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Multitud contra las plantas nucleares

Aniversario de la catástrofe. En Japón, decenas de miles pidieron el abandono de la energía atómica. Los dueños de Fukushima se disculparon. En Europa también protestaron frente a centrales.

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Decenas de miles de personas protestaron ayer en Japón, y en varios países europeos, contra la energía nuclear. Una de las manifestaciones más grandes fue en la prefectura de Fukushima, donde está la planta afectada hace un año tras el tsunami.

Más de 16.000 participantes, entre los cuales había residentes locales, refugiados, militantes, niños y también extranjeros, se reunieron en un estadio de béisbol en Koriyama, una ciudad a unos 60 kilómetros del complejo atómico que lleva el mismo nombre de la prefectura, Fukushima.

Los manifestantes llamaron a abandonar la energía nuclear y reclamaron la indemnización total de las víctimas por el operador de la central, Tokyo Electric Power (Tepco).

"Nuestra ciudad se ha convertido en otro Chernobyl", gritó por un altavoz Masami Yoshizawa, quien dirigía una granja en Namie, a 10 kilómetros de la central, que debió ser evacuada.

Un grupo de monjes vestidos con sotanas grises y blancas oraron junto a varios militantes que enarbolaban pancartas en las que habían escrito "No olvidaremos jamás el Gran sismo. No perdonaremos el accidente nuclear".

"Cada día se olvida un poco Fukushima", se lamentó Yumiko Ono, una grafista de 34 años llegada de Tokio.

"Si no elevamos nuestras voces en este momento, otro accidente podría producirse. Queremos decir al mundo que la crisis y las dificultades continúan hoy", agregó.

A pesar de su cólera, los opositores a la energía nuclear guardaron un minuto de silencio, en el momento exacto en que hace un año un fortísimo sismo de magnitud 9 se produjo en el fondo del océano.

Los manifestantes, con las manos juntas en oración se recogieron en memoria de las víctimas.

Después de esto, el cortejo desfiló por las calles de la ciudad, antes de que miles de velas fueran encendidas en memoria de las víctimas.

En Tokio, un millar de opositores antinucleares también se manifestaron. "Detened todos los reactores ahora" gritaban los manifestantes delante de la sede de Tepco en la capital, con el puño en alto y haciendo sonar tambores.

El presidente de Tepco, Toshio Nishizawa, viajó a la devastada instalación de Fukushima Daiichi, participando en el minuto de silencio junto a los trabajadores y pidiendo perdón por este accidente.

"Pedimos excusas ante los habitantes de la región y la sociedad por los problemas e inquietudes provocadas", declaró.

"Hemos recibido severas críticas y vamos a corregir lo que tiene que corregirse", agregó.

Poco más tarde, en conferencia de prensa, otro alto ejecutivo de Tepco prometió hacer todos los esfuerzos para indemnizar a las víctimas del desastre.

Acusada de tratar de limitar al mínimo las indemnizaciones entregadas, la dirección de Tepco afirmó ayer que no trataba de eludir sus responsabilidades.

MUNDO. Las protestas en contra de las plantas nucleares se extendieron en la jornada de ayer a varios países.

Miles de personas se manifestaron en toda Alemania contra el uso de energía atómica. En Brokdorf unas 3.000 personas rodearon la central local, según los organizadores. Acciones de protesta también tuvieron lugar cerca de los reactores de Gundremmigen, Neckarwestheim y Grohnde, indicaron los movimientos antinucleares alemanes, en un comunicado.

En Neckarwestheim, los manifestantes llevaron pajaritas de papel en memoria de las víctimas de Fukushima.

El sábado, la canciller Angela Merkel se había felicitado del abandono progresivo de la energía nuclear en Alemania. "Pienso que está bien que una gran parte de la población (alemana) esté convencida del final progresivo hasta en 2022" de la energía nuclear, había dicho.

Justo después de la catástrofe japonesa, Alemania decidió parar inmediatamente sus ocho más antiguos reactores nucleares y decidió condenar los otros nueve de aquí a fines de 2022.

En España, manifestantes se concentraron cerca de la central de Garoña para reclamar el cierre de esta instalación nuclear, la más antigua del país. Los inconformes reclamaban el cierre de la central, que entró en servicio en 1971 y fue construida con tecnología similar a la de Fukushima.

Un grupo de manifestantes se congregó frente a una planta de energía nuclear británica y bloqueó su entrada.

El grupo Stop New Nuclear dijo que cientos de manifestantes rodearon la estación cerrada de Hinkley Point en Somerset, mientras que un centenar de miembros permanecieron durante la noche hasta ayer para bloquear el lugar por 24 horas.

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