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Pasaporte a la Madre Patria

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El País

CATERINA NOTARGIOVANNI

Varias palabras resuenan en la sala de espera del Consulado de España en Montevideo: abuelos, oportunidad, afectos, pasaporte, partidas, requisitos, cita e ilusión. También se repiten las carpetas en mano, las preguntas sobre la documentación requerida y los malabares para llenar un formulario sobre la falda.

Desde el 7 de enero, los uruguayos, nietos de españoles, tienen la posibilidad de recuperar la nacionalidad de sus abuelos y esa es una puerta que nadie quiere dejar de abrir. Pero, a diferencia de los testimonios que se recogían en 2002-2003 en el mismo consulado, la idea de emigrar representa una ínfima parte de las motivaciones. En esta ocasión, lo afectivo o el simple hecho de hacerse del pasaporte son las principales razones esgrimidas.

Perfiles. "En general son personas de edad madura, entre 40 y 60 años. Son muy pocas las de 80 años y también son escasos los jóvenes alrededor de 30", explica Silvia Cuadrado, de la oficina del Registro Civil.

Unas horas en la sala de espera bastan para corroborar la afirmación. "En las personas que hemos atendido no se nota una ansiedad por viajar a España para irse a vivir. O tampoco por obtener la nacionalidad para poder lograr una ayuda económica del gobierno del país europeo", agrega Cuadrado. "Ayuda que no se daría salvo residencia de diez años en España, acota Juan María López-Aguilar, Cónsul General de España. "Es simplemente por el hecho de obtener la nacionalidad", agrega.

"Yo estoy aprovechando, pensando en mis hijos, más que en mi. Por ahí puedo usarlo para viajar, pero no para vivir", cuenta Anabel Moll (41), cuyos abuelos llegaron de Galicia. "Lo hago para tenerlo y porque, para viajar, facilita mucho más", señala María José Lluveras (31), nieta de una pareja oriunda de Aragón que se conoció en Montevideo.

Gabriela Fernández (44) encuentra en el documento español un lazo afectivo: "Tener el pasaporte es como lograr un pedacito de ellos, nada más. Por suerte estamos bien acá, tenemos trabajo y no es la intención emigrar", asegura.

"Es una puerta que se te abre y nada más que eso. Además sé que allá está complicado el tema laboral", dice Roberto Iglesias (38), quien nunca conoció a sus abuelos españoles. Algo similar plantea José Capel (50): "Quiero el pasaporte para abrir puertas, principalmente por los nenes".

El hecho de que los nietos puedan pasar la nacionalidad a sus hijos (siempre y cuando sean menores de edad) es para muchos uno de los aspectos más tentadores de esta Ley de Memoria Histórica.

El único que admite querer el pasaporte para emigrar es Gerardo Rieiro (40): "Hace 20 años que me quiero ir. Más que una cuestión afectiva es una cuestión laboral. Yo soy cocinero y en 20 años lo único que tengo son mis manos… acá no hay posibilidad de cambio. Yo quiero progresar, tengo 3 hijos, tengo que darles algo", indica. Rieiro ya no recuerda las veces que intentó hacerse de la nacionalidad, pero en todas las instancias fue rechazado. "No me pertenecía porque mi padre no se había hecho ciudadano español. Ahora tengo una nueva chance, la ilusión está", confiesa.

La respuesta para todas estas personas llegará en unos seis meses, después que los funcionarios revisen cada expediente. Por ahora el consulado se encuentra en la etapa de recolección de la información. "Si no les corresponde la nacionalidad, y por lo tanto no pueden tramitar el pasaporte, recibirán la carta negativa del cónsul encargado del Registro Civil", señala Cuadrado.

No obstante, los rechazados tendrán una oportunidad extra presentando un recurso contra la negación ante la administración española. Las personas podrán hacer un seguimiento de su trámite a través de Internet con el mismo número de usuario y contraseña asignado cuando pidieron la cita.

En la sede del Consulado de la calle Libertad todo está dispuesto para que la atención sea eficiente (se duplicó el personal) y la espera confortable (una carpa en el jardín con suficientes sillas). Los consultados, salvo excepciones, no hablan de demoras mayores a 10 minutos.

"Deuda de sangre" es otra expresión repetida de los nietos, sobre todo de aquellos cuyos abuelos nunca pudieron regresar a España. "Mi abuelo había sacado el pasaporte y tenía el dinero para cumplir su sueño de volver; pero murió antes. Para mí el valor afectivo es impresionante", cuenta Marina García (42) y se emociona casi hasta las lágrimas.

Las cifras

145 Es la cantidad media de citas que están atendiendo por día en el consulado español.

1.267 Es el número de personas que presentaron solicitud de ciudadanía desde el 7/1 al martes 24/1

Más información en: www.maec.es/consulados/montevideo

Cómo y quiénes cumplen requisitos

Sin apuro. La "Ley de la Memoria Histórica" estará vigente por dos años. Por lo tanto no hay que salir corriendo a hacer el trámite. La norma exige que el Acta se firme antes de ese plazo, pero la documentación puede ser presentada más adelante. La solicitud se transforma en Acta cuando la firma el Cónsul.

Anexo I. Bajo esta modalidad se acogen los nietos y nietas de abuelo hombre que no hubiese tomado la nacionalidad uruguaya antes del nacimiento de su hijo/a. La abuela mujer transmite la nacionalidad bajo excepciones; por ejemplo si fue madre soltera.

Anexo II. Los nietos de españoles que emigraron entre el 18 de julio de 1936 y el 31 de diciembre de 1955. "A ellos no les preguntamos nada más salvo que demuestren el momento de la llegada al país de sus abuelos", indica Silvia Cuadrado.

Requisitos. Si el padre o la madre ya hizo el trámite de nacionalidad, el nieto debe llevar: partida de nacimiento del interesado legalizada, cédula de identidad y una hoja declaratoria que brinda el Consulado. Si no lo hicieron se pide: partida de nacimiento legalizada, certificado de Corte Electoral y la partida de nacimiento del padre o madre y de abuelo/a. (Se sugiere consultar en la web los requisitos según cada caso. Si se concurre a la cita con menos documentación de la necesaria, se agenda otro encuentro).

Bisnietos. La Ley de Memoria Histórica dice que los nietos traspasan la nacionalidad a sus hijos menores de 18 años, quienes tienen hasta el día antes de cumplir 20 años para iniciar el trámite correspondiente.

Error frecuente. El concepto español de origen que menciona la ley tiene implícito un tecnicismo que puede llevar a confusiones: "Cuesta entenderlo porque piensan que el español de origen es el que nació en España. En realidad es aquel hijo de padre o madre española, el tema es que la mamá española no transmitió nacionalidad de origen hasta el año 1978. A su vez el papá nacido en España, si tomó la nacionalidad uruguaya antes de 1960, tampoco transmitió nacionalidad de origen. Entonces puede ser que venga un nieto que su abuelo tomó la ciudadanía uruguaya antes del nacimiento de su papá o su mamá, que su abuela también era española y no le corresponde", explica la economista Silvia Cuadrado.

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