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¿Una bomba de tiempo?

| Si los sindicatos son defraudados. Si son defraudados los ultras que acarrean votos luego de abrazarse con culebras...

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Durante el gobierno de Jorge Batlle, las decisiones de la coalición de izquierda trazaron un zigzag difícil de entender; no hubo un doble discurso, hubo una oscilación entre tres polos que todavía subsisten con mucha fuerza y deciden alternativamente: el socialismo viable, el corporativismo sindical y los radicales. Dentro de ese triángulo, el candidato de todos, el doctor Tabaré Vázquez pasó de un ángulo a otro según soplara el viento; y mediante esa incoherencia simpática logró mantener el liderazgo, sustituyendo los preferidos, como un reflector de ilusiones que girase entre ellos. (Véase en esta página: "El estilo Vázquez").

Ejemplo a tres tiempos:

1) Pasado inmediato: cuando se trató de la reforma del Estado (entes autónomos) se impuso la fuerza sindical.

2) Presente: cuando se trata de reclutar votantes blancos y colorados predomina el senador Mujica y su grupo tupamaro que abraza culebras; y

3) Futuro inmediato: cuando el líder da a conocer sus intenciones programáticas luce como un moderado a la manera de Romano Prodi.

1) EL PODER SINDICAL Y LOS ENTES. El 15 de mayo del año 2001, el doctor Vázquez fijó posición al clausurar el seminario que realizara el "Centro de Estudios Estratégicos 1815". Dijo con respecto a la reforma del Estado:

—"Nosotros no nos oponemos a la asociación de Antel con nuevos emprendimientos con capital privado, sino que queremos que esto se sume a Antel para hacer de ella una empresa más eficaz y eficiente".

Y refiriéndose a los grupos de presión, el doctor Tabaré Vázquez agregó:

—"No basta que los funcionarios de las empresas públicas defiendan sus intereses corporativos. Es necesario que sin perjuicio de ello, asuman plena y cabalmente sus derechos y responsabilidades como ciudadanos, porque al fin y al cabo eso son, más allá de su condición laboral".

Siete meses después, el 4 de diciembre, fiel a su pensamiento, el doctor Tabaré Vázquez defendió en la Mesa Política del Frente la conveniencia de asociar Ancap con empresas privadas y que el Frente "negociara" una solución al respecto. Y así se resolvió (y fueron senadores del Frente quienes redactaron una ley negociada, mediante la cual se aceptaba la capitalización de Ancap con aporte privado, que fue aprobada por los partidos tradicionales).

Pero el sindicato de Ancap se manifestó vivamente contrario a esa solución. El presidente de la Federación de Ancap, el señor Hugo de Mello, dijo:

—"La resolución que el martes 4 adoptó la Mesa Política del Frente, "no contempla las aspiraciones del sindicato". (1)

Entonces el doctor Tabaré Vázquez le envió un mensaje al sindicato que decía:

—"Quiero hacerles llegar mi solidaridad y apoyo personal ante vuestros justos planteos en defensa del trabajo, los trabajadores y nuestras empresas públicas. Cuéntenme de su lado. Hasta la victoria siempre". (2)

Y la Mesa Política del Frente Amplio se retractó y acató al sindicato.

En un reportaje concedido a Búsqueda, el senador Danilo Astori aclaró: —"El discurso de Tabaré Vázquez en el seminario de Seregni, es extraordinariamente más avanzado que la resolución sobre Ancap".

Y agregó:

—"Esto puede alejar el tramo (electoral) que hasta ahora nos ha hecho falta para llegar al gobierno. Por el camino de la confrontación nos puede faltar la suma final para llegar al gobierno pero, si igual lo logramos, nos puede dificultar después, el gobierno".

Y cuando el periodista pregunta: ¿La izquierda sería más ejecutiva (más coherente) a la hora de tomar decisiones? - el Senador contesta:

—"Ni qué hablar. Recuerdo las primeras palabras de Tabaré Vázquez, cuando se ganó el gobierno municipal en 1989, dijo: "Vamos a cortar el cordón umbilical". Fue una reflexión interna con el grupo que lo acompañó durante toda la campaña. Ganó y dijo: "Vamos a cortar el cordón umbilical". Era un símbolo que comparto totalmente.

En un gobierno nacional ni qué hablar que va a ser así. Aunque, claro, tendrá que haber una relación entre la fuerza política y el gobierno". (3)

El propio doctor Tabaré Vázquez, dijo en otra ocasión:

—"No se puede gobernar a demanda; aunque se deba responder a las demandas que la sociedad plantea".

LOS ULTRAS Y LOS VOTOS. En el momento presente según los sondeos de opinión que recogen las encuestas, todo indica que el doctor Tabaré Vázquez será el próximo presidente del Uruguay y también se sabe que dentro de la coalición de izquierda, la fracción más numerosa son los tupamaros, encabezados por el senador José Mujica; hay mediciones que le atribuyen el 40% de los votos frentistas al MPP.

Esa es la fotografía del momento, pero falta mucho para las elecciones y nunca se sabe qué puede pasar. Pese a eso, es un buen ejercicio imaginar "qué pasaría" si el escrutinio fuera éste, el que arrojan las actuales encuestas.

Situación a recordar: durante esta campaña electoral, mientras Mujica critica a Vázquez, Vázquez apoya a Mujica, aunque no simpatice con sus ideas.(?)

ATISBOS DEL PROGRAMA. La tendencia conservadora del doctor Tabaré Vázquez, viene de muy atrás, se concretó en varias declaraciones recogidas por la prensa y más que eso: en las resoluciones del IV Congreso realizado en diciembre del 2003; allí se fijó un programa que no tiene vuelta atrás. Allí, la máxima autoridad del Frente Amplio, consagró expresamente, el corte del cordón umbilical, ratificando lo adelantado por el senador Astori: el candidato del Frente, en caso de ganar las elecciones, mantendrá su autonomía con respecto al aparato político; no queda pues, sujeto a las bases ni a los órganos de dirección del conglomerado..., después de las elecciones.

Este es uno de los pocos puntos en los cuales el doctor Tabaré Vázquez ha mantenido férreamente su línea: una cosa es el llano, donde se puede ir contemplando a todos según turnos imprevistos; y otra es el gobierno donde hay que elegir y tomar partido, aunque quede a cada paso, el tendal de doloridos. El presidente Vázquez no habrá de ser un Presidente débil.

Ya en el IV Congreso murieron muchos sueños.

Se rechazó la propuesta de establecer en el programa de gobierno la renegociación de la deuda externa.

Se rechazó la iniciativa de derogar la ley de Caducidad.

Quedó por el camino la moción de adecuar el salario mínimo, al monto de la canasta básica. Vale decir, el tema "salariazo" pasó a mejor vida. Llegó a ratificarse el decreto de la dictadura, que suprimió el aguinaldo para los jubilados.

El IV Congreso hizo pensar en un gobierno hecho a imagen y semejanza del gobierno de Lula; que está hecho a imagen y semejanza de los gobiernos izquierdistas de Europa durante los años 90, que fueron neoliberales.

El trabajo cumplido por el doctor Tabaré Vázquez en el manejo de ese Congreso multitudinario fue muy habilidoso y muy prudente; y es con esa posición de fondo que entronca su discurso actual.

Armónico con el Congreso, fue el discurso que leyera hace pocos días en la capital porteña ante un centenar de empresarios argentinos: prometió pagar puntualmente la deuda soberana, cumplir todos los contratos firmados por el Estado uruguayo y adelantó que no pretende sustituir el actual modelo económico.

SONIDO QUE NO CESA. Basta este somero relevamiento para comprobar que el estilo pendular está incubando (nunca mejor aplicado este verbo polisémico) una contradicción ominosa.

Mientras el electorado se hace radical y se dice dispuesto a formar una enorme bancada tupamara liderada por los senadores Mujica y Fernández Huidobro, el candidato único se proclama decididamente conservador, concilia con las fuerzas armadas, con el FMI y aún con el modelo económico.

El doctor Tabaré Vázquez además de la Presidencia de la República sabe que va a tener el poder. Cuenta para ello con la autorización expresa otorgada por el Congreso.

Cuando al senador Reinaldo Gargano le preguntó Loreley Nicrosi (cuando trabajaba en El Observador):

—Si se cristaliza la supremacía interna del MPP, ¿le preocupa que un gobierno de Vázquez quede condicionado al Movimiento de Liberación Nacional?

Gargano contestó con toda razón: —"Tabaré Vázquez no quedará condicionado a nadie, gane quien gane en la interna del Frente Amplio".

¿Qué pasará entonces, cuando los radicales comprendan que votaron para nada (o peor: para consagrar las soluciones que más rechazan)?

Si los sindicatos son defraudados. Si son defraudados los radicales que acarrean votos después de abrazarse con las culebras blancas y coloradas. Si el nuevo gobierno contradice los intereses corporativos y las utopías ... Algo va a pasar.

Así procedió otro frente popular aquí cerca, la Alianza, en la Argentina: ganó esa coalición y el gobierno electo no atendió a las pretensiones del Frepaso: lo usó para las elecciones y después cortó el cordón umbilical y el Chacho Alvarez renunció a la vicepresidencia y se fue. Y poco después, Fernando de la Rúa, abandonado por los socios que había apartado, fue barrido por una pueblada y el país se hundió en un "infierno" del cual no ha podido salir, según dice el presidente Kirchner.

¿Qué sucedió en Chile con Salvador Allende? ¿Quién encendió el estallido? Nadie explica mejor este ejemplo espantoso, que el general Liber Seregni.

Se presta atención a la interna del Frente, se acerca la oreja y uno oye: tic tac, tic tac, tic tac

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(1) Diario El País, Montevideo, 11/12/01, pág. 7; y Semanario Búsqueda, 13/12/01, págs. 1 y 6

(2) Semanario Búsqueda, 13/12/01, pág. 6

(3) Semanario Búsqueda,

7/12/01, págs. 52 y 49

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