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Ex beisbolista millonario pretende instalar un hotel de lujo en Gorriti

Burocracia. Sammy Sosa dice que el gobierno "tranca" a los inversores

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Cuando el pequeño Sammy corría por las calles de República Dominicana nadie imaginaba que sería millonario. El mejor jugador de béisbol de origen latino de todos los tiempos (bateando más de 600 jonrones), busca invertir en Punta.

El exitoso jugador hoy es un magnate hotelero, y además de liderar el grupo empresarial que formó para toda su familia a la que rescató de la extrema pobreza, es poseedor de una multinacional de commodities (materias primas que se comercializan a granel) que opera en toda América Latina y el Caribe.

Sosa es una leyenda en su país y en Estados Unidos, gracias a su éxito en las grandes ligas de béisbol, y también por ser un dominicano aferrado a su pueblo. Ayudó a su país en la devastación provocada por el huracán Georges (1998). En esa oportunidad inauguró una fundación con su nombre que ofrece comida y dinero a los más necesitados.

Sosa también ha ayudado al gobierno de República Dominicana haciendo donaciones, por ejemplo, de computadoras para las escuelas y ayudando a los damnificados.

"Todo fue en base a la perseverancia, al trabajo y al esfuerzo de todos, pero principalmente, de mi madre, que sola (el padre de Sammy falleció cuando él tenía siete años) nos dio de comer a todos y logró hacernos grandes y fuertes", expresó a El País, mientras observa la bahía de Punta del Este desde un apartamento en el piso 17 de El Torreón, donde estuvo hospedado más de una semana.

Sosa llegó al balneario de la mano de Augusto Castex, su representante en Sudamérica, quien le había recomendado el balneario como lugar de descanso y posible destino de alguna de sus inversiones.

"Me gustaría hacer un mega hotel cinco estrellas en esa hermosa isla que tienen ahí y transformar ese paraíso en un lugar exclusivo, con todos los servicios y lujos", suelta sin despegar la mirada de Gorriti.

"Lo que pasa es que no me dejan. Uno llega acá como para hacer una inversión grande, de 50 o 100 millones de dólares, o para comprar un buen terreno, y el gobierno te tranca", se queja Sosa, sorprendido por las trabas burocráticas del país.

"Uruguay, el gobierno, debería comprender que la única manera de que Punta del Este se transforme en el St. Tropez que todos quieren es abriendo las puertas a los capitales privados, no trancándoles el camino", afirmó.

Sosa es amigo del ex presidente estadounidense Bill Clinton (se conocieron en un partido de las grandes ligas en el que Sosa le regaló el bate con el que había conectado un jonrón) y admirador de Barack Obama. "Lo destaco por haber enfrentado con valor los graves problemas de déficit en el país. La gente se olvida de lo que él está haciendo", dijo Sosa, quien está agradecido por la "oportunidad" que le dio Estados Unidos.

Actualmente Sosa también cumple funciones diplomáticas para su país.

"Tengo una gran amistad con nuestro presidente Leonel Fernández y fue por él que me inicié en la política y la diplomacia. Hoy represento a el país y busco capitales que estén interesados en invertir en Dominicana", explica el ex jugador, quien viajó por Japón, Taiwán y Europa junto al presidente dominicano "aprendiendo cómo hacer diplomacia".

Aunque hoy está dedicado casi por completo a sus actividades empresariales, es imposible hablar de Sammy Sosa sin mencionar sus récords.

Sosa bateó su jonrón número 600, convirtiéndose en el quinto jugador en la historia de Grandes Ligas en llegar a esa hazaña, en 2004. También es el líder de jonrones de todos los tiempos entre los jugadores nacidos fuera de Estados Unidos y es el único jugador que logró conectar 60 o más jonrones tres veces en una misma temporada.

Sospechas. "Los números están ahí. El tiempo dirá lo que pasará", afirma Sosa, consultado ante la inminente posibilidad de que su nombre sea incluido en el Salón de la Fama del béisbol en 2013.

Sobre el final de su carrera, algunos medios de prensa deportivos de Estados Unidos especularon con las sospechas de uso de esteroides anabólicos durante su carrera como jugador. El 16 de junio de 2009, The New York Times informó que Sosa había dado positivo a una prueba de drogas que mejoran el rendimiento en el año 2003.

Antes había sido acusado de utilizar bates con corcho para potenciar su golpe. Una comisión oficial probó y confiscó otros 76 bates de Sosa después de su expulsión; todos resultaron limpios, sin corcho.

Una carrera cargada de éxito

Sammy Sosa fue seleccionado siete veces para participar del prestigioso Juego de las Estrellas de las Grandes Ligas (1995, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002 y 2004), además de haber ganado el Silver Slugger Award (galardón otorgado a los jugadores con el mejor desempeño ofensivo del torneo) en seis oportunidades: 1995, 1998, 1999, 2000, 2001 y 2002.

En 1998, año que recuerda como el mejor de su carrera, ganó el premio MVP (Most Valuable Player), al ser considerado el jugador más valioso de las Grandes Ligas de béisbol.

Ese mismo año también fue condecorado con el premio Roberto Clemente, otorgado anualmente al jugador elegido por su carácter admirable y sus contribuciones caritativas a la comunidad.

Posteriormente fue homenajeado con un desfile triunfal por las calles de Nueva York y fue invitado por el presidente Bill Clinton al discurso del Estado de la Unión en 1999.

Consultado por El País sobre las claves para conectar jonrones, Sosa dijo que "la clave está en el balance del cuerpo, saber distribuir bien el peso en las piernas". El giro de la cadera, la posición y el quiebre de la muñeca también fueron destacados por Sosa como algunos de sus "secretos".

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