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Facebook versus privacidad

| La intimidad llega a ser tan pública mediante las redes sociales que alarma a los expertos; aconsejan los cuidados a tener a la hora de colgar perfiles en ellas.

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El País

MARÍA INÉS LORENZO

Luego de separarse, ella decide cambiar su perfil en Facebook: en lugar de "estoy en pareja" escribe "soltera". Al abrir ese nuevo perfil, su "ex" decide asesinarla, y tiempo después es condenado a cadena perpetua. No es ficción, es tan real como la violencia doméstica que cada mes cobra la vida de nueve mujeres en Uruguay. La diferencia es que ocurrió en Gran Bretaña, hace unos meses, según publicó el diario Daily Mail.

Casos extremos como esos -y ni que hablar de otros más nimios- ponen sobre la mesa un debate tan polémico como necesario acerca del uso de las redes sociales de Internet como MySpace, Sonico Hi5 y Facebook, sobre todo ésta última, que es la más popular y cuenta con decenas de miles de usuarios uruguayos; y millones en el mundo.

¿Qué grado de control tienen las personas sobre esa página? ¿Dónde está el límite entre lo confidencial y lo público? ¿Cuáles son los riesgos que se corren desde el momento en que uno se registra?

"En principio, la privacidad no debería verse afectada si se es cuidadoso a la hora de admitir amigos, dado que la información que aparece en la red sólo se muestra a aquellos que han sido aceptados expresamente por el usuario", señala Eduardo Carozo, gerente de seguridad de Antel.

"La falta de reserva de Facebook es relativa porque cada uno selecciona a quién quiere ingresar", agrega Mónica Stillo, experta en Nuevas Tecnologías y docente de la Universidad ORT.

Sin embargo, nada de eso garantiza que no se pueda invadir la intimidad, aclara el gerente de Antel. De hecho, el propio diseño del sitio permite que otros usuarios publiquen decenas de fotos, videos u opiniones en "mi muro" (espacio destinado a colocar mensajes) sin consentimiento público de todos los contactos admitidos, revela.

Ana Solari, docente de la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT considera que cada miembro de Facebook decide cuáles son los límites de su privacidad y cómo la comparte en el área de lo público, pero también cree que no todos son conscientes de que a veces se vuelcan comentarios y sentimientos como si se estuviera en el reino de lo privado.

"El espacio en el cual uno se sitúa para colgar videos o decir lo que se está haciendo en ese preciso momento se parece bastante al de la intimidad, por lo que se pierde noción de que en realidad se está destinando a un lugar público", reflexiona.

Esa libertad de que tanto conocidos como amigos estén al tanto de la vida de uno constituye para Stillo una de las tensiones más extrañas de la red: "Diferentes personas, ya sea las más cercanas como algunas más lejanas, nos ven de la misma manera", analiza.

El psicólogo y especialista en tecnología Roberto Balaguer, lo reflexiona de la siguiente manera: "Para un adulto resulta impensable colgar fotos que pertenecen al ámbito de la intimidad. Eso no es lo que sucede con los jóvenes, quienes han cambiado su manera de concebirla. Estamos viviendo un momento cultural donde las fronteras de los espacios entre lo público y lo privado se están reconfigurando. También se podría pensar que quizá no se trate sólo de revelar aspectos confidenciales, sino de asegurarse cierta presencia en el mundo de la conexión, ya que, en definitiva, quien no está en la red corre riesgo de no existir".

Abuso comercial. Uno de los puntos que cuestionan los expertos acerca de Facebook es que el usuario puede inspeccionar toda la información que ingresa sobre sus contactos, pero no tiene ningún control sobre el uso que le da luego dicha empresa. Ésta lo establece expresamente a la hora de registrarse: "Al publicar el contenido de la persona en cualquier parte del sitio, se garantiza automáticamente a la compañía el derecho a otorgar una licencia irrevocable, perpetua y no exclusiva para usarlo, copiarlo, reproducirlo y distribuirlo para cualquier fin, ya sea comercial, publicitario o de otro tipo".

Eso significa que si uno ingresa fotos, datos personales, videos u otros materiales debe saber que pueden ser usados por Facebook y cedidos a quienes estén dispuestos a pagar por ellos, explica Carozo. Un precepto que, según Stillo, supone un costado oscuro y mercantil porque se juega con la buena fe de quienes comparten sus experiencias y reflexiones.

"Habría que pensar hasta qué punto el usuario debería exigir mayores garantías, o mejor dicho, las garantías habituales de las creaciones individuales, como cobrar derechos de autor o controlar la reproducción", razona, y de inmediato se despacha: "Es una práctica de piratería y abuso comercial como pocas veces se ha visto".

Otro aspecto cuestionable de las redes sociales en general es que desalientan el contacto entre desconocidos. "Son cerradas, algo elitistas en su concepción. `Me doy con los míos, nada más`", indica Stillo.

No obstante, la docente cree que no hay que dramatizar sobre el uso de Facebook, salvo en el caso de que se generen redes perversas, lo cual se puede perfectamente denunciar.

Dejando eso de lado, para Stillo ese sitio es una herramienta muy útil y las personas se relacionan con él por el goce de ser visto, ser reconocido y no sentirse solo. También por la necesidad de contar con muchos amigos y conocidos que cobijen, festejen y presten atención a lo que cada uno va haciendo, queriendo y viviendo.

"Cuando se está lejos de un ser querido, por ejemplo, constituye un medio fundamental para continuar compartiendo la vida cotidiana", asegura Stillo.

"Quienes están interesados en este tipo de sitios generalmente buscan ampliar horizontes así como alardear de que tienen muchos amigos. Es por eso que abren el juego para captar más y más contactos", señala Carlos G. Gregorio, investigador del Instituto de Investigación para la Justicia, al tiempo que indica que no se puede tener una cantidad ilimitada de amigos: el tope es 5.000 y existen varias quejas porque muchos ya alcanzaron ese número, revela.

¿Quién es el uruguayo que tiene más contactos en Facebook? Se dice que Jaime Hitman, popular personaje del programa Vulgaria de Océano FM, que imita a Jaime Roos, con 4.055. Se dice también que el precandidato del Partido Nacional Luis Alberto Lacalle tenía una cuenta que rozaba los 5.000 amigos, pero la cerró, según señaló Gregorio.

No dar tanta info. Otra crítica vinculada a la falta de privacidad en Facebook se relaciona con el famoso "perfil" del usuario, que es como una suerte de carta de presentación, donde uno pone su foto, nombre y apellido, edad, sus preferencias, intereses, etc. "Pero hay que ser muy cuidadoso con la información que allí se disponga porque una vez que se subió no se puede borrar. Si bien si se desactiva, los datos quedan registrados en la compañía, que los puede utilizar hasta la eternidad y para lo que sea, indica Gregorio.

De ahí que el uso de Facebook no sea recomendable para los niños. Ellos se sienten muy cómodos en los espacios sociales de ese tipo y no toman en cuenta los riesgos que genera porque tienden a confiar en sus contactos, agrega el investigador.

De hecho, el gerente de seguridad de Antel detalla que el sitio expresa claramente que no debe ser utilizado por menores de 13 años, porque son más vulnerables a utilizar datos privados y vinculados a la seguridad de su familia. "Existen muchos casos de secuestros o robos derivados de que algunos delincuentes sabiendo horarios de la casa, datos de los padres, números de teléfonos, idean formas de extorsión", dice.

"El hecho de usar seudónimos o simular una edad que no se tiene es posible en Internet. Puede ser un seudónimo artístico o para proteger la privacidad, pero también están los pederastas que muchas veces figuran con otras personalidades y edades para que sus posibles víctimas no tomen prevenciones", completa Gregorio.

De ahí que, se sea niño, adolescente o más adulto, jamás se deberían incorporar en las redes sociales información u opiniones confidenciales, aconseja Carozo.

"No hay que poner datos sobre la salud de uno, ni de su familia. Tampoco contraseñas, números de teléfonos, direcciones ni opiniones políticas o religiosas", advierte.

"Se debe tener claro que la empresa realiza tests con los perfiles, que luego van a una base de datos que pretende generar una descripción de habilidades y preferencias de la persona. Siempre es mejor realizarlo sin tanto detalle, o bien, con un usuario que no permita vincularlo con la identidad real de uno", finaliza Carozo.

Configurar el perfil y protegerse

No es cuestión de entrar en pánico: en general, no hay por qué temer de que una persona desconocida esté interesado en la vida personal de uno. Pero es mejor prevenir que curar, y para eso no hace falta más que un poco de sentido común. Con las herramientas que ofrecen las mismas redes sociales, es posible limitar algo de la difusión de la información. Después de todo, nadie invita a extraños a conocer todas las habitaciones de la casa o contarle dónde estuvo de vacaciones.

Lo primero que se debe hacer es configurar el perfil de la red para que no sea accesible universalmente. Así, por ejemplo, en Facebook, en el menú Configuración-Configuración de privacidad del sitio, es posible definir quién podrá ver el perfil personal (cualquiera, sólo amigos que hayan sido aceptados, amigos de los amigos o nadie), e información acerca de él (sí los datos de contacto pero no las fotos, por ejemplo).

También se puede definir, entre otras cosas, si el servicio muestra la hora en que se realizó o no alguna acción en el sitio.

MySpace, por ejemplo, que no ofrece tantas opciones de diseño tecnológico, permite la configuración en Mi cuenta-Privacidad. (La Nación).

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