La empresa de telecomunicaciones Claro acató el controversial fallo de la Unidad Reguladora de Servicios de Comuniación (Ursec) y reemplazó el 100% de sus servicios de Internet a través de fibra óptica por otros en modalidad inalámbrica.
Lo comunicó a esa unidad ayer, cuando vencía el plazo de la prórroga que se le había otorgado para regularizar su situación. "A las 15 horas llegó una nota donde Claro confirma que dio cumplimiento a lo resuelto por la Ursec y que la migración solicitada ha concluido en tiempo y forma en un 100%", informó a El País Gustavo Delgado, director de Ursec.
La misiva fue "muy sucinta" y "formalmente correcta". La Ursec considera que de esta forma "se cierra el capítulo" que comenzó con su polémico fallo.
La Ursec intimó a Claro a dejar de prestar los servicios por medios alámbricos en febrero, al entender que solo la empresa estatal Antel está autorizada para hacerlo.
Claro admitió sobre fin del año pasado que comercializaba los servicios por fibra óptica y Antel defendió su monopolio, haciendo alusión al marco regulatorio. La Ursec solicitó un pedido de información a Claro antes de expedirse. Cuando falló en contra, le dio un plazo de 45 días que luego prorrogó a pedido de la empresa.
El cumplimiento de Claro se realizó de forma progresiva y así lo fue notificando a la Ursec en una serie de misivas. Por ejemplo, un mes atrás, ya había concretado el 70% de la migración en los servicios. Por tanto, en el organismo regulador había confianza en que cumpliría con su intimación.
Delgado indicó que "nunca se estableció la cantidad exacta de clientes" de Claro que contaban con servicios de Internet a través de fibra óptica.
Pese a su acatamiento, los pasados meses la Embajada de México expresó su preocupación por la situación de esta multinacional de origen mexicano. También lo hizo la Embajada de España, ya que la compañía Movistar podría estar interesada a futuro en el negocio.
Ambos países tienen con Uruguay un acuerdo de protección de inversiones que podría ser invocado por los gobiernos.
El gerente general de Claro, Horacio Alvarellos, dijo a El País que no hará "ningún comentario" sobre este polémico tema.