Para el creciente número de observadores que temen que la ruptura de la Eurozona esté a la vuelta de la esquina, la canciller alemana, Angela Merkel, tiene una réplica: nunca ocurrirá.
Pero algunos bancos parecen no creerlo. En especial después de que la semana pasada la crisis de las deudas soberanas amenazó con engullirse también a Alemania, cuando los inversores comenzaron a cuestionar la solidez de ese país como pilar de la estabilidad europea.
El viernes, Standard & Poor`s rebajó la calificación crediticia de Bélgica de AA+ a AA, al asegurar que ese país podría no ser capaz de reducir la enorme carga de su deuda en lo inmediato. Las agencias calificadoras advirtieron que Francia podría perder su AAA. El jueves pasado, rebajaron la calificación de la deuda de Portugal y de Hungría a niveles de bonos basura.
Mientras los líderes europeos aún dicen que no hay necesidad de diseñar un Plan B, algunos de los principales bancos y sus supervisores están haciendo exactamente eso. "No podemos, ni vamos a ser indulgentes en este sentido", dijo Andrew Bailey, regulador de la Autoridad de Servicios Financieros de Gran Bretaña. "No debemos ignorar la perspectiva de una salida desordenada de la Eurozona de algunos de sus miembros", advirtió.
Esta semana, bancos como Merrill Lynch, Barclays Capital y Nomura emitieron una catarata de informes que analizan la probabilidad de una ruptura de la Eurozona. "La crisis de deuda entró en una fase mucho más peligrosa", escribieron analistas de Nomura. A menos que el Banco Central Europeo (BCE) dé un paso al frente para hacer lo que los políticos no logran, "a estas alturas, una ruptura del euro dejó de ser posible para ser probable", señaló el banco.
PRESIÓN. Las principales instituciones financieras británicas, como el Royal Bank of Scotland, ya tienen sus planes de contingencia para el caso de que lo inimaginable se haga realidad. Funcionarios de organismos reguladores de EE.UU. presionan a bancos norteamericanos, como el Citigroup, para que reduzcan su exposición a la Eurozona. Pero las instituciones de los países grandes de la Eurozona que se contagiaron de la crisis no parecen compartir la misma preocupación.
Los bancos de Italia y Francia no están elaborando planes de contingencia, por la sencilla razón, dicen los banqueros, de que concluyeron que la ruptura del bloque es imposible.
Aunque bancos como BNP Paribas, Société Générale, UniCredit se deshicieron de decenas de millones de euros en bonos europeos, la idea es que no hay motivos para hacer más que eso. "Mientras que en Washington prevalece la idea de que Europa puede quebrarse, aquí creemos que Europa debe seguir siendo como es -dijo un banquero francés. Nadie cree que se necesite un plan B".
Esta semana, los líderes europeos aseguraron estar más comprometidos que nunca con la supervivencia del euro, en especial con las elecciones presidenciales en ciernes: en Francia, en 2012, y en Alemania, en 2013. Merkel dijo estar dispuesta a redoblar sus esfuerzos para empujar a la UE hacia una mayor integración política y fiscal.
Esa tarea parece ser un poco más fácil ahora que la crisis se cargó a los líderes de los países más afectados por la crisis, como Italia y España. Pero sigue siendo una lucha cuesta arriba, y esta semana Merkel continuó con su oposición a la emisión de eurobonos con respaldo de la Eurozona.
El riesgo. En términos políticos, hasta la idea de la separación de Grecia es considerada cada vez más un anatema. A pesar de que en ese caso Grecia y sus bancos acreedores podrían ser rescatados por los contribuyentes europeos hasta dentro de nueve años, los funcionarios temen que el desprendimiento de ese país abra una caja de Pandora: una especie de segundo Lehman Brothers o la salida de otros países de la Eurozona.
El euro, creado hace más de una década, abrió paso a años de prosperidad para sus miembros, en especial Alemania, mientras las tasas de interés descendían y el dinero llovía sobre la región. Hasta que hace tres años la quiebra de Lehman sembró el caos en los mercados de crédito globales. Y la crisis financiera revivió cuando Grecia quedó al borde del default.
La creación de la Eurozona implicó un entramado de contratos y de activos entre países, pero ninguno que previera la posibilidad de que un miembro abandonara el euro. Sin embargo, mientras la crisis avanza hacia el norte rico, los bancos se preparan para cualquier cosa.
Merkel: "El término de la integración europea tendría consecuencias que son imprevisibles".
Los "indignados" marcharon en Madrid contra el nuevo gobierno
Algunos cientos de "indignados" se manifestaron ayer en Madrid contra la crisis económica y pidieron al electo gobierno conservador que dirigirá el líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, que haga políticas en favor de los trabajadores españoles, y no de las empresas.
"Caminemos juntos contra la crisis y el capital a la huelga general", se podía leer en una pancarta que abría una de las seis marchas que, desde distintos puntos de Madrid, recorrió la capital española hasta confluir en la céntrica Plaza de Neptuno, a un paso del Congreso de los Diputados español.
Entre gritos de "la crisis que la paguen los capitalistas" y armados con pancartas en las que se podía leer "No a los corruptos", o "que cada voto valga igual, sin leyes para timar", los manifestantes avanzaron sin pausa hasta llegar a la Plaza de Neptuno, donde la Policía les impidió entrar al Congreso. (AFP)
FMI prepara un plan de 750.000: millones de dólares para Italia
NUEVA YORK | El Fondo Monetario Internacional (FMI) preparó un plan de ayuda de 600.000 millones de euros (US$ 750.000:) para Italia en caso de que se agrave la crisis de la deuda de este país, afirmó ayer el diario italiano La Stampa, que cita a responsables del FMI.
Este préstamo del FMI -de entre 500.000 y 750.000 millones de dólares- permitiría a Italia disponer de un tiempo de 12 a 18 meses para implementar reducciones presupuestarias y reformas destinadas a reforzar el crecimiento, poniendo de lado la necesidad de refinanciar la deuda, según La Stampa.
El FMI pediría tasas de interés de 4% a 6%, inferiores a las tasas que Roma obtiene en el mercado, donde los tipos de interés para las obligaciones italianas a dos y cinco años superan el 7%.
La magnitud del préstamo no permitiría al FMI acudir solo a sus recursos. Por ello se estudia la posibilidad de una eventual participación del Banco Central Europeo (BCE), que estaría garantizado por el FMI, según el diario.
"Este escenario ha sido ideado debido a la oposición de Alemania a un mayor rol del BCE en la ayuda a los países en dificultades, y permitirá superar las reticencias alemanas si el préstamo es efectuado bajo estricto control del FMI", dice el medio. AFP