Recrudecen en estos días las quejas por el servicio ADSL, dependiente de Antel, que permite entrar y trabajar en Internet. Una organización internacional que mide la calidad de los servicios de Internet coloca a Uruguay en el pelotón de cola en el rubro rapidez de servicio en sus conexiones en la llamada "banda ancha". Cualquiera puede verificarlo entrando en la página web de esa organización -Netindex.com- en donde la medición se actualiza de manera constante.

Francamente, da vergüenza comprobar la ubicación de nuestro país en el ranking mundial pues sobre un total de 172 países controlados, puede apreciarse en estos días que nos hallamos en el puesto 151. Para dar una idea del nivel del servicio que presta ADSL, dependiente de Antel, baste decir que figuramos en peor posición que naciones como Sudán, Botswana, Mali, El Salvador o Bangladesh. Para peor, el costo de conexión está entre los más caros de América Latina y cuadruplica fácilmente lo que se cobra en Europa.

Periódicamente, algún vocero oficial anuncia que las cosas mejorarán, pero eso no ha ocurrido hasta la fecha a pesar de la importancia que hoy tiene ese moderno medio de comunicación.

Tan importante es que hay miles de personas que trabajan a través de Internet y que sufren con las carencias del sistema ofrecido por el ente telefónico estatal. Se trata de un sector laboral que produce bienes sofisticados, con un alto valor agregado y con una demanda creciente en el mundo. Si para todos los usuarios ADSL es un auténtico lastre, para los profesionales de Internet la lentitud del servicio es una pesadilla y una limitación de sus posibilidades de desarrollo.

Es hora de que Antel se to-me en serio este asunto.