Daniel Radcliffe, 22 años, quien será siempre recordado por haber interpretado ocho veces a Harry Potter, dice estar asustado por la mención a "la figura fantasmal que espía desde la ventana" en el trailer de su nueva película, "La mujer de negro".
"Me encuentro en esa misma posición", explica Radcliffe. "Espero darme vuelta y verla. Usted me asustó durante el primer minuto de nuestra entrevista".
Es comprensible que se sienta un poco al borde del abismo. Como Sean Connery en los comienzos de su carrera, Radcliffe se encuentra en una posición extraña: es y no es una estrella. Es uno de los jóvenes más reconocibles del mundo gracias a la franquicia de Harry Potter, pero no demostrará que es una estrella hasta que pruebe que puede tener éxito en otro papel. Los ojos de Hollywood están en La mujer de negro, esperando ver si es Daniel Radcliffe o Harry Potter quien genera millones.
AUTOCRÍTICO. Por su parte, Radcliffe dice que no se ve a sí mismo como una estrella.
"Soy el tipo de actor loco a quien solamente le importa el trabajo", asegura. "La verdad es que no tengo una postura sobre mis últimos años. Soy solo una mala estrella de cine".
"Pero la verdad es que nunca me ha gustado la gente con posturas", continúa, "No confío en ella. Si me convierto en ese tipo de actor voy a tener que sentarme y tener una charla conmigo mismo".
Es la clase de cosas que muchos actores dicen, pero Radcliffe parece creerlo realmente.
"Aprendí esto haciendo unas pocas películas", agrega. "Sé que los actores no son quienes hacen el trabajo más duro en el cine. Llegan después que el equipo técnico, y se van antes. Y les pagan más. Si uno tiene la suerte de estar en ese grupo selecto, conviene sentarse y reírse un poco de uno mismo".
"Cuando veo a un actor armando un escándalo, me parece horrendo", concluye. "Me pega en el estómago. Me siento mal. Personalmente siento demasiado respeto por la gente del equipo para comportarme como un idiota".
A diferencia de la serie de Harry Potter, en la que Radcliffe interpretaba al personaje del título pero era simplemente el primero entre iguales en un largo elenco que incluía a otros varios jóvenes actores y un equipo soñado de veteranos británicos, La mujer de negro es claramente "una película de Radcliffe".
Interpreta a Arthur Kipps, un joven abogado viudo que viaja a un pueblo remoto para hacerse cargo de los papeles de una cliente muerta recientemente. Se aloja en una vieja mansión que resulta estar maldita por una misteriosa mujer vestida de negro, de hecho un fantasma vengador.
Tras el carácter mágico de la serie de Harry, se pudo suponer que Radclilffe evitaría un tema sobrenatural para su primer vehículo estelar. Admite el punto, pero dice que no tuvo elección.
"Fue un simple caso de enamoramiento con un libreto", dice. "La primera vez que lo leí quedé atrapado".
La diferencia entre una película de terror barata y una serie es principalmente un asunto de motivación.
"Yo me preguntaba: `¿Por qué diablos se queda en la casa?`", admite Radcliffe. "Quería agarrar del cuello a mi personaje, sacudirlo y decirle que se largara. Resolví el problema diciéndome: `Aquí hay un joven que perdió a la mujer que amaba. Está buscando la seguridad de que ella está en un mejor lugar, y que se reunirán algún día".
"Se queda en la casa por curiosidad", añade. "La curiosidad es lo que nos hace humanos. Más allá de lo que ocurre, mi personaje necesita saber qué pasó en esa casa con la mujer de negro. Y en último término, la película trata acerca de cómo el sufrimiento afecta a la gente".
También es acerca de tener al público saltando en la butaca.
"Es un terrorífico `thriller` sobrenatural, inteligente y que asusta", promete Radcliffe. "Se lo aseguro".
"Vean el momento en que el fantasma aparece ante mí en la ventana", señala. "Ni siquiera me había dado cuenta de lo terrible que era hasta que vi el primer corte de la película. El director simplemente me dijo: "Camina hacia la ventana y luego retrocede`. No me dijo que habría un efecto especial allí, Cuando vi la película salté. La gente que ve la película grita: `¡Dan, sal de ahí!`".
Radcliffe, que pasó el último año en Broadway protagonizando el musical Cómo tener éxito en los negocios sin realmente tratar, es actualmente un residente de Nueva York.
"Viví en Nueva York todo un año", dice. "Empezamos los ensayos el 4 d enero de 2011, y seguimos sin parar. Solo dormí en mi cama en Londres una noche el año pasado, cuando fui al lanzamiento del último Harry".
Sin embargo, no está dispuesto a imitar a John Lennon y abandonar Inglaterra para siempre.
"Londres sigue siendo mi casa", dice Radcliffe. "Quiero volver. Pero si debo vivir en otro lado, que sea en Nueva York. Me encanta caminar por sus calles y mezclarme con la gente".
¿OSCAR? Los fans de Harry Potter se manifestaron sin éxito en favor de una nominación al Oscar como mejor película, y de Radcliffe como mejor actor.
"Hubiera sido maravilloso que nominaran a la película", dice el actor. "Pero a la gente que hablaba de mi chance, le dije que tenía más posibilidades de conseguir un Oscar si venía volando hacia mí".
"No necesito eso". agrega. "Y tengo sentimientos mezclados con respecto a las ceremonia. Nadie recibe un premio en la vida real por hacer su trabajo. Y uno se encuentra con todos esos actores compitiendo por un premio, luego de cobrar una buena remuneración por hacer un trabajo divertido".
Sin embargo reconoce que es bueno ser reconocido por los pares de uno. "Es algo que todo actor quiere en cierta forma. Uno desea saber que está haciendo un buen trabajo".
Fuera de la pantalla, Radcliffe tiene una relación seria con la asistente de producción Rosie Coker. No quiere hablar de eso, pero dice que le agrada estar fuera del mercado.
"Odio las citas, porque soy un desastre en las citas", dice con una carcajada.
En suma, con una década como Harry Potter en su espejo retrovisor, Daniel Radcliffe se está moviendo hacia adelante.
"Ha sido un agradable primer año afuera", dice. "Hice esta película y un show en Broadway. Ha sido una buena transición para dejar atrás el estilo Harry. Me encantó ser Harry Potter, pero todo tiene que terminar".
"Y terminamos con una nota alta", concluye. "Si no estuviera feliz con ello habría sido duro".
Fantasmas y el espíritu de la Hammer Films
En una época en la que "cine de terror" suele significar sangre que salpica, destripamientos y mutilaciones, La mujer de negro constituye casi una rareza: una película de considerable sutileza que apuesta en cambio a las atmósferas inquietantes, el peso de su ambientación gótica, el ocasional sobresalto de una aparición súbita o un sonido distorsionado en la banda sonora.
En realidad, el film se ubica en una tradición clásica de cine de fantasmas que puede hacerse retroceder hasta una "nouvelle" como Otra vuelta de tuerca de Henry James (espléndidamente adaptada por Jack Clayton en Posesión satánica y estropeada otras veces por el cine), y más cerca a La casa embrujada (libro y película) de Shirley Jackson, o Rose Red de Stephen King (que era de hecho una relectura sin mucho disimulo del libro de Jackson) o, en cine, películas como Los otros de Alejandro Amenábar o El orfanato de Juan Antonio Bayona.
Otro dato a retener es que una de las empresas coproductoras en la vieja Hammer Films, que resucitó a Frankenstein, Drácula, la Momia y otros monstruos de la empresa Universal en la Inglaterra de los años cincuenta. Esa gente sabía que no hacía falta vaciar baldes de sangre sobre su espectador para asustarlo.
Un personaje que habrá de seguirlo durante toda su vida
Daniel Radcliffe creció como el hijo del agente literario Alan Radcliffe y la directora de `casting` Marcia Gresham. Comenzó actuando en producciones escolares, y pronto tuvo un agente. Logró su primer papel importante fue en una versión televisiva británica de David Copperfield (1999), como el joven David.
Debutó en la pantalla grande en El sastre de Panamá (2001) como el hijo de los personajes interpretados por Jamie Lee Curtis y Geoffrey Rush.
David Heyman, productor de las películas de Harry Potter films, lo vio en un `casting` junto a su padre y dijo: "Este es Harry Potter".
Encarnó por primera vez al personaje en Harry Potter y la piedra filosofal (2001), y siguió haciéndolo durante el resto de su niñez, en otras siete películas. Radcliffe comprende que nunca se librará totalmente del per- sonaje, pero lo acepta.