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El socio indio

Tres compañías indias tienen oficinas aquí; otras compraron plantas nacionales. Para India, es la entrada continental. Para Uruguay, afirman empresarios, una oportunidad única.

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Eloísa Capurro

Las empresas indias están en problemas. Alentadas por el fuerte crecimiento económico del país -en los últimos cuatro años la tasa promedio fue del 8,9% del Producto Bruto Interno-, su mercado les ha quedado chico. No es poco decir, considerando que se trata del segundo país más poblado del mundo: más de mil millones de habitantes, el doble de lo que tenía hace 30 años. Con capital acumulado, las empresas indias buscan expandirse y como solución a sus problemas encontraron un destino: Uruguay.

Las estadísticas no dejan dudas acerca del auge indio. En 2007 y por primera vez en su historia, el PBI medido en precios corrientes llegó al billón de dólares, con lo que se unió al grupo de los 14 países del mundo que lograron superar esa cifra.

Si bien la crisis financiera de 2009 tuvo un impacto en el gigante asiático, la economía siguió registrando mejoría. Según el Fondo Monetario Internacional, el país crecerá el 5,4% del PBI. El organismo espera que el país siga este camino de prosperidad y que para 2014 alcance una tasa real de crecimiento del 8,1%.

Así dadas las cosas, ya desde la década de 1990 India comenzó a abrir extensivamente su comercio. Con el tiempo ha invertido cada vez más en el extranjero. Y para atacar al mercado latino, uno de los mayores países de Asia eligió a uno de los más pequeños de América Latina.

El comercio entre Uruguay e India ha aumentado con rapidez en los últimos años, según lo afirma un reciente estudio realizado por la empresa de leyes Surana & Surana International Attorneys junto con el estudio de abogados uruguayo Ferrere.

En 2003 las exportaciones uruguayas hacia India eran de apenas 10 millones de dólares; otros siete se iban en importaciones. En 2009 las importaciones se cuadruplicaron, llegando a los 33 millones de dólares (en 2008 habían sido de 75) mientras que las exportaciones se mantuvieron casi en el mismo nivel.

Así visto, el balance comercial sigue siendo deficitario (las importaciones superan las exportaciones). Pero esto, aseguran los empresarios especializados en el área, se debe sólo a que no está considerado el intercambio de servicios, uno de los grandes fuertes de la relación bilateral.

La facturación de empresas como Tata Consultancy Services queda por fuera. Y eso que funciona desde 2002 en el país. "Si bien desde el punto de vista formal India para Uruguay es un destino deficitario, el volumen del negocio se ha ido consolidando", estimó Leonardo Couto, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-India.

Hay por lo menos otras dos empresas que han instalado sus oficinas y varias otras que optaron por adquirir empresas uruguayas o las dirigen en régimen de asociación. La Cámara de Comercio Uruguay-India, que se fundó en el año 2000, ya cuenta con 31 empresas socias. El Consulado Honorario de India en Uruguay organizó en 2009 tres misiones empresariales a nuestro país y planea por lo menos igualar el número en 2010. Varios de los entrevistados anunciaron estar a punto de concretar negocios que implicarán nuevas inversiones o incluso la instalación de empresas.

"Se abre un canal muy importante para Uruguay", sintetizó Roque Arregui, diputado por el Partido y presidente de la Cámara de Representantes. Junto con Ivonne Posada (presidenta de la cámara el primer año de la próxima legislatura), Arregui recibió el informe de Surana & Surana y Ferrere.

Ciertamente quedó impresionado. "Uruguay debe tener un regionalismo abierto. India tiene una de las mayores poblaciones del mundo y es un mercado potencial enorme", opinó.

Las oportunidades no son sólo comerciales. En enero se realizó la primera visita de parlamentarios uruguayos a India, donde quedaron hechos algunos contactos. En cuanto reciban la información, el Parlamento difundirá las becas que el gobierno indio otorga para docentes y funcionarios administrativos, entre otros.

puerto de entrada. Hasta hace poco las empresas indias evitaban Uruguay. Los viajes de las misiones hacia Latinoamérica tenían apenas dos destinos: Argentina y Brasil. Todo eso lo cambió la ley de inversiones y la crisis internacional.

La última enseñó a los empresarios la importancia de diversificarse a la hora de apostar a nuevos mercados. En la región, los vecinos sintieron el embate de la crisis económica de manera más pronunciada que nuestro país. "Uruguay presenta una magnífica y poco explorada opción para los empresarios indios", señala el informe de Surana & Surana y Ferrere.

Lo que terminó por inclinar la balanza, según los empresarios, fue la reglamentación de la ley de inversiones, que asegura beneficios tributarios para los inversores extranjeros. "En los proyectos que estamos conociendo el atractivo no es la mano de obra, ni el tema salarial, sino los incentivos a través de la ley", explicó el cónsul honorario de India en nuestro país, Ruben Azar.

Y junto con la ley de inversiones, los empresarios indios disfrutan de los convenios aduaneros del Mercosur además de los acuerdos de libre comercio que se firmaron con Venezuela, México y Chile. Esto sin contar que en junio de 2009 se acordaron rebajas arancelarias entre Mercosur e India que abarca más de 450 productos.

Incluso hay un acuerdo de protección de inversiones que está a la espera de su aprobación parlamentaria. "Estamos intentando evitar abrir ventanas que faciliten la doble tributación", explicó Arregui.

Para los empresarios indios, asentarse en Uruguay es tener una vía de entrada a toda América Latina, un territorio que ha sido muy poco explorado por ese país. "En la medida en que las compañías encuentren en Uruguay un país serio, están dispuestos a utilizarlo como cabecera de plaza", enfatizó Azar.

Es que India llevaba 10 años de retraso con respecto a China, el otro gigante asiático, en sus relaciones con América Latina. Había que recuperar tiempo perdido. "Uruguay está logrando posicionarse como destino en el continente. Muchas empresas están descubriendo que existimos", sintetiza Andrés Cerisola, socio del estudio Ferrere.

La estrategia por ahora no ha fallado. En 2002 la empresa Tata Consultancy Services (TCS), que ofrece servicios informáticos a distancia, buscaba un destino alternativo a India. Sus clientes, primordialmente estadounidenses, estaban preocupados por la distancia y querían algo más cercano. La empresa estudió 15 lugares en América Latina; eligió Uruguay.

"En Argentina no podías ni abrir una cuenta bancaria", explicó Mario Tucci, vicepresidente de marketing para América Latina de TCS. Uruguay, ya en el gobierno de Jorge Batlle, se hacía conocido por ser propenso a solucionar los problemas de los inversores. Una fama que también se ha preocupado por continuar el gobierno de Tabaré Vázquez.

Hoy TCS emplea a 800 uruguayos en el área de software, además de 50 indios, y tiene dos instalaciones en el país, en zona franca y en Montevideo.

No fueron los únicos. Las empresas Mahindra (automotora) y Central Warehousing Corporation (una empresa estatal india) también instalaron sus oficinas aquí. Además en diciembre de 2007 Arcelor Mittal, una de las mayores compañías de acero del mundo, compró a la uruguaya Cinter. En mayo del año pasado Geodesic, empresa de software especializada en celulares, adquirió a la uruguaya Interactiveni.

Es que no sólo se intercambia software. Hay un gran interés indio por la industria agroindustrial. Lana, plásticos, madera y químicos inorgánicos son los principales productos que Uruguay exporta a India. Vehículos y productos farmacéuticos, además de plásticos y químicos inorgánicos, se importan. De hecho Couto, de la Cámara de Comercio Uruguay-India, dijo que en breve se anunciará la distribución de productos farmacéuticos indios a través de un laboratorio uruguayo.

A su vez el Consulado Honorario de India en Uruguay negocia la instalación de un show-room permanente de artesanías indias que sirva como punto de llegada para importadores de Argentina y Brasil. Además se está gestionando la realización de un festival en Montevideo que abarque cultura, gastronomía y cine del país asiático.

También está por concretarse la instalación de una empresa india especializada en energía renovable. La idea es utilizar Uruguay como punto de distribución para América Latina, instalando un centro de exposiciones permanente dedicado sobre energía solar. El consulado no quiso adelantar el nombre de la empresa puesto que siguen las negociaciones.

Hasta para las empresas medianas, nuestro país tiene atractivos. Con apenas tres millones de habitantes, los empresarios lo ven como un mercado manejable en el cual pueden testear productos, sin tener que desembolsar las sumas de dinero que necesitarían para abastecer a una ciudad de Brasil o de Argentina.

los desconocidos. Si hasta hace unos años Uruguay era un destino desconocido para India, esto cambió por un esfuerzo diplomático conjunto. Según reconocieron los empresarios entrevistados, fueron la Cancillería de Uruguay en India y la Embajada de India en Argentina (además del Consulado Honorario que depende de ésta), los que hicieron posible la entrada de capitales a nuestro país.

También hubo un importante papel de los empresarios que ya estaban instalados aquí. Cuando Tata Consultancy Services desembarcó con sus oficinas, no existía una visa de negocios para un indio, según recuerda su vicedirector. "Nosotros colocamos una bandera de Uruguay en India", señaló Tucci, recordando que el grupo Tata abarca a otras 95 empresas.

Pero aún faltan detalles. Uno de ellos es la capacitación de la mano de obra, incluso en un área donde hay desempleo cero como es la del software. Desde la Cámara de Tecnologías de la Información se señala que son al menos 300 puestos técnicos por año los que la industria no consigue cubrir.

En TCS, por ejemplo, hay una importante inversión en la capacitación del personal y en el entrenamiento continuo. Pero el costo es muy alto. "No es muy sencillo que otras empresas lo hagan, entonces cuando nos roban gente no conseguimos que ingrese personal entrenado en áreas de calidad, testing o incluso con altos niveles de inglés", consideró Tucci.

En India no sucede lo mismo. El personal generalmente tiene dos carreras en áreas que confluyen (ingeniería y economía o dos ingenierías diferentes). Tampoco sucede, como en Uruguay, que los jóvenes deban trabajar mientras cursan sus estudios. Y como el tener un título de grado es altamente valorado, terminar la carrera es un deber. "Son diferencias en el modo de estudio. Acá muchos no se reciben pero igual aprecian el haber intentado terminar la carrera", agregó.

Incluso el tamaño del mercado, visto a veces como algo positivo, también puede ser un problema. Para los empresarios no es tarea sencilla convencer a las grandes compañías indias a invertir en un mercado de poco volumen. Por eso apelan al ángulo de la entrada a la región, más interesante dado el papel estratégico que el país asiático ha comenzado a darle a América Latina.

El mayor freno al desarrollo del comercio bilateral es la falta de información. De hecho para el informe realizado por Surana & Surana junto con Ferrere, éste es el único problema. Si esto se estimula, aventura el estudio, la colaboración comercial podría extenderse a un incremento de los negocios uruguayos en India "uno de los ambientes que más favorecen a las inversiones".

Más que superar diferencias culturales, el desafío es saber vender al país y consolidar los esfuerzos de los últimos años. O como señaló Tucci: "El aeropuerto está hecho, falta que llegue la gente".

Cómo negociar con indios

Según el libro Cómo negociar en 50 países, para cada lugar del mundo existen reglas a respetar. En India deben evitarse el contacto físico y las muestras de afecto públicas. Con saludar con una reverencia y un namasté, es suficiente. Las cenas de negocios son las más usuales y no suelen incluir sobremesa. Los regalos deben darse después de cerrar un negocio y no se abrirán en presencia de quien los da.

Otro Gandhi revolucionario

Con sus apenas 38 años, Rahul Gandhi se perfila como el próximo primer ministro indio y quien podría encarnar una importante revolución en la política de este gigante asiático.

Hijo de Sonia Gandhi y Rajiv Gandhi (primer ministro muerto en 1991), Rahul fue el principal responsable de la victoria del Partido del Congreso en las elecciones de mayo de 2009. El primer ministro, Manmohan Singh, le ofreció un puesto en el gabinete que él rechazó para concentrarse en el partido.

Sus tácticas cambian las reglas de juego indias. Rahul ha insistido en el activismo de base, la construcción de fuertes conexiones con la India rural y un intento por democratizar el jerárquico Partido del Congreso.

Nombrado en 2007 secretario general del Congreso, Rahul se inició políticamente en 2004 compitiendo por un escaño parlamentario que durante las últimas elecciones logró mantener. Fue el principal orador durante la campaña de su partido, dando unos 125 actos alrededor del país en apenas seis semanas.

Su abordaje en la campaña fue riesgoso. Presentó a su partido como el capaz de lograr la unidad nacional defendiendo el secularismo, el buen gobierno y el crecimiento. Todo lo contrario de lo que los políticos indios han hecho durante los últimos 20 años, basando sus partidos en las castas y la religión, a la vez que realizaban alianzas con grupos regionales para mantener su poder.

También apostó fuerte a los candidatos jóvenes en un país donde los políticos rondan los 80 años. Para esto se basó en datos: el 70% de la población tiene menos de 40 años, y la mitad menos de 25. Ya los analistas políticos hablan de que éste es "el momento de Rahul" y lo perfilan como el sucesor de Singh, de 76 años.

Como la de su país, la vida de Rahul Gandhi fue una de tragedia y privilegios. A los 14 años su abuela, la primera ministra Indira Gandhi, fue asesinada por sus guardaespaldas en 1984. Apenas siete años después su padre fue asesinado en un atentado suicida. Rahul pasó de una escuela a otra por razones de seguridad, hasta llegar a los Estados Unidos. Estudió en Harvard y Cambridge y trabajó en una firma consultora en Londres.

Durante los últimos cuatro años trabajó duro para hacerse conocido en la India pobre y rural, visitando aldeas remotas y olvidadas. Todo apunta a que el esfuerzo redituará.

(En Base a Newsweek)

Software indiouruguayo

Tata Consultancy Services (TCS) fue una de las primeras empresas indias en instalarse en el país. Lo hizo en 2002, previendo un desarrollo en América Latina. La empresa está instalada en otros 42 países, empleando 143.000 personas. Actualmente contrata a casi 800 personas, especializándose en el servicio remoto de soluciones informáticas. En mayo de 2009 la empresa india Geodesic, con oficinas en Estados Unidos y Alemania (además de India), compró a la uruguaya Interactevini, que empleaba a 40 personas en servicios para celulares.

Comprando industria

Arcelor Mittal, la más importante industria de acero en el mundo, compró en diciembre de 2007 a la empresa uruguaya Cinter S. A. que empleaba a 200 personas y producía ventas por 47 millones de dólares. Arcelor Mittal tiene presencia en más de 60 países y lidera en los mercados automovilísticos. A su vez la empresa Central Warehousing Corporation (perteneciente al gobierno indio) tiene un acuerdo con la empresa uruguaya Grupo RAS para la distribución de sus mercaderías.

Acordando proyectos

Además de las empresas ya instaladas en el país, hay otras que están manifestando su interés en hacerlo. En julio de este año llegaron dos misiones de empresarios indios con intenciones de instalar una planta de ensamblado de autos y tractores en nuestro país. A su vez un laboratorio uruguayo comenzará a distribuir productos indios. El nombre del laboratorio no fue revelado por la Cámara de Industrias India-Uruguay al estar el acuerdo todavía bajo términos de confidencialidad. También vendrán inversiones en el mercado de energías renovables.

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