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Brasil alertó desplazamiento de bandas narco a Uruguay

Delincuencia. Estiman que pueden llegar tras operativo del Mundial 2014

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Desplazados por la represión policial de los operativos de seguridad del Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, narcos y delincuentes brasileños pueden llegar a Uruguay.

El gobierno de Dilma Rousseff le advirtió a Uruguay sobre la posibilidad cierta de que bandas de narcotraficantes y crimen organizado se desplacen de las favelas (cantegriles) de Brasil a territorio oriental, producto de los planes represivos que la Policía lleva adelante en el país con miras al Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro. Esa corrida de delincuentes brasileños de gran porte a nivel regional podría llegar a Uruguay por su estratégica ubicación. La extensa frontera seca del litoral Este sería atractiva para la llegada de delincuentes.

La advertencia la transmitió el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, a jerarcas del Ministerio del Interior uruguayo en una reciente visita a Río de Janeiro, informaron a El País fuentes oficiales.

El gobierno uruguayo tomó nota y piensa enviar un oficial de enlace para recibir la información de inteligencia de primera mano. Los oficiales de enlace son una figura creada por la ley de Presupuesto 2010-2014, pero hasta el momento no se cubrieron los cargos y no hay fecha ni nombres para las designaciones. Interior pretende enviar esos jerarcas a todos los países de la región y algunos otros del continente con los que mantiene vínculos estrechos, como Venezuela. Con ello espera adelantarse a los acontecimientos con el manejo de la información.

"Tenemos el riesgo que el Uruguay sea el lugar elegido por las organizaciones delictivas, y hay que tomarlo en serio y no con eso de que no pasa nada en nuestro país", admitió una importante autoridad del Ministerio del Interior que, por motivos de seguridad, prefirió mantener el anonimato al confirmar la información a El País.

Restan dos años y medio para el comienzo del Mundial de Fútbol, pero el alerta desde Brasil hizo ver al gobierno de José Mujica la necesidad de prepararse.

"No lo decimos nosotros, sino la Policía brasileña. Estuvimos en Río y nos dijeron que iban hacer tal cosa y eso va a significar una migración. Lo dijo el ministro de Justicia de Brasil: `mire que esto va a generar una corrida, una migración de delincuentes a nivel regional, y el Uruguay es un país que posiblemente puedan utilizarlo como base de operaciones por el tipo de frontera que tenemos con Brasil`", relató la misma autoridad que tuvo acceso a la información.

Brasil comenzó en noviembre de 2011 con su operativo de seguridad previo a los eventos deportivos que atraerá visitantes de todo el mundo, con un impactante despliegue militar en Rocinha (vecina de los barrios Vidigal y Chácara), la favela más grande de Río que alberga a casi 100.000 personas y donde predomina la pobreza y el narcotráfico.

El gobierno de Río asegura que la recuperación de áreas dominadas por narcotraficantes refleja un proyecto de "largo plazo" de las autoridades locales, que buscan poner fin a la existencia de un "poder paralelo" en áreas pobres donde el Estado se mantuvo ausente durante décadas.

El ministro Eduardo Bonomi comparte una preocupación similar, en cuanto al proceso de "feudalización" de algunas zonas del país. Fue así que en 2011 comenzó a aplicar medidas como los megaoperativos en barrios de Montevideo y la zona metropolitana.

El primer operativo en Rocinha en noviembre del año pasado fue calificado de exitoso por no registrar disparos, heridos ni disturbios. Esa maniobra bautizada "Choque de paz" logró incautar dos automóviles de lujo, 75 motocicletas, más de 300 kilos de droga -marihuana, cocaína, crack y éxtasis-, y una gran cantidad de armas, entre ellas 15 fusiles, una subametralladora, 20 pistolas, tres granadas y 61 bombas artesanales, además de 16.000 unidades de munición, según los primeros balances publicados en la prensa brasileña.

"Estamos cambiando un paradigma y liberando esas comunidades del yugo del narcotráfico", afirmó en ese momento el secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame. La Unidad de Policía Pacificadora (UPP) de Rocinha moviliza 900 agentes y pretende ser instalada después de que las fuerzas de ocupación concluyan la búsqueda de armas, drogas y delincuentes. "Tenemos que permanecer y demostrar a los habitantes que la policía no saldrá, y así conquistar credibilidad. Con la presencia permanente de la policía, la comunidad pasa a creerle más a la policía, y ello crea un círculo virtuoso", dijo Beltrame.

Negociadores para toma de rehenes

El Ministerio del Interior entrena policías para posibles atracos con toma de rehenes. Un grupo adquiere conocimientos para negociar con delincuentes que priven de libertad y amenacen personas durante la maniobra, y otro, en paralelo, se forma en el oficio de francotirador. Así lo informaron a El País fuentes policiales y lo confirmó un importante jerarca que pidió mantener reserva. Para ello comprará a Rusia dos fusiles de francotirador capaces de disparar a una distancia de 1.200 metros. Las autoridades estiman que situaciones con toma de rehenes se pueden comenzar a generar en la medida que la respuesta policial sea más eficaz y, al mismo tiempo, los delincuentes estén dispuestos a asumir cualquier tipo de riesgo con tal de concretar su golpe.

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