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Cada 15 días un conductor que se duerme provoca un accidente

Efecto. La falta de sueño inhibe al sistema nervioso igual que el alcohol

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LETICIA COSTA DELGADO

La rueda chocó contra el cantero central de la rambla portuaria y Adriana se despertó. Venía de Florida después de pasar Navidad con su familia. Eran las tres de la mañana. "Fue un instante", asegura.

No le pasó nada, pero sabe que le podría haber pasado. "Se me cerraron los ojos", cuenta. "No venía nadie", pero podría haber venido. El ruido de la rueda contra el cantero también despertó a su acompañante. A su pregunta sobre qué había pasado le respondió de forma evasiva. Pero se había asustado. "Podría haber volcado".

Entre los 24 accidentes de tránsito que hubo en rutas nacionales el pasado fin de semana no hubo ninguno asociado a la falta de sueño del chofer. De casualidad.

En Uruguay cada 15 días hay un accidente que es provocado por un conductor que se duerme. La cifra se desprende de un relevamiento realizado por Policía Caminera entre el 1º de enero y el 30 de noviembre de 2011.

Rubén Fernández, vocero de Policía Caminera, dijo a El País que durante los 10 meses estudiados hubo 21 accidentes en rutas nacionales en los que la causa notificada fue "conductor dormido". Uno murió, 10 resultaron heridos.

Fernández admite que es probable que haya casos que no lleguen a conocerse. El registro de Policía Caminera incluye a quienes declaran haberse dormido. Pero "son muy pocos los que dicen `la verdad, me dormí`", cuenta Fernández.

La mayoría dice que "se distrajo" o pone otras excusas como que estaba cambiando el dial de la radio. "Es poca la distancia que hay entre el sueño y la distracción", admite el vocero de Caminera y para las autoridades es muy difícil comprobar si lo que declara el conductor es verdad o no.

Lo cierto es que sueño y tránsito son un binomio peligroso. Este martes falleció un motociclista en Maldonado por chocar contra una columna tras dormirse manejando.

Magdalena Penela, especialista en trastornos del sueño y docente del ISEV (Instituto de seguridad y educación vial) explica que llega un punto en que el cerebro dice "basta" y si la persona está conduciendo el sueño la vence, por más reflejos que tenga.

"Después de 14 horas de vigilia, el cerebro libera ciertos neurotransmisores que inhiben el estado de alerta y nos `obliga` a dormir", explica la especialista.

El cuerpo sí o sí necesita "reparar" los circuitos neuronales para retomar las funciones e iniciar una nueva jornada. El problema es cuando, por fiestas o por trabajo, una jornada se enlaza con la otra y el cerebro no recibe descanso.

"Es como si el cerebro nos apagara la luz o bajara el interruptor de energía", ilustra Penela.

Para ella el tema debería estar mucho más presente cuando se habla de accidentes de tránsito. "Necesitamos informar más a la población, de la misma manera que les informamos de los riesgos de conducir alcoholizado", apunta.

Justamente, la falta de sueño puede tener el mismo impacto que la bebida. "Se considera que el efecto del alcohol es igual a la falta de sueño reparador", asegura la técnica.

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central y, del mismo modo, la falta de sueño que sea reparador inhibe las funciones cerebrales.

"La calidad del sueño es tan importante como la cantidad; hasta me atrevería a decir que la calidad importa mas", enfatiza la especialista. Un sueño reparador es aquel que pasa por distintas etapas de profundidad, desde un descanso ligero a otro intenso. Es lo que permite al cuerpo reponerse realmente.

SUEÑO BLANCO. Para el vocero de Policía Caminera el sueño "es enemigo" de la conducción. La sensación, apunta, es una mezcla entre cansancio y ser vencido por el volante.

Conducir cansado o somnoliento hace que disminuyan los reflejos y la capacidad de reacción; además la visión se vuelve borrosa y se pierde perspectiva para estimar distancias en la vía pública.

Una reacción frecuente, explica la docente del ISEV, es aumentar la velocidad y pasar por alto señales de tránsito, en la ansiedad por llegar a destino. Es lo que se conoce como "mayor aceptación del riesgo". Riesgo que puede terminar con la vida.

Otra situación frecuente es el llamado "sueño blanco", un período de tiempo en el que el conductor maneja dormido, aunque tenga los ojos abiertos. Lo hace en forma automática, sin darse cuenta.

Sebastián, que hasta hace poco trabajaba en una empresa de logística, conoce bien la sensación. Entre Montevideo y Piriápolis muchas veces tomó contacto con la realidad recién cuando la empleada del peaje le devolvió el cambio.

"Venís de ojos abiertos, hacés lo que hay que hacer pero todo está mecanizado", cuenta. Otras veces lo que lo despertó fue el contacto del neumático con la línea del borde de la carretera; la vibración en el volante le avisó que se salía de la ruta.

A él tampoco le llegó a pasar nada, pero sabe que corrió riesgos. "Si se te revienta un neumático o se cruza un perro o un peatón no te va a ir bien", dice. "Se te tiene que despertar el cerebro y no te da tiempo para reaccionar", admite.

Un estudio realizado en choferes canadienses y norteamericanos y difundido en octubre por el diario La Nación detectó que más de la mitad tenía episodios de "sueño blanco" cuando manejaba.

El Servicio de Neumología del Hospital Universitario Austral (Buenos Aires) registró que 49% de los conductores de transporte público presentaba "excesiva somnolencia diurna".

Para Fernández no sería extraño que esto también sucediera entre los conductores uruguayos. "Hemos tenido accidentes donde los conductores establecen haber hecho cuatro viajes Montevideo-Colonia en el mismo día", cuenta. El tema no está reglamentado.

De cara a las celebraciones de Año Nuevo, tanto Fernández como Penela recomiendan extremar las medidas de prevención.

"Viajar cansado por largos trayectos de ruta, monótonos, favorecen la somnolencia y aumentan el riesgo de accidentes, sobre todo entre las dos y las cuatro de la madrugada", subraya Penela.

No comer mucho antes de salir, hidratarse, no beber ni automedicarse, son algunos de los consejos para evitar accidentes si este fin de semana no hay posibilidades de descansar correctamente.

La cifra

21 Fueron los accidentes registrados en 2011 en los que el sueño fue la causa.

La cifra

14 Son las horas de atención que el cerebro tolera antes de necesitar un descanso.

Aspectos clave

Efecto sobre el organismo

Conducir cansado o somnoliento hace que disminuyan los reflejos y la capacidad de reacción; además la visión se vuelve borrosa y se pierde perspectiva para estimar distancias en la vía pública.

Dormido con ojos abiertos

Una situación que se repite en quienes no descansan y manejan desde hace muchos años es el "sueño blanco": conducir en forma automática por el recuerdo del camino y los movimientos pero con el cuerpo y la mente totalmente dormidos. Si aparece un obstáculo no hay tiempo para reaccionar.

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