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Actividades vinculadas al offshoring prácticamente no sufrieron la crisis

| Nuestro país ha compensado un déficit comercial estructural en bienes con un superávit estructural en servicios durante décadas

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JORGE REBELLA

Los nuevos sectores relacionados a las tecnologías de la información, el sector audiovisual y los servicios a las empresas estarían sumando más de 20.000 puestos de trabajos de forma directa, afirmó el Dr. Marcel Vaillant, profesor titular de Comercio Internacional e Integración Económica de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR, quien recientemente ha publicado varios artículos referidos al offshoring de servicios. A continuación un resumen de la entrevista.

-¿Qué características inéditas presenta el comercio internacional en la década actual?

-En las últimas dos décadas del siglo pasado se manifestó un nuevo fenómeno en la estructura de la producción internacional de los bienes. Me refiero a la fragmentación de la producción manufacturera a escala mundial, lo que se relaciona con el crecimiento acelerado del comercio de bienes intermedios. Los procesos productivos comenzaron a dividirse o fragmentarse en etapas con el propósito de mejorar la eficiencia global del proceso y obtener ventajas de la especialización que posibilita el comercio. Cualquier manufactura moderna -por ejemplo, un PC- está compuesta por un gran número de elementos que se proveen por varias decenas de fabricantes a escala global. Esa característica del proceso manufacturero de los bienes transables se extendió al comercio de los servicios en el correr de los años noventa, habiéndose acentuado últimamente.

-¿En qué sectores ha crecido el comercio internacional con mayor dinamismo?

-Desde mediados de los años ochenta hasta antes de la crisis global, el total del intercambio mundial de bienes se multiplicó por un factor de seis, mientras que el comercio internacional de servicios aumentó siete veces y, en particular, el comercio de otros servicios comerciales lo hizo por un factor de diez. Este crecimiento nos da la pauta de dónde crece aceleradamente el comercio a nivel planetario. Conste que esta es una división arbitraria que tiene objetivos estadísticos. Muchas veces en la actividad económica se entrelazan las diferentes actividades de servicios con las actividades de producción agrícola y manufacturera. Por eso, la transacción de un mismo producto contiene, por una parte, producción de bienes y, por otra, actividad económica integrada por el sector servicios.

-¿Cuáles de los servicios comerciales han presentado una mayor dinámica?

-En lo que va de este siglo el dinamismo se ha centrado en los servicios comerciales. La tendencia actual de la globalización asociada a la intensificación en la circulación de la actividad económica y de los factores productivos, se asoció a que sectores tradicionalmente no transables a nivel internacional comienzan a ser comercializados entre las economías. Se destaca en particular una categoría residual denominada "otros servicios comerciales distintos de los servicios turísticos y servicios de transporte". Estos dos últimos constituyen sectores tradicionales asociadas al consumo de no residentes fuera de su país o al comercio de servicios asociados al transporte internacional de mercancías. Si bien los países desarrollados son grandes protagonistas en este proceso de ampliación de la actividad comercializable, el fenómeno no se restringe a ellos.

-¿En qué consiste el comercio de servicios no tradicionales?

-Son básicamente los servicios distintos al transporte y el turismo. Por ejemplo, los servicios que se prestan a las empresas y los que son intensivos en el uso de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. La expansión de este tipo de servicios se debe a un fenómeno microeconómico relativamente reciente. Las empresas multinacionales solían concentrar un conjunto de actividades para producir en distintas plantas una manufactura determinada, que luego era comercializada a nivel global. Si bien se fragmentaba el proceso productivo relacionado a la producción física del bien, no se fragmentaba el corazón de las actividades de la "inteligencia" empresarial y gestión administrativa de la empresa, o sea los servicios de contabilidad, marketing, publicidad e incluso las actividades de investigación y desarrollo. Ese conjunto de servicios -que funcionaban como una unidad no fragmentada y, por lo tanto, no sujetos a la especialización- hoy están divididos de acuerdo con una lógica de relocalización de la eficiencia basada en productividad relativa y costos relativos del trabajo, fundamentalmente con niveles de especialización y mayor calificación, tal como convencionalmente ocurría en el sector de los bienes.

-¿Qué factores han incidido en la relocalización de los servicios no tradicionales?

-El cambio técnico generado por la informática y las telecomunicaciones abarata la relocalización de esas actividades y permite la estandarización de los procesos asociados a las tecnologías de la información, que se realizan en forma más o menos parecida en cualquier parte del mundo porque todo el proceso está protocolizado. Por consiguiente, los países desarrollados dejan de ser los exclusivos protagonistas en el proceso de ampliación de la actividad comercial a partir del momento en que surge esta tendencia de transformación estructural de los modelos de especialización a nivel global.

Exportaciones

-¿Qué importancia reviste la exportación de servicios en Uruguay?

-Hace más de quince años que Uruguay se viene consolidando como un exportador de servicios. De hecho, la economía uruguaya es estructuralmente exportadora de servicios e importadora de bienes. Asimismo, es el único país de la región en que se verifica un superávit comercial en cada uno de los pilares de los servicios comerciales. En efecto, registra una especialización exportadora moderada en transporte y servicios no tradicionales (financieros, desarrollo y adaptación de software y producción audiovisual) y más intensa aún en servicios turísticos. No son muchos los países en el mundo que tienen esta característica tan marcada en la especialización comercial de ser deficitarios estructurales en bienes y superavitarios en el sector servicios.

-¿Qué factores específicos toman en cuenta las empresas internacionales para localizar sus actividades de servicios no tradicionales en Uruguay?

-Existen varios elementos que explican esa política empresarial. Algunos son convencionales, como una legislación respetuosa de los contratos, y otros novedosos, como el huso horario no demasiado desajustado con los que rigen en los países centrales, cuyas empresas relocalizan actividades. Además, muchas empresas que deslocalizan procesos en los servicios optan por la desconcentración de riesgos, es decir evitan tener toda la localización en un solo país. También la cercanía cultural de la nación en donde se relocaliza el proceso.

-Pero, esas ventajas existían desde hace tiempo…

-No debemos olvidar que la economía uruguaya es muy pequeña y, geográficamente, está muy distante de los países centrales. Sin embargo, las desventajas de la "remoticidad" prácticamente desaparecen al surgir un modelo de especialización que permite localizar casi sin costo en lugares muy lejanos. Desde el punto de vista de la toma de decisiones, es lo mismo estar en México, Colombia o Uruguay. La modalidad de producción de servicios que son factibles de ser transmitidos por una fibra óptica, permite aprovechar un conjunto de potencialidades -tales como infraestructura, capital humano, grado de apertura, sobre todo liberalización financiera- que posee nuestro país para la localización de ese tipo de actividades a un costo menor que antes no se podían explotar en toda su capacidad.

-¿Cuáles son los principales desafíos para el crecimiento de los servicios comerciales no tradicionales en Uruguay?

-Si nuestro país está operando en un mercado que está en plena expansión, sus potencialidades tienen que crecer a un ritmo similar. Hoy enfrenta tres tipos de restricciones. En primer lugar, Uruguay ha manejado las actividades de los servicios no tradicionales mediante regímenes especiales, como es la Ley de Zonas Francas de 1988 que ha sido fundamental para la radicación de muchas empresas de servicios; pero la legislación requiere que se continúe un camino de perfeccionamiento. Además, se deberían profundizar algunos acuerdos internacionales, tanto a nivel comercial como de doble tributación, ya suscriptos o en proceso de negociación, a efectos de mejorar las condiciones normativas.

En segundo término, se requiere de un crecimiento acompasado de la infraestructura, tanto la especializada vinculada con la conectividad como la infraestructura general de uso por las empresas. Tercero, es necesario un crecimiento y dinamismo en el sector educativo para que la oferta laboral crezca a tasas proporcionales al aumento de la demanda. Conforme estos nuevos sectores se desarrollan y demandan mano de obra, la ventaja original se va estrechando e incluso a futuro puede ser una limitante.

-¿Cuáles han sido los ingresos por concepto de comercio de servicios en Uruguay?

-Actualmente se están realizando grandes cambios en los institutos de estadística de los países avanzados para poder identificar, contabilizar y medir adecuadamente el comercio de servicios que hoy se realiza de forma muy imperfecta. Si se observa sólo el comercio de servicios de Uruguay de acuerdo con lo que expresan las estadísticas en la balanza de pagos, se comprueba el dinamismo de este sector ya que desde hace quince o veinte años el país está compensando un déficit comercial estructural en bienes con un superávit estructural en servicios.

Sin embargo, los nuevos servicios no tradicionales no se miden adecuadamente en la balanza de pagos porque la contabilidad no ha logrado aún aprehenderlos. Las instituciones públicas deben dedicarle esfuerzos a este tema para poder reconocer mejor a este fenómeno reciente. Según algunos de mis estudios basados en estadísticas oficiales de fuentes que no son las utilizadas en la balanza de pagos, el fenómeno de la exportación de servicios está totalmente submedido en un 30% o 40%.

Empleo

-Hoy algunas profesiones se encuentran en condiciones de pleno empleo debido a la demanda de las industrias de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. ¿Qué opinión le merece ese dato?

-En realidad, no tenemos idea de la magnitud del empleo que se creó en este último lustro. Esta revolución en el mercado laboral uruguayo no sólo ha tenido lugar en el sector de los otros servicios comerciales, sino también en las áreas de turismo y de logística ya que Uruguay se ha convertido en un hub de distribución de mercaderías en la Cuenca del Plata. Si se midiese el empleo generado y la participación de estas nuevas actividades en dicha variación, podría llegar a asombrarnos porque todas ellas son intensivas en trabajo altamente calificado. En cambio, el crecimiento de la actividad transable manufacturera y agrícola se hace cada vez con condiciones de productividad y de uso del capital mayor y con menor cantidad de empleo. De ahí la gravitación y relevancia de los servicios de comercio no tradicional.

-¿Cuántos puestos de trabajo vinculados con el sector de servicios no tradicionales se han creado de acuerdo con sus cálculos?

-Estos nuevos sectores que incluyen los relacionados a las tecnologías de la información, el sector audiovisual y los servicios a las empresas, estarían sumando más de 20.000 puestos de trabajos de forma directa. Si se le suman los empleos indirectos así como los vinculados a los servicios financieros de exportación, al transporte internacional y al turismo, estamos frente a magnitudes que modifican el criterio generalizado de que sólo las fábricas generan ocupación laboral.

Ficha técnica

Marcel Vaillant, uruguayo, 52 años, es doctor en economía por la Universidad de Amberes (Bélgica). Es profesor titular de Comercio Internacional e Integración Económica de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR. Ha sido profesor invitado en varias universidades de América Latina. Integró el Sector de Asesoría Técnica de la Secretaría del Mercosur en su fundación (2004-2006) y ha sido consultor de varios organismos internacionales. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel III).

Outsourcing y offshoring en Uruguay

-¿En qué consisten básicamente el outsourcing y el offshoring?

-Son dos modalidades vinculadas que actualmente utilizan las grandes corporaciones internacionales dentro y fuera de fronteras. Consisten en la subcontratación de procesos de negocios, generalmente en busca de costos más bajos en telecomunicaciones, arrendamiento de oficinas o terrenos, transporte, recursos humanos e incluso innovación investigación y desarrollo (I+D), que permiten obtener ventajas ante la competencia en un mundo globalizado. Cuando una empresa decide independizar un determinado tramo de su proceso productivo para que lo realice un tercero, eso es el "outsourcing". Cuando esa misma decisión tiene una dimensión internacional, es decir que una determinada etapa se cumple con un proveedor del exterior, se le llama "offshoring".

-¿De la mano de qué empresas crece el nicho de mercado del outsourcing y offshoring en Uruguay?

-Los call centers son intensivos en recursos humanos. Pero más importantes aún son las empresas pertenecientes a la industria informática y de las telecomunicaciones; no sólo las que crean productos de software, sino también las que adaptan y desarrollan sistemas ya existentes. También, en menor medida, figura la actividad audiovisual, que se ha convertido en un sector exportador interesante en Uruguay. Recién están surgiendo los proyectos de I+D, sobre todo vinculados a la industria farmacéutica como resultado del fenómeno nuevo que consiste en la fragmentación de la producción a escala global en este sector, ya que es claramente más económico contratar un científico en Uruguay dado que sus niveles de productividad relativa son altamente satisfactorios.

Balance comercial positivo en las tres áreas de servicios

-¿Qué proyecciones existen en cuanto a los montos de las exportaciones de servicios comerciales en Uruguay?

-Las exportaciones uruguayas de servicios se dividen en tres tercios: turismo, transporte y otros servicios no tradicionales, incluyendo los servicios financieros. Todos ellos están muy vinculados entre sí, siendo Uruguay el único país de América Latina que tiene un balance comercial positivo en las tres áreas de servicios.

A escala global, los servicios a las empresas alcanzan más de un quinto de las exportaciones de servicios y es claramente el subsector que crece a un mayor ritmo. Dentro de este, el que tendrá una mayor expansión a futuro son los servicios a las empresas más intensivos en conocimientos. En ese contexto, Uruguay podría aspirar a triplicar sus ingresos por la exportación de servicios a las empresas en un plazo de cinco años, lo que permitiría alcanzar unos US$ 2.000 millones sólo en este subconjunto de servicios. En la actualidad, nuestro país exporta unos US$ 2.500-US$ 3.000 millones aproximadamente, de los cuales un tercio pertenece al sector de servicios a las empresas, donde acontece el fenómeno del offshoring.

-¿Cómo ha impactado la actual crisis global al comercio de servicios en Uruguay?

-Cuando se desató la crisis, había distintos enfoques respecto a cuál era la mejor reacción de política comercial. Uno consistía en adoptar políticas proteccionistas como respuesta a la debacle económica proveniente de los países centrales. Es decir, cada economía debe defender su propio mercado y el empleo nacional.

Otra perspectiva señalaba que uno de los elementos de desarrollo de la productividad y, por tanto, de la competitividad global de las empresas durante los últimos años tenía que ver, además de la incorporación acelerada del progreso tecnológico, con la organización del trabajo y con la participación en el proceso de fragmentación de la producción manufacturera, que es también una fuente importantísima del crecimiento económico. Cualquier reversión de esa tendencia implica un efecto negativo en la productividad, en la competitividad y en la capacidad de expansión global.

-¿Qué enfoque ha resultado ser más adecuado en las actuales circunstancias?

-Aparentemente, la segunda tesis se adapta mejor a lo que ha pasado luego de la caída de los mercados financieros en 2008 porque no se ha visto una reversión en el proceso de crecimiento del offshoring. Si bien las corrientes comerciales han caído en todo el mundo, esa estrategia de fragmentación aplicada por las grandes corporaciones se ha mantenido. En Uruguay, por ejemplo, las empresas dedicadas a actividades relacionadas con la tercerización de los procesos productivos de las multinacionales prácticamente no se enteraron de la crisis, aunque pudo haber ocurrido alguna desaceleración de los proyectos de inversión.

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