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Dos escolares de 8 y 9 años que asisten al centro modelo ubicado en barrio Sandú, destrozaron las instalaciones de la Escuela de Tiempo Completo N° 35. A pedradas, rompieron 45 vidrios y 14 focos de luz, y parte del mobiliario de la institución.

Ventanas y focos de luz del exterior, y también cuadernos y mapas que había en las aulas, fueron destrozados por tres menores de 18, 9 y 15 años, respectivamente.

El hecho, que causó consternación en la localidad, ocurrió el domingo de tarde en la Escuela N° 35 de Sandú, tres kilómetros al sureste en las inmediaciones de la ciudad.

La alarma del local no se activó, lo que impidió detectar a tiempo el vandálico episodio.

Las pérdidas a causa de los destrozos de 45 vidrios de casi 1,5 metros y grueso espesor, así como 14 focos y demás luminarias en los patios, fueron evaluadas en alrededor de 120.000 pesos uruguayos, dijeron autoridades locales de la enseñanza.

Los niños que junto al adolescente atacaron el recinto concurren a esa escuela, en donde también funciona desde principios de año una dependencia de la Escuela Técnica de Durazno.

La infraestructura que posee la sitúa como una de las mejores del departamento a nivel edilicio, dado que es una obra nueva, compuesta de dos plantas, amplios salones y flamante mobiliario.

A HONDAZOS.

Los destrozos comenzaron casi por azar, cuando uno de los menores intentó impactar a un pájaro con una honda y la piedra hizo estallar un vidrio de una de las ventanas del centro educativo.

"Ahí se descontroló todo y rompieron lo que veían con gran saña", dijo el encargado de la Comisaría 13a, Luis Ayala, dependencia que actuó en el caso y que detuvo a los tres agresores, que aceptaron la autoría del hecho y que luego fueron derivados por la justicia a sus respectivas familias.

"Después de lanzar la primera piedra, fueron `girando` por todo el edificio y a todas las ventanas, de un metro y medio de diámetro, las fueron rompiendo con piedras, con hondas y a mano; en otras, se subían a las rejas y rompían los vidrios con los pies", explicó Ayala.

"Todas las ventanas tienen rejas, pero las que podían abrir, las forzaban y tomaban lo que había en el interior, rompían los cuadernos, mapas, encontramos todo destrozado y desparramado en el piso", contó el funcionario policial.

Ayala dijo que fueron informados de la situación por un funcionario de la escuela, que fue advertido previamente por un vecino al escuchar varios golpes tipo explosiones, y que detuvieron a los menores cuando intentaban escaparse.

"Cuando llega el móvil nuestro se iban retirando por un monte que está enfrente".

Fueron vistos por los policías e interceptados y los tres aceptaron en primera instancia ser los responsables.

CONFESIÓN.

Uno de los escolares fue llevado en el patrullero hasta la escuela y, en el lugar, confesó en presencia de su madre la autoría de los destrozos.

Ayer, pese a los destrozos ocasionados, la tarea escolar se vio interrumpida solo por espacio de algunas horas. Para las tares de limpieza se contó con apoyo de la Intendencia de Durazno, padres, vecinos y docentes de la escuela, así como de la Inspección Departamental de Primaria.

"A las 10 de la mañana comenzamos las tareas de limpieza y de recolección de vidrios, y estimamos que mañana al mediodía (por hoy) el 80% estará concluido el trabajo. Lo más afectado fue el comedor, que estaba lleno de vidrios rotos", dijo la inspectora de Primaria a El País.

La funcionaria agregó que los padres de los dos escolares acudieron al instituto a pedir disculpas y a colaborar con la limpieza, y que también asistieron los niños responsables de los destrozos.

CIEN AÑOS.

Construida a nuevo en 2007, la escuela que funciona en la modalidad de Tiempo Completo celebró en mayo de 2011 los 100 años como institución y sobresale en la zona donde está ubicada.

En la actualidad cuenta con una población escolar de 322 alumnos, de los cuales 64 cursan Educación Inicial y 258 lo hacen en Educación Primaria. Imparten clase 12 docentes.

En marzo pasado, medio centenar de jóvenes iniciaron las clases en el flamante anexo de UTU que comenzó a funcionar en el local de la Escuela 35.

Vandalismo: "Había mapas y cuadernos rotos; estaba todo destrozado en el piso".