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Jóvenes "ni-ni": la cuarta parte no busca empleo; un tercio tiene hijos

No estudian ni trabajan. El gobierno atiende al primer grupo de estos jóvenes en situación de gran vulnerabilidad. Un estudio de su perfil mostró las carencias que tienen y su distancia del sistema

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ANDRÉS ROIZEN

El 22,6% de los jóvenes que no estudia ni trabaja ni siquiera está buscando empleo, y el 46,8% no terminó Ciclo Básico. El plan para los "ni-ni" avanza y se encuentra con un panorama complejo en ese grupo compuesto por 36.000 personas.

El programa Jóvenes en Red, del Ministerio de Desarrollo Social, obtuvo esta semana los resultados preliminares de un formulario inicial aplicado a los 2.200 jóvenes que en julio de 2012 fueron seleccionados para ser el primer grupo de beneficiarios del plan. Los datos, a los cuales tuvo acceso El País, confirman que se trata de un sector de la sociedad que está por demás expuesto: tienen un nivel educativo muy bajo y sus vínculos con el empleo formal son sumamente inconsistentes.

Son jóvenes que viven en las zonas más pobres, tanto en el área metropolitana de Montevideo como en el norte del país, principalmente en la frontera. En muchos casos, además, terminan vinculándose con otros problemas tales como las drogas y la delincuencia. Quienes ingresaron al programa son en su mayoría mujeres, las cuales representan un 54,2% del total.

Un dato llamativo que se desprende del formulario es que el 70% de los "ni-ni" que están en el programa no tienen hijos, pero un 30% sí tiene al menos uno. De ese 30%, un 19,8% tiene un hijo y un 7,6% tiene dos hijos. Con tres hijos hay 2,3%, un 0,2% tiene cuatro hijos, 0,1% tiene cinco y otro 0,1% tiene siete hijos. Sobre el estado civil de los 2.200 jóvenes, el 77,6% está soltero. Un 19,8% está en una relación de "unión libre", 1% casado, 1,6% separado y 0,1% divorciado.

En cuanto a las edades, si bien el programa está dirigido a los jóvenes de entre 14 y 24 años, la mayor parte se concentra en los segmentos de 14 a 16 años (un 38,6%) y de 17 a 20 (43,9%). En tanto, la franja de 21 a 24 años la compone un 17,4% de las 2.200 personas. Diego Olivera, coordinador del programa, dijo a El País que "queda pendiente fortalecer la captación de los jóvenes de 21 a 24 años". Según explicó, se podía prever que ese segmento se iba a adherir en menor medida dado que ya tienen mayor distancia con la educación, porque se ve "como un tren que ya pasó", y además "están atareados con salir a ganar la subsistencia diaria". Igual, estimó que tampoco son "tan pocos" en esa franja. Por otro lado, destacó que una buena captación de jóvenes en las edades más bajas es positiva porque da más opciones de volver a acercarlos a la enseñanza.

Sobre el nivel educativo alcanzado, el 46,8% de los jóvenes del programa no terminó el Ciclo Básico, lo que implica que la mayoría no completó tercer año de liceo. El 36,5% dijo tener Primaria completa y un 8,1% cuenta con educación técnica o Militar incompleta. Además, un 8,4% del total no completó la Primaria, lo que según consideró Olivera, es un dato "preocupante", teniendo en cuenta la cobertura que Uruguay tiene en ese nivel de educación.

En tanto, un 0,1% de los consultados sólo alcanzó el nivel preescolar y otro 0,1% no cuenta con instrucción alguna. Lo que representa tres o cuatro personas en cada caso, según comentó el jerarca. Olivera también afirmó que en el programa predominan los jóvenes que ya hace más de tres años que abandonaron el sistema educativo. Sobre ese punto, señaló que es un hecho que genera dificultades, dado que hay conocimientos que el alumno puede haber acreditado en un momento que, con el tiempo y el desuso de esas habilidades, los puede haber ido perdiendo.

El jerarca comentó que falta seguir desagregando los datos del formulario y que se buscará establecer con exactitud hace cuánto tiempo los jóvenes dejaron los estudios y en qué momento lo hicieron. "No es lo mismo un alumno que quedó en primero de liceo que uno que quedó en tercero", opinó.

TRABAJO. En lo que refiere a los vínculos laborales, el 52,8% de los 2.200 jóvenes dijo estar desocupado, lo que significa que están buscando trabajo, pero no lo consiguen. En tanto, casi un cuarto del total, el 22,6%, fue definido como "otro inactivo", lo que implica que no tienen trabajo y que tampoco están buscando uno. "Este sería quizá el grupo más crítico, en el sentido de poder revincularlos al trabajo", expresó Olivera, y dijo que "por lo menos en el desocupado hay una intención y una motivación de querer conseguir trabajo". Después, hay un 8,1% que se dedica a las tareas del hogar, 8,1% que "trabaja por cuenta propia", en changas o tareas concretas, y un 7,1% es "empleado informal" y no accede a la seguridad social. Hay un 1,2% que fue definido como "trabajador no remunerado" y un 0,1% como pensionista, debido a alguna discapacidad.

ETAPA CLAVE. Con el primer grupo de beneficiarios, el programa ya completó dos de las cuatro etapas que supone, y resta aún un año de trabajo. La primera consistió en llegar a esa población objetiva, para lo cual se organizaron 36 equipos en el territorio y cada uno tuvo como meta captar a 60 jóvenes con ese perfil. Luego, en la fase dos se "construyó y consolidó" el vínculo entre los jóvenes y el programa, y a la misma se obtuvieron más datos sobre ellos.

Este año, se comenzará a desarrollar la etapa tres, que implica aspectos vinculados a la capacitación, formación, vinculación con la educación y acceso a la salud. Olivera señaló que en esta etapa se vuelven fundamentales las metas que refieren a lo educativo y a lo laboral. Explicó que es muy importante impulsar el acceso al mercado de trabajo, pero también la capacitación para poder lograr que obtengan un empleo, dado que en muchos casos por el nivel educativo con el que cuentan se hace difícil que consigan uno. El jerarca dijo que las capacitaciones se dan en áreas que tengan una fuerte aplicación en el mercado de trabajo.

"Este año el gran desafío es desarrollar los proyectos personales de cada uno de los jóvenes. Apuntamos a procesos muy intensivos y personalizados, un proceso corto pero muy cuerpo a cuerpo, llegando a quienes más lo necesitan, al sector más crítico", afirmó Olivera. Este año también se "captará" a otros jóvenes para que ingresen al programa. Además, se abrirán nueve equipos en departamentos a los cuales aún no se llegó. Por eso, entre otras cosas, el programa ejecutó $ 60 millones de presupuesto en 2012 y en 2013 tiene previsto ejecutar $140 millones.

Las cifras

2.200

Es la cantidad de jóvenes que fueron seleccionados como primeros beneficiarios del programa "Jóvenes en Red" del Mides.

46,8%

Es el porcentaje de los jóvenes que comenzaron el programa que no terminó Ciclo Básico, o sea no culminó tercero de liceo.

8,4%

Es el porcentaje de los 2.200 jóvenes que señaló tener educación Primaria incompleta; 36,5% tiene Primaria completa.

54,2%

Es el porcentaje de mujeres dentro de ese total de 2.200 jóvenes seleccionados por el programa "Jóvenes en Red".

Apoyo para las "zonas rojas"

El programa Jóvenes en Red comenzará este año a colaborar con el plan que el gobierno anunció a fines de 2012 para las denominadas "zonas rojas" de Montevideo y el área metropolitana.

El trabajo en esos lugares será coordinado entre el Mides y el Ministerio del Interior, y es el resultado de la necesidad que planteó el presidente José Mujica de integrar a la sociedad a quienes forman parte del "núcleo duro" de la pobreza. Además, el mandatario había pedido coordinar en el territorio la presencia de diversos organismos del Estado y evitar que trabaje "cada uno por su lado". En esa línea, Jóvenes en Red va a duplicar la presencia de técnicos en esas zonas, definidas por el gobierno como "prioritarias".

"Vamos a duplicar la capacidad de atención; los equipos que atienden a 60 personas van a atender a 120, y para eso se sumarán técnicos", dijo a El País el coordinador del programa, Diego Olivera.

Las zonas definidas por en Montevideo son "La cantera del zorro", próximo al barrio de La Teja, Chacarita de los Padres, Marconi e Ituzaingó. Luego, se trabajará en Canelones en algunos sectores de Barros Blancos, sobre la ruta 8, y en algunas zonas de Las Piedras, donde aún se analiza qué barrio hay que fortalecer.

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