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Jorge Abbondanza

Esta tarde a las 18 horas en el Solís, la actriz argentina Norma Aleandro ofrecerá su recital "Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor", que se repetirá en esa sala el martes a las 21:00, por última vez.

La relación de esa viajera con el Uruguay no es la de cualquier celebridad porteña que visite con cierta frecuencia esta otra vereda del Río de la Plata. En el caso de Norma Aleandro se trata de un vínculo más profundo, porque en 1976 los gestos de intolerancia dinamitera de la dictadura argentina determinaron que la actriz se estableciera pasajeramente en Montevideo, donde desarrollaría su actividad artística durante los años siguientes.

Considerando que Norma es escritora, además de prominente figura teatral, comenzó entonces a colaborar en El País con un texto semanal que se titulaba "Norma Aleandro a dos columnas" y que dejaba constancia de su habilidad narrativa y su fantasía, de la que habría registro posterior en algún tomo de relatos que llegó a publicar y presentar incluso en la Feria del Libro montevideana. Todo ello al margen de sus labores de dirección y hasta de dramaturgia.

Pero en aquel momento, y al margen de ese desempeño periodístico, Norma encabezó algunos espectáculos en esta ciudad, como la comedia Una vez al año (con dirección de Mario Morgan, con Guzmán Martínez Mieres) o una Medea que no solo protagonizó sino que también puso en escena, con afectuosa asistencia de Agustín Alezzo y actuación de Luis Cerminara. En los años siguientes, la actriz pasó a vivir con su familia en España, de donde regresaría triunfalmente con el estreno en Buenos Aires de La señorita de Tacna de Mario Vargas Llosa, con la que obtuvo elogios, premios y un reencuentro con su aureola artística en el medio rioplatense y en el ámbito latinoamericano. Desde entonces, su carrera ha proseguido con labores en teatro, televisión y cine, donde La historia oficial y Gaby le abrieron el camino para una actividad paralela en Hollywood.

Norma nunca abandonó sus trabajos escénicos y asimismo estuvo presente en las pantallas de su país hasta el día de hoy, pero al margen de ello su nueva escala en Montevideo significa algo más que la llegada de un talento de la orilla de enfrente. Es también la visita de una vieja y querida amiga de este país, en cuya costa rochense pasa todos los veranos y en cuyo público sigue ocupando un sitio destacado. A esa mujer, que siempre tiene expresiones tan cordiales para referirse al Uruguay, es preciso recibirla con la calidez que corresponde, porque en buena medida -además de integrar la primera línea de una gran tradición escénica argentina- ella es parte de esta otra comarca, una hermana que se comparte, antes de disfrutar sobre las tablas con el don de su sensibilidad.

En el marco del programa "Un pueblo al Solís, hoy llegan a Montevideo vecinos de Sarandí de Navarro, del departamento de Río Negro, para asistir al espectáculo de Norma Aleandro. Ayer llegó un ómnibus de esa localidad, y hoy harán los visitantes un `tour` por la Capital, luego toman una merienda en el Solís, ven la obra y regresan.