneo. Artistas que son actores, un guionista que es curador, ¿cómo influyó en el planteamiento de la película?

"Enriquecieron el guión y los personajes que tuvieron que componer. No son meros actores, al ser artistas comprenden la situación de esa manera. Hay muchos roles secundarios que están cubiertos por curadores, galeristas que aportaron el lenguaje típico de ese medio que sería imposible emular". El mismo guionista interpreta a un curador en el filme, y en una de las primeras escenas, se puede ver a cuatro ancianos del geriátrico idos, mirando la televisión (foto izq.). No son extras, se trata de personalidades de la cultura argentina, entre ellas el artista León Ferrari, productor de la cinta y que además se ofreció a realizar una serie de trabajos especiales para la película, como si fuera la obra del pintor. "Decidimos que no, que era mejor que no hubiera una opinión acerca de qué es arte y qué no, que no hubiera grafismos e iconografías de qué es válido y que no. Decidimos omitir las obras, vemos la gente que las mira, que habla de ellas, pero nunca se muestran, para que el espectador pueda construirse en su cabeza sus obras personalizadas", explica Duprat.

El artista es una co-producción con Italia y Uruguay. En nuestro país participó la productora DTV Producciones que junto a Aleph Films de Argentina, ya tiene otros proyectos en camino, el más cercano es una animación sobre cuentos de Horacio Quiroga. En Uruguay se filmaron algunas escenas, claramente el espectador podrá identificar la fachada y el interior de el Hotel Radisson Victoria Plaza, escenografías de Televisión Nacional y la participación de Roberto Tacón (foto).

El artista recibió excelentes críticas en su país, y en Italia, donde participó en el Festival de Roma. "Un crítico italiano dijo algo que a mí me gustó mucho: que los cuadros vacíos permiten enfrentar a los espectadores de las obras de la ficción con los espectadores de la película", dice el director.

CINE Y ARTE. La riqueza de El artista se encuentra en su naturaleza un tanto novedosa. Se trata de un guión "convencional" según Duprat, pero enmarcado en un cine de autor, en una mirada diferente que hace palpable el punto de vista de sus directores. "Tiene algunas cosas formales que son atípicas, las escenas son todas planos secuencia, no tienen edición interna, son como coreografías, la cámara siempre está fija. Una serie de conceptos que le acercan una mirada propia, no sólo desde la cámara, sino desde la dirección."

De esta manera se logra sortear los principales riesgos inherentes a una película que pretende hablar de arte, con pasajes muy bien logrados, y un personaje que no llega a generar empatía, pero tampoco se lo propone: "a un artista no hay que entenderlo, si lo entendieran perdería el valor, si es que lo tiene", cita uno de los personajes del filme, y se ajusta a varios elementos que como resultado final entregan una película circular, y que tal como se propusieron sus realizadores plantea preguntas universales y hasta existenciales de lo que entendemos -o no- como arte, con el humor y la ironía como guiño.

De vuelta en el cine, Cohn y Duprat están trabajando en la post-producción de El hombre de al lado, que a fines de enero concursará en el Festival de Cine de Sundance, en agosto se estrenará en Argentina y luego Duprat espera que en salas uruguayas.

- ¿El cine compensa lo que no podés expresar en televisión?

- No, el cine parece que está más clausurado como género. Hay popes, sabios, referentes, próceres, hay intocables; en la tele no. Eso hace que el cine sea mucho menos móvil, la gente le tiene mucho respeto. El cineasta suele decir `esto es televisivo` cuando ve una película que no le gusta. Pero eso es una mirada muy corta. La tele es increíble potencialmente, el formato es fantástico, lo que pasa es que nadie lo sabe (risas)."

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