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DANIEL HERRERA LUSSICH

Es como intentar tapar el sol con las manos… Verdaderamente molesto, el presidente José Mujica descubrió hasta dónde le disgusta el manejo de lo que califica "exhibición desmedida de los hechos policiales" en los noticieros centrales de la televisión abierta.

¿La llamada crónica roja es exagerada o falseada por los medios uruguayos? Pocos lo creen hoy en día. La gente en cualquier barrio sufre atemorizada una creciente y dramática delincuencia que se refleja en robos a diario, rapiñas y copamientos que muchas veces cobran la vida u ocasionan graves heridas a inocentes dueños o dueñas de casa o comerciantes, bancarios o guardias de seguridad. Hoy nadie está seguro ni cuando camina por la calle, viaja en un ómnibus, taxi, en su auto o se encuentra en su trabajo o descansando en su vivienda.

El 22 de julio Mujica convocó a los directores de entes autónomos para solicitarles que evaluaran las repercusiones de suspender "durante un mes la publicidad de los medios de difusión que dieran destaque a las noticias delictivas". Hace solo 48 horas insistió en el tema de la preocupante "crónica roja". No hay duda de que el mandatario está que arde con el tiempo y la ubicación de los sucesos policiales. Aunque, el mandatario especialmente y todos en general, sabemos que cada pocos segundos, se registran graves sucesos contra la propiedad o la vida humana.

¿Se puede reducir esa información? Creemos que es imposible. Son hechos que conmueven a todas las familias uruguayas, ya sea porque es la propia víctima de la delincuencia o tiene un caso cercano, un hijo, un hermano, amigo o vecino. Y toda esa gente desea, desespera, por estar bien informada de una realidad que sabe que, tarde o temprano, le golpeará violentamente.

Y Mujica no ha salido a la opinión pública a demostrar la falsedad o exageración en la crónica roja. Ha repetido una velada amenaza a los medios, no solo con suspender la publicidad durante 30 días, sino que también, y mucho más grave, insinuó sobre la utilización de los permisos de las redes de televisión.

Volvió el mandatario, esta vez en su audición radial, a solicitar se diera más espacios y tiempos a los temas sociales. Habría que buscarlos. La educación no se puede ni menear, hay violencia contra alumnos y docentes en los liceos, ni que hablar de espectáculos públicos con inadaptados que queman asientos y destrozan lo que encuentran al paso. Y en el estricto terreno social, el propio Mujica acaba de relevar a la ministra Ana Vignoli por la muerte de cinco personas, gente en situación de calle afectada por la ola polar. En todos o casi todos los casos surge la violencia y el drama.

No pensamos, ante las públicas manifestaciones de bronca de Mujica, que todos los medios uruguayos se equivoquen o busquen despertar el malhumor presidencial. Se comprende que a diario se sienta afectado por sucesos que se suman en el capítulo más vulnerable de su gobierno, la inseguridad ciudadana. Pero no es con el silencio que se soluciona.

MUJICA, EL PERSONAJE. En el país existen empresas que miden los temas y las figuras que más exposición en minutos de televisión tuvieron en la semana. Y José Mujica, desde hace por lo menos dos años, encabeza ese ranking de personajes con mayor exposición ante las pantallas. ¡Hubo una excepción! Cuando la Celeste logró el título de Campeón de América, el maestro Óscar Tabárez, esa semana fue el más requerido por las cámaras con 1.328 segundos. Pero el mandatario uruguayo no quedó atrás, fue el segundo con 1.280 segundos de aparición, superando a Luis Suárez con 1.079 segundos de exposición.

En junio y julio, por ejemplo, con Peñarol enfrentando en la final a Santos, el Mundial Sub-17 y la Copa América, Mujica siempre copó la cabeza de ese ranking. Detrás se alternan Tabárez, Sebastián Abreu, Diego Forlán, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, o el subsecretario de la misma cartera Jorge Vázquez, el secretario de ONU, Ban Ki- moon, la muerte de Bin Laden, Diego Aguirre, entre otros.

Y en los últimos tiempos, el presidente acentuó su cercanía a las cámaras hablando de fútbol, la ley de Caducidad o de proyectos como el impuesto al agro, Aratirí, la posibilidad de plebiscitos consultivos y obviamente lanzando ideas sobre el "lagarteo" en las dunas de las playas de Cabo Polonio y el aparente fructífero diálogo con Cristina Fernández de Kirchner.

VÁZQUEZ, CASI MUDO. Indudablemente José Mujica, con su polifacética personalidad y carisma, está llamado a ocupar la atención de los medios de difusión. Y el mandatario uruguayo exhibe, y no es un secreto, un habitual cariño por los micrófonos. Sin duda es hábil al lograr centrar en él la atención de las cámaras con dichos, a veces confusos, ideas que surgen a golpe del balde o intercambios enojosos con los periodistas. Parece no tener entusiasmo por hablar ante las cámaras, pero con rara habilidad no deja segundo libre sin lanzar frases o dichos al aire.

Todas esas actitudes del mandatario no son inútiles. En un estudio de la empresa Foco Auditorio Multimedia se comprobó que Mujica lanzó a los informativos televisivos nada menos que 972 ideas que insumieron 2.027 minutos ante cámaras.

En un paralelo con el expresidente Tabaré Vázquez, este habló sobre 587 temas y requirió en los informativos 1.282 minutos, casi la mitad que Mujica.

Ni que hablar el menor tiempo dedicado al expresidente Jorge Batlle y en la actualidad a los sectores opositores. Mujica triplica y más, a cualquier líder blanco o colorado ante los micrófonos.

Es lejos el presidente que ha tenido mayor exposición mediática, aunque ahora se exhibe realmente molesto. Según ha repetido en los últimos quince días, hay que bajar los decibeles a la crónica roja. Con esa presión desde las alturas, probablemente lo logre. Pero, más allá de los minutos en televisión o radio o páginas de diarios dedicados a la inseguridad, si no existen políticas adecuadas y certeras, la violencia delictiva continuará, con o sin exposición. No se puede tapar el sol con las manos.