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Buceando en el barco más taquillero del cine

| Regreso. El director de "Avatar" y "Terminator" relanza "Titanic" en 3D quince años después del estreno y cien años después del hundimiento

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James Cameron es una de las caras visibles más fuertes de la industria del cine en el mundo. Su pasión por la exploración submarina lo llevó a hacer "Titanic", en 1997. Su afición por la tecnología lo lleva ahora a reestrenarla, pero en 3D.

"Creo que todos podemos imaginar cualquier película en 3D", comentó Cameron hace un par de semanas en una entrevista, previa al reestreno de Titanic, la segunda película más taquillera de la historia. Tras el éxito de Avatar, la película con la que se quitó a sí mismo el récord de taquilla, anunció de inmediato que quería relanzar Titanic en 3D, el formato que logró imponer en la industria y en cines de todo el mundo. "Tengo una lista enorme, pero, además (de E.T.) incluiría El Padrino 1 y 2. Ah, y sin olvidar El Señor de los Anillos. De hecho, he hablado con Peter Jackson, que está rodando sus dos Hobbits en 3D, y coincide conmigo en que sería una experiencia espectacular", comentó.

Las películas de Cameron siempre han estado impulsadas por sus pasiones. Terminator está impregnada de la ciencia ficción que leyó toda su vida (de hecho hay quien lo acusa de robar ideas a cuentos de Phillip K. Dick para esos guiones). Aliens tiene mucho de su gusto por ese género, pero también del respeto que siente por la carrera militar de su hermano. El secreto del abismo

cruzaba su interés por aplicar efectos digitales a una historia ambientada en el fondo del mar (de hecho esta película fue un fracaso comercial pero él la reconoce por haberle permitido filmar a lo grande bajo el agua). Piraña II, de la que no habla mucho pero es un clase B muy divertido, también había incluido varias secuencias submarinas. Avatar (además de copiar ideas de un cuento de Poul Anderson) refleja sus "preocupaciones" ecologistas. Y Titanic fue su gran excusa, como contó en una conferencia TED que dio hace dos años, para bajar hasta el legendario barco.

Este mes se cumplen cien años del hundimiento y por eso se eligió esta fecha. La gira de promoción del reestreno fue acompañada por él y Kate Winslet, aunque no por Leonardo DiCaprio. Los dos actores vieron sus carreras disparadas, aunque él más que ella, luego del éxito brutal de la película. Esto no amedrentó a los críticos más duros, que calificaron el film como una historia de amor infantil. "Más que el público, son los medios quienes trataron de minimizar su mensaje y valores, y etiquetarla como una telenovela para adolescentes, con DiCaprio como antecesor de Justin Bieber. Hay más elementos, épicos y hasta trágicos, con la moraleja de que lo más sólido también puede acabar hundiéndose. Pero, ante todo, Titanic es un hermoso poema de amor" comentó sin modestia al diario ABC de España.

"Los medios trataron de minimizar sus valores"

Regreso. Para James Cameron, cualquier película puede ser convertida a 3D, la tecnología que logró imponer en el cine gracias al éxito que logró con su film "Avatar"

VIEJAS APUESTAS. La actitud del director es parte de los mitos de Hollywood. Críticos y analistas recuerdan cada tanto en notas cómo el director recibió su premio Oscar al grito de "¡Soy el rey del mundo!", copiando la frase que decía DiCaprio en uno de los momentos más sensibleros de la película. Por supuesto que su gesto no cayó bien en el momento en que se dio y tampoco después.

El grito tuvo su contexto, ya que durante un buen tiempo, nadie apostaba un céntimo por Titanic. Al menos fuera de los estudios que la financiaron, donde también había cierta desconfianza según la historia oficial. Cameron habría sido el principal impulsor de un proyecto cuyo presupuesto y riesgo crecía desmesuradamente, conforme se iba filmando.

Cameron llegó a contar que durante seis meses trabajó con su equipo teniendo la convicción de que los dos estudios que la habían financiado iban a perder unos cien millones de dólares. "Tenía la certeza de eso", dijo. Cerca del estreno, la crítica la describía diciendo que era una extravagancia monumental. Pero todo eso, sumado a la curiosidad que despertaba el hecho de que era la película más cara de la historia hasta ese momento (cosa que no había ayudado a Waterworld unos años antes) contribuyó a generar mucha inquietud y curiosidad.

El resultado fue una bomba sin precedentes que arrasó en salas de cine de todo el mundo. En Uruguay, por ejemplo, llevó 217 mil espectadores y estuvo más de un año en cartel. En dólares, recaudó 1.847 millones, cifra que hasta el estreno de Avatar en 2010 había marcado un récord imbatible. Según la ONG canadiense Media Awareness Network, que se dedica a estudiar de forma crítica los fenómenos mediáticos, el cinco por ciento de los espectadores de cada película vuelven a verla en cine, pero en este caso fue el veinte por ciento.

Por otra parte, un factor interesante del fenómeno, fue que aunque era una historia de amor totalmente novelesca, logró atrapar a una audiencia masculina muy grande, hasta el punto de que muchos analistas comenzaron a describirla como la película que hacía llorar a los hombres.

Tras esa película, Cameron se dedicó con más fuerza a la exploración submarina y a la producción de documentales sobre el fondo de los océanos. Al mismo tiempo, comenzó a trabajar en el desarrollo de tecnología, ya como inversor y como técnico, para filmar en diferentes condiciones, especialmente en tres dimensiones. Cuando quince años después del montaje final de Titanic volvió a trabajarla, para convertirla a 3D, su forma de ver el cine había evolucionado. "Solo que tuve que prometerme no interferir en aquellas escenas que no me parecían del todo perfectas, y solo cambiar el formato de la imagen", contó al diario ABC. De hecho el único retoque digital que tiene la película, más allá de las dimensiones, es un cambio en el cielo que se ve en una escena. Como la producción cuidó la recreación de época hasta el mínimo detalle, ahora resolvieron poner el cielo y las estrellas como realmente estaban a la hora y en la noche que muestra el film. El director sintetizó su objetivo en la misma nota: "Esta tecnología (el 3D) permite situarnos en el espacio de tal forma que nuestro cerebro reacciona como si estuviéramos físicamente en ese lugar que estamos viendo. Como si realmente viajáramos en barco y fuéramos a morir. Emocionalmente, muchas cosas suceden en nuestro cerebro con el 3D".

Tecnología hecha para el espectador

Según el director de cincuenta y siete años, quien primero gana con las tres dimensiones es el espectador, que puede sumergirse al otro lado de la pantalla, como si cruzara una ventana. Avatar, a la que se le critica la simpleza y falta de originalidad de su argumento, fue concebida precisamente para mostrar al público y a la industria las posibilidades de la técnica (y demostrar que era más que un chiche, como se la veía en el pasado y aún se la ve en parte). "En los últimos dos años la audiencia ha demostrado que es capaz de pagar un poco más en taquilla por esta experiencia" comentó al diario ABC. "Estamos viviendo un renacimiento del 3D y creo que definitivamente está para quedarse, pues cuando veo esta versión de Titanic me siento muy orgulloso y no me cabe duda de que es la definitiva. Estamos frente a un campo muy fértil que solo podría fallar porque aún no hay suficientes salas de cine acondicionadas y los rodajes son costosos; pero esto es, sin duda, el futuro".

Curiosidades de "Titanic"

PREMIOS. En los Oscar de 1998 ganó en once categorías, incluyendo Mejor Director, Mejor Película, Mejor Música y Mejor Diseño de Arte.

CÁMARAS. Ayudado por su hermano y la marca Panavision, James Cameron desarrolló cámaras especiales que podían soportar la presión del océano y filmar fuera de submarinos directamente sobre los restos del barco.

DETALLES. La mayor parte de los escenarios fueron construidos con la asesoría de empleados de la White Star Line, empresa a la que pertenecía el Titanic.

PRECISIÓN. Los brazos y poleas de los que bajan los botes salvavidas en las películas, fueron construidos exactamente iguales a los del barco verdadero. Cuando el barco se hundió en 1912 no había certeza si podían resistir el descenso de botes cargados de gente, de modo que lo que se ve en la película son los brazos arqueándose bajo el peso de los botes repletos.

CANCIÓN. Cameron no quería incluir música cantada en la banda de sonido. Sin embargo, el compositor James Horner tomó sus riesgos y le propuso en secreto a Celine Dion que compusiera una letra; así nació "My heart will go on" y se convirtió en todo un éxito.

EXTENSIÓN. La Fox compró un predio de dieciséis hectáreas para construir los escenarios y allí instalaron un tanque de sesenta y tres millones de litros para fingir las escenas de agua.

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